"Esta carta apócrifa de Rajoy en funciones la fotocopió un leninista 3.0 que estaba pelando la pava con una chavista-comunista mientras Manuela Carmena les leía el Manual del Golpista en el refectorio".
Querido Alfonso: te lo dije y te lo repito: "tus éxitos son mis éxitos". Sé que ahora estás pasando por una mala racha pero tu sé fuerte, resiste a los embates de tanto antiespañol. Ya caerán en la cuenta de lo que supone que un hombre de bien, un puntal del sistema, haya conseguido lo que has conseguido con esfuerzo e imaginación. ¿Cuántos hay que desde una modesta fábrica de muebles tengan un Ferrari, a ver, cuántos? Lo digo y lo repito: tu estabilidad es nuestra estabilidad y está claro que necesitamos un Gobierno estable.
¿A quién se le ocurrió inundar de campos de fútbol de césped artificial a Valencia sino a nadie más que a ti? ("Alfonso Rus ha invertido, desde 2008 hasta 2014, 32 millones de euros en reformar más de 100 instalaciones deportivas de la provincia porque, según mantiene, así se lo pedían los alcaldes"). ¿Que uno de los más beneficiados por tu afán de difundir el deporte -y no hay más que ver una foto tuya y de tu señora para comprobar ese look de matrimonio Gil y Gil que tenéis los dos- fuera Vicente Cuquerella, que pese a no tener experiencia previa en la fabricación de césped artificial, consiguió importantes beneficios? Eso, querido, es lo que define a un buen emprendedor..., bueno, eso y ser copropietario de la sede central del PP valenciano. También les parece mal que en esa cruzada en favor del césped artificial que, como todo en la vida, tiene también su lado negativo: vida limitada, limpieza periódica, el uso de petróleo, productos químicos tóxicos de relleno, con lo que las preocupaciones de salud y seguridad se ven aumentadas, tu Diputación pagara el 60% de los costes y los respectivos ayuntamientos agraciados con tu clarividencia, el 40% restante. Al fin y al cabo todo era dinero público y como sabemos muy bien, y desde hace tiempo, el dinero público no es de nadie.
Y es que los antiespañoles no son capaces de valorar las obras bien hechas. Ahí tienes para ejemplo del mundo mundial la inversión en la Fórmula 1 que, como bien dijo otro de vuestros visionarios dirigentes, "es bueno para los valencianos, para la Comunidad Valenciana y para España y no va a costar ni un solo euro a las arcas públicas". Dos semanas antes de las últimas elecciones autonómicas, Ricardo Costa, secretario general del PP de la Comunidad Valenciana, aseguró que la celebración del Gran Premio de Europa de Fórmula 1 en el circuito urbano de Valencia venía a ser un regalo de Bernie Ecclestone". Naturalmente, Camps ganó las elecciones y firmó el contrato definitivo con Ecclestone. Desde entonces, la Generalitat ha gastado unos 80 millones de euros para adaptar como circuito el entorno del Puerto de Valencia y en agosto de 2009 anunció que pagará el canon anual que venía pagando la empresa Valmor, que organiza el gran premio de Valencia, durante los próximos cinco años, unos 90 millones de euros más.
¿Se pueden pedir más exitos?, lo dudo. Bueno, sí, y ahí está Alberto Fabra para demostrarlo: "La Generalitat decidió comprar por un euro una empresa que solo le aportó más de 30 millones en cargas financieras que se sumaron a otros 14 millones que adeudaba al Circuito del Motor, otra firma de capital público, que fueron condonados". Pero, lamentablemente, si en algo nos distinguimos los españoles, incluso los antiespañoles, es en la envidia del éxito ajeno y ahí tienes al pobre Camps y a la entonces responsable de Deportes, Lola Johnson, investigados, es decir, imputados, en este procedimiento.
Y ahora salen con lo del 3%. ¡Qué manía! No entienden nada. Primero: habría que ver cuánta gente sabe calcular el 3% de un presupuesto si a tí te oímos contar los 9.000. 10.000. 11.000 y 12.000...dos millones, con la espontaneidad y gracia de un alma cándida. Y segundo: no se dan cuenta de que si se cobra un 3%, que no es tanto, la empresa o el empresario correspondiente incrementa los costes en un 10 o un 12%, por lo menos, y se crea más riqueza. Que se lo pregunten a Enrique Ortiz o a FCC, por ejemplo. No, si ya verás como también les parecerá mal que hayas depositado en un plis plas los dos millones de euros de fianza, ¿es que no se pueden tener unos ahorros?
En fin, Alfonso, me despido que estos pesados ya me están reclamando otra vez para que debata mi investidura, como si yo fuera tonto. Un abrazo y sé tu éxito que yo soy tu fuerte.