Que los Reyes de España inauguraran ayer una gran exposición de El Bosco no deja de ser una redundancia, al fin y al cabo vivimos desde hace años en El Jardín de las Delicias. ¿Puede haber un mayor Jardín del Edén que esta España nuestra, bueno nuestra menos de Puigdemont y Junqueras? Pas possible, que decía Tip.
Cursos de formación en Andalucía: los expresidentes Chaves y Griñan declararon ayer ante la comisión de investigación parlamentaria. Todo fue legal, si acaso alguna irregularidad administrativa; no tuvieron conocimiento de ninguna actuación ilegal y no hubo amiguismo en las concesiones. El sistema elegido era impecable: la Junta adelantaba el 75% de los costes de los cursos a la entidad formadora y el 25% restante una vez se justificaba el final del curso. Las primeras sospechas surgieron al comprobarse que había empresas que no reclamaban ese 25% final, es decir que probablemente no se había celebrado el subvencionado curso.
Usted es un empresario y decide llevar la buena nueva de los cursos de formación a los parados. Bien. El Gobierno autonómico le adelanta las tres cuartas partes del total necesario para impartirlos. Bien. Surge el dilema, o como diría Lenin ¿Qué hacer?: contratar profesores, papel, señoras de la limpieza, quizá tizas y pizarra y dar los cursos, o no hacer absolutamente nada y quedarse con el 75% del presupuesto acordado con la relativa seguridad de que nadie le exigirá nada. La Junta destinó un total de 2.875 millones de euros a la formación profesional ocupaciomal de los que 1.155 millones procedían de la Unión Europea y otros 1.720 del Estado, es decir, y siguiendo la estupenda teoría de los corruptos, que no son de nadie. Todo fue legal, si acaso alguna irregularidad administrativa. En la actualidad, y a la espera del juicio, hay 120 imputados, 30 de los cuales son exaltos cargos de la Junta y no se sabe con certeza el total de lo defraudado.
Impecable fue también el comportamiento de la rociera ministra en funciones de Empleo, Fátima Báñez, que estaba citada por la mencionada comisión para la tarde de ayer y sobre la que se había despertado cierta expectación porque el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, había anunciado públicamente que su comparecencia iba a dar la "sorpresa" porque tenía datos para explicar qué se había hecho en algunas provincias andaluzas con estos fondos. La sorpresa fue total ya que la ministra no compareció agarrándose como a un clavo ardiendo a un informe del Consejo de Estado que ella misma había solicitado -sabido es que los informes del Consejo de Estado no son vinculantes pero eso es lo mismo-, y dejando, eso sí, con el culo al aire el presidente del PP andaluz. Claro que tampoco compareció María Dolores Genaro Moya, consejera del Tribunal de Cuentas, alegando por escrito que no tenía conocimiento sobre el procedimiento de concesión de estas ayudas de formación. Se conoce que también desconoce la wikipedia.
En resumen: que para Jardín de las Delicias, el nuestro.