Esta es una historia ejemplar en la que la cronología de los hechos muestra, sobre todo, ese especial ambiente de corrupción que hace tiempo se ha instalado en las mejores casas de nuestros banqueros, empresarios y altos cargos de la Administración y que, al parecer, ya no influye especialmente en los resultados electorales. Es decir, que la ciudadanía considera que robar, malversar, prevaricar, blanquear y defraudar forma parte de nuestra manera de ser, desde los que habitan en palacios hasta los que malviven en chozas.
En 2010, el ministerio de Hacienda recibió la parte correspondiente de la llamada "lista Falciani", lista que sirvió para identificar a 659 presuntos evasores fiscales en España. La Agencia Tributaria tuvo a bien notificar a 558 de ellos que hicieran el favor de regularizar su situación. Ante todo, buenos modales por mas que los de siempre, los antiespañoles, consideraran dichas notificaciones como un trato de favor a los presuntos delincuentes fiscales.
Tres años después, en julio de 2013, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, decide darle un importante meneo a los altos cargos de su ministerio y, también, de la Agencia Tributaria. Y surge un nombre propio a tener en cuenta, el de Margarita García-Valdecasas (ver foto), a quien se nombra Inspectora Jefa de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF). La fecha del nombramiento, en julio de 2013, tiene su importancia pues hay que recordar que la lista Falciani llevaba ya cerca de tres años en poder de la tan citada Agencia Tributaria.
Hace dos días, el pasado 29 de junio, guardias de la Unidad Central Operativa (UCO) registraron la vivienda de la inspectora jefe de la Oficina Nacional Antifraude (ONIF), Margarita García Valdecasas. La operación está vinculada a la investigación impulsada por la Audiencia Nacional en el marco de la llamada lista Falciani. La investigación de la UCO se centra en las actividades del marido de García Valdecasas, Alejandro Pérez Calzada, un gestor de fondos que presuntamente habría repatriado capitales a España al margen de los cauces legales. La Guardia Civil también se personó ayer en la sede del banco suizo Mirabaud, del que el señor Pérez Calzada fue consejero-delegadoes, para requerir información relacionada con el blanqueo de capitales en el marco de esta misma identificación, informa Europa Press.
Margarita García Valdecasas, por su parte, deja en su curriculum varios detalles de interés, suponiendo, claro está, que algún día sea cesada en esa épica batalla que mantiene el PP contra la corrupción: cuando fue nombrada jefa de la ONIF nombró a su hermana Rosario como responsable de una de las jefaturas adjuntas de Antifraude. La familia es la familia. Comenzó a entrar en el Olimpo de Génova cuando se resistió a elaborar un informe sobre las donaciones ilegales al PP que figuraban en "los papeles de Bárcenas" en los términos que le reclamaba el juez Pablo Ruz. Y, finalmente, rechazó la autoría del informe que propició la investigación sobre Rodrigo Rato. Familia, partido y amigos, tres pilares básicos de la regeneración democrática a la que aspira Mariano Rajoy.
En resumen, la santa esposa de Pérez Calzada tiene todas las papeletas para ingresar en la cofradía de "yo no sabía nada de lo que hacía mi consorte", en la que ya figuran como miembros destacados Ana Mato y Miguel Arias Cañete.