La semana televisiva contó con dos historias en las que los testigos, de cargo y de descargo, fueron los protagonistas. Servirían también para comprobar una vez mas la difusa línea que separa la ficción de la realidad, lo creado y los hechos.
Testigo de cargo, la sólida y entretenida miniserie británica (dos capítulos) producida por la BBC que programó el canal #0 en los últimos días de junio, y que se puede ver en Movistar, es una muy correcta adaptación del relato homónimo de Agatha Christie del que ya el genial Billy Wilder había adaptado al cine, con ligeras modificaciones, en 1957. Una historia de un crimen entreverada con idilios apasionados, coartadas enrevesadas y la constancia de un abogado defensor que cree en la inocencia del acusado, y siempre con la habilidad argumental de una de las grandes reinas del misterio. Fernando Savater lo explicó muy bien hace tiempo: "Ni baja ni alta. Simplemente, literatura diferente. Ni Agatha Christie es baja literatura ni Franz Kafka es alta. Y hay días Kafka y hay días Agatha… Y ahora que lo pienso yo he tenido más días Agatha".
El testigo de descargo, el presidente Rajoy, no contó con una serie de televisión pero dejó constancia de su capacidad narrativa en todos los informativos y programas de tertulias en su declaración ante la Audiencia Nacional por temas de corrupción. Nos explicó que los apuntes contables del entonces gerente del PP Luis Bárcenas, que fueron analizados caligraficamente, publicados, desmentidos y reconocidos como ciertos, y en los que ya figuraba desde 1997 como receptor de diversos sobresueldos, eran, en su caso, absolutamente falsos. Veamos la trama: hace 20 años un ambicioso funcionario del PP encargado de llevar las cuentas del mismo intuyendo que 16 años más tarde, en 2013, ingresaría en prisión al haberse publicado sus papeles, decide incluir diversas partidas falsas de dinero a nombre del que entonces era ministro de Administraciones Públicas y, después, Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Pura intuición del entonces gerente y, después, tesorero. Si Savater ha tenido más días Agatha, Rajoy y Bárcenas son puro Kafka. Nunca se sabe dónde acaba la realidad y comienza la ficción.