"Hay que concienciar a las ONG de que se está para ayudar y no se está para favorecer o potenciar la inmigración irregular" comentó ayer Juan Ignacio Zoido a su llegada al consejo informal de ministros del Interior de la Unión Europea (UE) en Tallin. Una frase del actual ministro del Interior que define una manera de ser y de estar en el mundo. Si ya es una desgracia el tener un Gobierno de derechas, tener a un ministro del Interior que lo único que se le ocurre ante la tragedia cotidiana de las pateras (en lo que va de año, 1.889 personas han muerto tratando de cruzar el Mediterráneo Central) es reprender a las ONG por sus esfuerzos en salvar las vidas de los que huyen de las guerras o la miseria, es una desgracia añadida.
Estamos hablando de un ministro del Interior que tiene a un segundo en el ministerio, su hombre de confianza, relacionado con un presunto delincuente, Pablo González, en un turbio asunto de información privilegiada sobre el caso Lezo, de un ministro que tiene una notable bronca entre sectores de la policía, de un ministro que su Director General de Tráfico gastó 50.000 euros en un piso que no le correspondía y en el que pretendía vivir gratis, de un ministro que ha prohibido a las visitas entrar en su despacho con el teléfono móvil para evitar hipotéticas grabaciones pues tal es el ambiente que se respira, y que sea éste ministro el que se atreva a dar consejos a las ONG sobre su comportamiento demuestra la absoluta falta de empatía que tiene con los más desvaforecidos y un comportamiento de cortijero desfasado.
En honor a la verdad, esa falta de empatía no es sólo suya: de los 17.337 refugiados que prometió acoger el Gobierno español en septiembre de 2015 a propuesta de la Comisión Europea, 15.849 todavía están esperando. Al parecer, ahora el objetivo es rebajar esa promesa de acogida hasta los 7.000. Y un dato mas: ya en 2012, cuando era alcalde de Sevilla, Zoido recortó en un 46% las ayudas muncipales a la cooperación internacional, ONG incluídas. Claro que bien mirado es mejor recortar casi a la mitad las ayudas internacionales que desviarlas para el enriquecimiento personal como ocurrió con sus compañeros de partido en la Generalitat valenciana.
Para José María Vera, director general de Oxfam Intermón, "es indignante y bochornoso que el ministro de Interior esté desviando la atención y culpabilizando a las ONG en lugar de defender los derechos humanos y responder a sus compromisos internacionales. La prioridad tendría que ser proteger a las personas que están huyendo del horror, de la guerra, de la pobreza y de la falta de oportunidades, pero en lugar de eso Zoido se dedica a cuestionar a quienes están trabajando e intentando suplir su falta de voluntad política. Sus declaraciones nos parecen fuera de lugar, totalmente inaceptables y vergonzosas".
Y es que puede haber una derecha civilizada, respetuosa y educada pero a nosotros nos ha tocado una zafia, frecuentemente corrupta, torpe y mentirosa. Parafraseando a Pedro Almodóvar hay que preguntarse ¿qué hemos hecho nosotros para merecernos esto?, y sí, ya se que les han votado pero no me creo que sus votantes conocieran el grado de mezquindad y vileza al que podían llegar sus votados.