TV Blog de Harguindey

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La televisión es la reina de la casa. Lo que se pretende en este espacio es comentar la actualidad televisiva más inmediata, los programas del día, desde cualquiera de los que se definen como “telebasura” a las retransmisiones deportivas, los espacios informativos, documentales, las películas o las series. Son los comentarios y recomendaciones de un telespectador común.

Sobre el autor

Ángel Sánchez Harguindey

Ángel Sánchez Harguindey perteneció a la plantilla de El País desde su fundación en 1976. Fue jefe de la sección de Cultura, responsable del suplemento cultural Babelia, redactor jefe de El País Semanal, redactor jefe de la sección de Opinión y Adjunto a la Dirección.
Ha publicado el libro "Memorias de sobremesa. Conversaciones con Rafael Azcona y Manuel Vicent" (Editorial Aguilar)

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Provocación

Por: | 30 de agosto de 2017

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Hay dos definiciones de "provocación" que podrían servir para calificar las declaraciones de ayer en el Congreso de Fátima Báñez, ministra de Empleo: "Excitación del deseo sexual de manera intencionada", lo que es posible aunque difícil, y "Acción o palabra que provoca irritación o enfado", lo que es seguro.
Para la ministra, la recuperación de la economía en España es "sólida, sana y social". Naturalmente con esos calificativos sólo podríamos vivir "una primavera del empleo", con la guinda de que "ahora se crea empleo de mayor calidad que el que se fue con la crisis". Que la ministra vive en un mundo alternativo es evidente desde hace tiempo, por ejemplo desde que en junio de 2012 aseguró que la Virgen del Rocío "nos ha hecho un regalo en nuestra salida de la crisis y en la búsqueda del bienestar todos los días de los ciudadanos". Sabíamos del ángel-aparca del exministro Jorge Fernández, al que por otra parte le gustaba condecorar a Vírgenes, pero Báñez nos recuerda con constancia que vivimos en un Estado aconfesional; al fin y al cabo si vivimos en plena gota fría "una primavera del empleo" ¿por qué no vamos a invocar al santoral para resolver cualquier problema aconfesional?
Claro que los expertos no deben sentir la misma devoción que la ministra por la Virgen del Rocío y señalan que "hoy hay 18.813.300 ocupados, unos 200.000 más que hace seis años, y, sin embargo, se trabajan menos horas. Si en el segundo trimestre de 2009 las horas efectivas trabajadas a la semana eran 654 millones, hoy son 613 millones. Es decir, más empleos pero con menos horas de trabajo.Tenemos medio millón de contratos más a jornada parcial que al inicio de la crisis. Los que más han caído son los contratos indefinidos a tiempo completo, que se han perdido más de 600.000 desde 2009". Eso explica también la progresiva depauperación de los fondos de las pensiones: más empleo pero menos cotizaciones. Y la contraguinda al optimismo ministerial la pone un informe de Oxfam Intermon que afirma que "España es el segundo país de la Unión Europea en el que más ha crecido la distancia entre rentas altas y bajas, sólo por detrás de Estonia, y entre 2007 y 2014 el salario medio español se desplomó un 22,2%". Vivimos, pues, una primavera otoñal que provoca irritación o enfado.


 

Todo dicho

Por: | 28 de agosto de 2017

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Lo cierto es que  sobre el terrorismo yihadista y sus últimos atentados en Barcelona y Cambrils ya está todo dicho. Pocas veces se ha escrito más y se han emitido más programas audiovisuales que sobre la barbarie de esos iluminados. Queda, quizá, sacar algunas conclusiones de las respuestas ante los atentados.
Los partidos políticos, una vez mas, demostraron su incapacidad para una unión que predican y que no les dura ni una semana. Del voluntarismo inicial pasan rápidamente a la táctica electoralista. Unos defendiendo la legalidad establecida y otros, saltándosela a la torera, aunque también es cierto que hay defensas y defensas y saltos y saltos.
Puigdemont, por ejemplo, tuvo a bien hacer unas declaraciones la víspera de la gran manifestación del sábado en Barcelona en la que enmerdaba algo mas la situación con unas acusaciones, de momento no documentadas, sobre el maltrato institucional a la seguridad de los catalanes. Venía a ser una réplica a las quejas de la Guardia Civil y Policía Nacional sobre el maltrato recibido por partede los Mossos. Si tu me das, yo te doy, y a la desconcertada ciudadanía, que le den por todos lados.
Visto desde la periferia, las críticas y abucheos al Rey y a Rajoy en la mencionada manifestación se basaban, al menos en parte, en el negocio de la venta de armas a Arabia Saudí, uno de los países que los expertos afirman financia el terrorismo yihadista. Bien. Están en su derecho. Sorprende, sin embargo, que esas mismas voces se callaran durante años ante la financiación de Qatar, entre 40 y 60 millones de euros anuales, otro de los países que financian el terrorismo yihadista, al  F.C.Barcelona que, como todos sabemos, es más que un club y hace tiempo decidió apoyar el omnipresente referéndum. Mal está vender armas o trenes de alta velocidad y bien nutrir las arcas del club.
Al final, y una vez mas, fue la ciudadanía la que demostró ser genuinamente solidaria, sin miras electoralistas ni demagogias. Una sociedad civil que en los momentos difíciles se comportó cabal y generosamente, sin esa proclividad a judicializar los problemas políticos tan querida por el Gobierno, ni esa obsesión manipuladora del Govern por arrimar el ascua a su sardina, una sociedad que confraternizó con los islamistas auténticos y pacifistas y que supo mostrar su agradecimiento a todos los que cumplieron con su deber ante la barbarie.

Avaricia

Por: | 27 de agosto de 2017

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Paranoid
(Netflix) es una entretenida serie británica de ocho capítulos, una medida infrecuente en España y que estimula una cierta síntisis que el espectador agradece. La trama arranca con el asesinato de una médico en un parque infantil y a pleno día. El equipo de detectives de Woodmere, una localidad ficticia de la Inglaterra rural, con Indira Varma de protagonista (Ellaria Arena, en ‘Juego de tronos’), comienza las pesquisas para encontrar al asesino. Poco después comprobarán que el asunto es más complejo de lo previsto.
El grupo tiene un "garganta profunda" que resultará esencial para resolver el caso. Achaca a una multinacional farmacéutica el que su mujer esté postrada en una silla de ruedas con una parálisis total. Cada vez son más las series y largometrajes que critican duramente a dichas empresas. Sólo hay que recordar El jardinero fiel, el film de Mireilles basado en la novela de Le Carré sobre unos ensayos ilegales realizados en niños nigerianos. El mal tiene muchas caras pero una de las más frecuentes es la avaricia.
La serie conjuga hábilmente las investigaciones policíacas con el desarrollo de los problemas personales de sus protagonistas: frustraciones sentimentales, madres egoistas o frecuentes ataques de ansiedad. Los detectives de Woodmere no son superhéroes, un estilo que ya habíamos comprobado en la estupenda Happy Valley, de la misma productora independiente que Paranoid.
La única pega que se le puede atribuir quizá sea la de unas escenas finales en un psiquiático abandonado en el que uno de los detectives recorrerá linterna en mano las numerosas estancias. Siempre habían trabajado en equipo salvo en ese final que, sin duda, es un recurso fácil de un suspense facilón e impropio de una buena serie. Es como en esas películas de terror que optan por el susto al encontrarse la protagonista de sopetón con el asesino enmascarado. El terror debe ser algo más sutil, más inquietante, como el suspense no debe ser un caserón en tinieblas por el que deambula un policía. Es la diferencia que hay entre cualquier Viernes 13 o El resplandor.

Investigación

Por: | 24 de agosto de 2017

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Han pasado 30 años desde que en 1985 desaparació Carole Pakman. Su marido, Russell Causley, fue acusado once años después de haberla asesinado. Desde entonces, 1996, cumple condena de cadena perpetua en una cárcel británica. Nunca se encontró el cadáver. Su hija, Sam Gillingham, pide ayuda al detective privado Mark Williams-Thomas para tratar de resolver el misterio y encontrar a su madre. Williams-Thomas (ver foto) alcanzó cierto renombre por ser quien descubrió el caso de Jimmy Savile, un disc jockey y presentador del programa Top of the Pop que fue considerado tras su muerte como uno de los peores delincuentes sexuales del Reino Unido. Estos son los mimbres con los que ITV produjo The Investigator: A British Crime Story que se estrenó en 2016 y que puede verse en Netflix, una serie de cuatro capítulos basada en hechos reales y en la que se entremezcla la recreación de los hechos con entrevistas a familiares y amigos de la víctima e investigadores.
Si había alguna duda sobre qué supera a qué, si la realidad o la ficción, el caso de Carole Pakman las despeja: difícilmente un buen equipo de guionistas habría imaginado una trama tan compleja, un alarde de las miserias a las que puede llegar el ser humano como en este suceso. Un marido maltratador y narcisista, una mujer aterrada, una amante que no duda en establecerse en casa del matrimonio y convivir con la familia, una hija adolescente que apenas entiende la situación, la desaparición de la madre, suplantación de la personalidad, un intento de estafa del marido y la amante que les lleva a prisión, mentiras y más mentiras hasta que se reabre el sumario de Carole Pakman y acaba con una sentencia a cadena perpetua en uno de los escasos juicios en Gran Bretaña en los que se condena a alguien por asesinato sin que aparezca el cadáver.
Guillermo Cabrera Infante y su mujer, Miriam Gómez, afincados en Londres y fervorosos seguidores de El Caso -un semanario español especializado en crímenes que se cerró en 1997-, solían decir que si se escarbara en cualquier jardín particular de Inglaterra se encontrarían restos humanos. La contemplación de la interesante The Investigator confirman la teoría.

Patología

Por: | 20 de agosto de 2017

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¿Vicio o patología? Probablemente las dos pues sin dichos conceptos no se puede explicar el ver en tres días una serie surcoreana en versión original subtitulada de 16 capítulos y alrededor de 15 horas de emisión. Stranger (Secret Forest) se ha podido contemplar simultáneamente en su país de origen y en todo el mundo a través de Netflix en junio y julio de este año. ¡Es la globalización, estúpido!
Algunas consideraciones sobre la vida actual en Seul, información y efecto colateral de las series de televisión contemporáneas: no es posible ver a ningún ciudadano sin utilizar constantemente el móvil, artefacto multiusos. No es posible ver ningún vehículo de los muchos que hay que no sea de la marca Hyundai y es absolutamente imposible contemplar algún gesto maleducado incluso en los momentos más tensos: si el jefe se despacha a gusto con algún subordinado, el subordinado se despedirá siempre con una reverencia, la misma con la que acudió a la llamada del jefe. Es una cuestión de respeto y cortesía más que de sumisión. Impresionante.
Un fiscal y una policía encabezan los equipos que tratarán de resolver varios crímenes que, paulatina y progresivamente, se verán entremezclados con una serie de tramas corruptas. Y si la exhibición de Stranger (Secret Forest) ha sido universal quizá la justificación sea el que los asuntos que muestra también lo son. Evasión de impuestos, adjudicaciones empresariales amañadas, maniobras bursátiles en la oscuridad... artimañas que, al parecer, se han globalizado y que tan próximas suenan.
Los protagonistas de las series de intriga suelen ser hieráticos ( los de todos los C.S.I. alcanzan la cumbre de la inexpresividad), pero en el caso surcoreano se justifica además porque el fiscal Hwang Shi Mok sufrió en su infancia una operación en el cerebro para solucionar unas terribles migrañas que le anuló la mayor parte de sus emociones, aunque no su voluntad y constancia en descubrir a los asesinos y desenmascarar a los grandes delincuentes de cuello blanco. Una serie entretenida que en ningún caso explican desde la normalidad el contemplar sus 15 horas en tres días.


Desconcierto

Por: | 11 de agosto de 2017

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Son momentos en los que lo que impera es el desconcierto, sobre todo entre las fuerzas progresistas o de izquierdas. Y lo desconcertante para la mayoría no son los problemas sino la incapacidad de encontrar soluciones. La derecha lo tiene claro y hace años que se dedica a ello: favorecer a los menos en detrimento de los mas. Que aumenten considerablemente los beneficios empresariales, lo que llaman la competitividad, a costa de la reducción de salarios. Es lo suyo.
El desbarajuste viene de la izquierda. Veamos algunos ejemplos: la huelga de los trabajadores de seguridad del aeropuerto de El Prat. Los trabajadores reivindican mejoras salariales e incremento de plantilla, es decir, recuperar una cierta dignidad vital. La empresa cede en algo pero sin exagerar. El Gobierno y el Govern demuestran una vez mas su incompetencia. La ciudadanía paga unas consecuencias indeseadas por todos y si se rasca un poco sobre el conflicto surge el origen del problema: una reforma laboral impuesta desde una mayoría absoluta del PP y que la izquierda, en los meses en los que la derecha pura y dura ya no tiene la mayoría parlamentaria, ha sido incapaz de conseguir aunar voluntades para reformar la lamentable reforma.
Otro ejemplo: la llamada turismofobia. Grupos minoritarios de jóvenes izquierdistas deciden boicotear indiscriminadamente el turismo al considerar que la evidente saturación modifica negativamente la vida tradicional de los barrios y eleva el precio de las viviendas. A ello habría que añadir que dicha saturación se debe, básicamente, a que la oferta de los tour operadores resulta muy ventajosa. Pues bien, si se rasca un poco aparece de nuevo una reforma laboral que facilita los salarios tercermundistas, las contrataciones temporales y a tiempo parcial y la facilidad para los despidos.
Un dato reciente sobre las secuelas de la tan mencionada reforma labora: "Si los precios suben más que los sueldos, la gran mayoría de los convenios no tiene una cláusula que garantice el poder adquisitivo de los asalariados. El 83,6% carece de un mecanismo que haga subir los salarios a la par que la inflación, según el ministerio de Empleo. Este dato evidencia que esta cláusula, que vincula las subidas salariales a la evolución de los precios, se usa muchísimo menos que hace una década, cuando la mitad de convenios sí tenía la salvaguarda. Los datos divulgados recogen un incremento salarial medio pactado del 1,33%, un porcentaje que supera en unas décimas la inflación prevista para final de año".
Cuando el Gobierno y alguno de los gabinetes de estudios de las entidades financieras afirman que se ha superado la crisis no mienten, simplemente manipulan: La ansiada recuperación económica empieza a reflejarse en las cuentas empresariales. Las compañías cotizadas españolas ganaros 33.206 millones de euros en 2014. Esta cantidad supone un incremento del 64% respecto a 2013. Se trata del segundo ejercicio consecutivo de aumento del resultado neto. Los grandes grupos incluidos en el Ibex 35 lograron un beneficio de 29.598 millones, un 40,8% más. Y recuerden que el incremento salarial medio es del 1,33%.
¿Y la izquierda? Pues la izquierda ha aceptado como buena la argucia leguleya del Gobierno cuando se negó a modificar la reforma laboral porque incrementaría los gastos de los presupuestos generales. Visto desde la ignorancia, si un concepto incrementa los gastos habrá posibilidades de reducir otra partida para equilibrar la balanza, por ejemplo las inversiones en Defensa. Pero para eso habría que buscar un consenso entre los partidos, descartando, naturalmente, al PP; habría que dejar de lado problemas abstractos como la plurinacionalidad, la independencia o la revolución bolchevique y tratar de recuperar los derechos laborales, económicos y sociales de la inmensa mayoría.

 
 

Docudrama

Por: | 10 de agosto de 2017

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Son muy pocas las series que afianzan su calidad en la segunda o tercera temporada. Fargo es una de ellas. La industria televisiva debe a los hermanos Coen el origen de una de las series más excelentes de las que se pueden ver en la actualidad (Movistar). Si el largometraje fue un deslumbrante ejercicio narrativo la serie, creada y escrita por Noah Hawley, no lo es menos.
La tercera temporada, siempre con una caso distinto en cada una de ellas y en eso se asemeja a la también excelente serie británica Line of Duty, es un nuevo alarde de buen hacer. Todo se inicia con un malentendido que desencadenará una serie de desastres en Eden Valley (Minnesota) y en los que dos hermanos gemelos y de vidas opuestas, Emmit Stussy, "el rey de los parkings", y Ray Stussy, un oscuro agente de la condicional, interpretados magistralmente los dos por Ewan McGregor, son los ejes de la trama.
Ya en los títulos de crédito se advierte que "Por respeto a los vivos se han cambiado los nombres de los protagonistas; por respeto a los muertos se ha contado todo tal y como ocurrió". Estamos, pues, ante una especie de docudrama en el que, naturalmente, el peso de los guionistas es mayor que la escueta crónica de sucesos. Hay dos personajes más sin los que Fargo no sería lo mismo: la jefa de policía de la pequeña localidad (Carrie Coon), con ese punto de inasequible al desaliento que ya caracterizaba a la inmutable Frances McDormand en el largometraje original, y el villano interpretado por David Thewlis, probablemente más inquietante incluso que el desarrollado por Javier Bardem en el largometraje No es país para viejos, también de los Coen.
Asesinatos chapuceros, codicia empresarial, mafias depredadoras, contabilidades tramposas, amores locos... todo surge en esta tercera temporada con la fluidez propia de quienes dominan el medio y saben enganchar al espectador desde las primeras escenas. Un lujo de serie.

Lo mío

Por: | 07 de agosto de 2017

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Analicemos las reacciones de los partidos ante la última encuesta del CIS respecto a la intención de voto. Los resultados de la misma indican una notable subida del PSOE, cinco puntos más que en barómetro de abril y dos puntos más que en las elecciones de junio de 2016, dejándole a 3,9 puntos del PP. Los Populares aunque siguen siendo los más votados pierden 4,2 puntos respecto a los comicios de junio. Unidos-Podemos, por su parte, pasa de 19,7 % de intención de voto en abril al 20,3 en la actualidad. Por último, Ciudadanos se queda prácticamente como estaba: en abril contabilizaba el 14,9 y ahora cae al 14,5.
Naturalmente la principal novedad remite a los posibles pactos o alianzas entre partidos más o menos afines. En junio de 2016 el PP consiguió 134 escaños, es decir, perdió la confortable mayoría absoluta de la que gozó en la anterior legislatura. Consiguió gobernar de nuevo gracias al pacto de investidura con Ciudadanos. Después, y tirando de talonario, consiguió apoyos puntuales con el PNV y los canarios para sacar adelante los presupuestos y el techo de gasto. Los datos de la encuesta del CIS de agosto suponen una vuelta de tuerca para el Gobierno. Si se hubieran celebrado ahora las elecciones -siempre según el CIS-, la alianza PP-Ciudadanos tendría un 43,3% de los votos frente al 45,2 de un posible pacto entre PSOE y Unidos-Podemos, es decir, Rajoy saldría de la Moncloa y con él la cruel e insolidaria política económica de la que tan satisfechos se muestran.
Martínez Maíllo, coordinador general del PP, lo tiene claro: "Los datos del CIS ni hay que despreciarlos pero tampoco magnificarlos". O sea que sí pero no. Margarita Robles, portavoz de los socialistas en el Congreso, considera que "el PSOE es el principal partido de la oposición, el partido mayoritario de la izquierda y el único que puede liderar una alternativa de Gobierno seria y creíble y no se tiene que mirar en el espejo de nadie". Para el número dos de Unidos-Podemos, E - Seguir leyendo: http://www.libertaddigital.com/espana/politica/2017-08-05/margarita-robles-iglesias-tiene-interiorizado-que-el-psoe-es-lider-de-la-izquierda-1276603938/ Para el número dos de Unidos-Podemos, chenique: "mucha cautela con las encuestas. Se han equivocado mucho en los últimos años. Ni triunfalismo cuando subes, ni depresión cuando bajas. El CIS sugiere que la base electoral es sólida". De Ciudadanos se sabe poco aunque se puede intuir su conclusión: seguimos donde estábamos.
Si se fijan, todos los partidos se refieren a lo suyo, es lo que más les interesa: saber si suben o bajan en las aspiraciones al poder. Es legítimo, no cabe duda, pero demuestra una enorme falta de sensibilidad. En el fondo se comportan como ese caricaturizado personaje arribista que desde el marco de la puerta de cualquier negociado pregunta: "¿Qué hay de lo mío?". El resto no importa. Y eso explica también que los tres principales problemas que existen en España a juicio del encuestados por el CIS sean el paro (un 70,6%), la corrupción y el fraude (un 45,3%) y los políticos y los partidos políticos (un 21,8%). Tres problemas que se mantienen con constancia en el podio de los mas importantes y que, al parecer, ni el Gobierno ni la oposición son capaces de resolver.

Cristiano

Por: | 01 de agosto de 2017

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1 de agosto: todo controlado. Los informativos dedican sus mejores minutos a un tema: Cristiano Ronaldo. ¿Qué decir de Cristiano? Que las cifras marean y que el libre mercado de la oferta y la demanda alcanza proporciones cosmicas, siempre dentro de un orden, naturalmente. Hoy mismo es noticia que "los grandes grupos empresariales pagaron al fisco español un 7,3% de su resultado contable durante el año pasado, según el informe anual de recaudación difundido ayer por la Agencia Tributaria. Aunque este gravamen esta lejos del tipo oficial, en el 25%, es el doble que en 2011 y dos décimas mayor que el del ejercicio precedente. Es un gran alivio que habla, y bien, de la redistribución de la riqueza en nuestro país. Sabíamos que el pasado año los beneficios empresariales alcanzaron el 23%. Sabemos también que se está negociando una subida salarial en torno al 1 o el 2% y ahora nos enteramos que las grandes empresas cotizan, aproximadamente, entre dos y siete veces menos que cualquier ciudadano más o menos común. No hay nada como tener un Gobierno con esa obsesión por la redistribución de la riqueza para poder dormir tranquilos.
Volvamos al fútbol: 14 de junio de 2009: "El arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, ha criticado los "dispendios descomunales" que se están produciendo en algunos contratos deportivos, en referencia a los recientes fichajes del Real Madrid en el mundo del fútbol", es decir, a los 96 millones de euros que pagó el Real Madrid por el jugador. Años después, el Barcelona decide fichar a Neymar por un montante que, parece ser, supera los 150 millones de euros. El por entonces todavía arzobispo de Barcelona no criticó los dispendios descomunales aunque, probablemente, no lo hizo porque sabía que el club va a recibir 222 millones por su traspaso al Paris Saint-Germain. ¡Son los negocios, monseñor! Claro que lo más sorprendente es que el padre de la criatura, de Neymar, se va a embolsar una comisión de 40 millones de euros por el traspaso.
Que todas las estrellas del fútbol tegan problemas con Hacienda tiene su aquel. Al fin y al cabo Sofía Loren, sin ir más lejos, estuvo 17 días en la cárcel de Caserta por evasión de Impuestos y no sabía jugar al fútbol, y de la Pantoja, ni les cuento. La pregunta idiota es ¿qué pasaría con las declaraciones de la renta de los famosos si pagaran el 7,3% de los ingresos, es decir, lo mismo que las grandes empresas? Dicho de otra manera: ¿Cuántos grandes empresarios están en la cárcel?, o mejor aún ¿cuántos de los responsables de los 80.000 millones anuales que se calcula cuesta la corrupción en España están entre rejas? Cuanta razón tienen quienes claman contra la evasión de impuestos y cuán poca tienen quienes elección tras elección votan a un partido que consiente y estimula la desigualdad.

El País

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