Hans Rosenfeldt deslumbró a los amantes de las series con el guión de Broen (El puente), una coproducción sueco-danesa que comienza con un cadáver en el puente de Oresund que une Suecia con Dinamarca y en la que una pareja de detectives atípica trata de desentrañar el misterio. La segunda temporada, tras el éxito de la primera en los países escandinavos, se emitió en el Reino Unido. Puede ser el origen de que la cadena británica ITV produjera Marcella (Netflix), la nueva propuesta de Rosenfeldt.
Ocho capítulos con Anna Friel de protagonista absoluta, una detective retirada que vuelve a su trabajo tras la separación de su marido. Una mujer, también, con anomalías cerebrales -como la detective Saga Norén de El puente- que permite al guionista jugar con la ambigüedad de determinados actos del personaje central. ¿Truco efectista?, sin duda, pero con una coherencia en el relato de la trama que, a su vez, deja abierto un final que justificará la segunda temporada. El clásico dijo que el cine era un arte pero también un patio de butacas que hay que llenar y eso los buenos guionistas de televisión, y los responsables de las cadenas, tratan de cumplirlo a rajatabla.
La detective Marcella Backland tendrá que lidiar con sus agobiantes problemas personales mientras retoma su abandonada actividad policial en la que, además, vuelve a surgir el irresuelto caso de un asesino en serie que 11 años atrás le atormentó con sus fallidas pesquisas. Su marido, Jason Blackland, jefe de los servicios jurídicos de una gran empresa constructora, es el responsable de sus agobios, un prototipo del ejecutivo capaz de cualquier acto miserable con tal de mantener su status. Rosenfeldt une con habilidad los dos ámbitos en los que se desenvuelve la protagonista, el público y el privado, y consigue mantener el interés del espectador, la butaca que hay que llenar, aunque no con la brillantez del caso del cadáver en el puente de Oresund. La pujanza de las ficciones nórdicas es cada vez más indiscutible: buenos actores, excelentes guionistas y producciones ajustadas a las necesidades consolidan una industria que no solo rentabiliza las inversiones, el aspecto industrial del medio, sino que ademas exporta talento.