La capacidad de asombro del españolito que viene al mundo supera ya toda previsión imaginable. El Gobierno mantiene esa clarividencia política que consiste en recurrir constantemente a los tribunales para solventar sus problemas. El exGovern, por su parte, ya no mide en lo más mínimo su desfachatez cuando no directamente su delirio. Cada día es una nueva sorpresa en ese vértigo de incompetencia que hace tiempo nos arrastra. Así pudimos ver y oir al ministro de Interior sacar pecho anunciando a bombo y platillo que Puigdemont no entrará en España ni siquiera en un maletero de un coche (¿pero no deseaban que entrara para detenerle?).
También pudimos ver y oir a un profesor universitario con una trayectoria política que va desde la derecha pura y dura de Fraga Iribarne -fue durante un tiempo su mano derecha- a consejero áulico de Pablo Iglesias y, ahora, del expresident, informar al ignorante ciudadano que "tiene reticencias de volver porque él piensa que corre un riesgo vital" explicó Jorge Verstrynge a Antonio García Ferreras, esa especie de cónsul honorario del procés. El profesor ha señalado que, dado el "ensañamiento con el que se le persigue y se le insulta", Puigdemont no quiere volver a España "si no le dan garantías de que no se va a caer por la ventana". "Jorge, imagínate lo fácil que es llevarse a un señor por delante y luego cuando llega la autopsia decir que ya lo han cremado y que es un poco tarde" afirma el profesor que le dijo Puigdemont durante su reunión en Bruselas".
Lo que Vestrynge no explica es que esa lamentable referencia "de que no se va a caer por la ventana" es una alusión directa al caso del estudiante de Derecho Enrique Ruano, militante antifranquista, que el 20 de enero de 1969 fue asesinado mientras se encontraba bajo custodia de la Brigada Político-Social, la policía secreta del régimen franquista, suceso que conmocionó a todo el mundo por el asesinato y por la posterior manipulación oficial de los hechos. Vestrynge, entonces, con 21 años estaba en la Universidad aunque imaginamos que no era militante antifranquista pues ya colaboraba con su maestro Fraga. Veamos lo que dice la Wikipedia del caso: "El suceso fue presentado oficialmente como un suicidio, y se dijo que el joven echó a correr y se arrojó por la ventana. Incluso se llegó a presentar un supuesto diario en el que se expresaban ideas suicidas y que se filtró a la prensa como del estudiante fallecido. Manuel Jiménez Quílez, director general de Prensa a las órdenes del ministro Manuel Fraga Iribarne, movilizó al diario ABC -dirigido entonces por Torcuato Luca de Tena- y encargaron al periodista Alfredo Semprún que con aquellos mimbres preparara un reportaje "definitivo" acerca de las razones del suicidio. Manuel Fraga llamó por teléfono al padre de Ruano para amenazarle y que dejara de protestar. Fraga le recordó que tenía otra hija de la que ocuparse".
Esta larga explicación resultaba imprescindible para situar correctamente la alusión de Vestrynge al temor de "caerse por la ventana" de un delirante expresident que se fugó a Bruselas hace tiempo, que día sí y día también nos da "la matraca" en todas las televisiones, que está imputado por varios delitos que se resumen en uno: saltarse a la torera la Constitución y, por supuesto, las decisiones del Tribunal Constitucional, y que ahora exige garantías jurídicas y policíales de que cuando venga "no se lo lleven por delante y luego, cuando llega la autopsia, decir que ya lo han cremado y que es un poco tarde". Esa visión de un Puigdemont jugándose la vida por su pueblo y ratificada por esa alusión miserable de Vestrynge y el resto de palmeros independentistas explica hasta qué punto están dispuestos a manipular los hechos y la historia en su disparatada huída hacia ninguna parte..