Vivimos días en los que la simulación es la reina de la casa. Ya supimos en su momento que la República catalana era simbólica por mas que para alcanzar ese simbolismo se transgrediera realmente el orden constitucional. También supimos que las corruptelas del Partido Popular que figuraban en los papeles de Bárcenas eran mentira, salvo algunas cosas. Ahora comprobamos la fascinación de determinados políticos y políticas por los máster de una Universidad que, al parecer, tiene vocación de barraca de feria, de lotería de bar barato y que, coherentemente, eso sí, se llama Rey Juan Carlos. El Día de la Marmota al lado de la actualidad política nacional es un chiste malo pues el President Torra afirma que hoy se vive lo mismo, no que ayer, no, sino lo que se vivió en 1714. Lo Siglos de la Marmota.
Claro que el castellano es una lengua mucho mas rica que lo que indican los mensajes de los móviles. No hay mas que fijarse en los sinónimos de "simulación": fingimiento, disimulo, encubrimiento, reproducción, representación, comedia, farsa, ficción, teatro, falsedad, fraude, dolo, disfraz, estratagema, mojigatería, engaño, hipocresía, simulacro. Pocas veces se ha descrito mejor la situación política. Veamos algunos ejemplos prácticos.
Torra insiste una y otra vez en sus intervenciones públicas que lucharán por conseguir lo que quiere el 80% del pueblo catalán: la República. Es una falsedad. Se basa en el resultado del referéndum ilegal del 1 de Octubre en el que participó el 43% del censo y que estuvo plagado de irregularidades por las dificultades de su realización. Es decir que más del 80% de un 43% de los ciudadanos votaron a favor en dicha consulta. En resumen: votó sí a la República algo menos del 35%. Y si se refiere a los resultados electorales, esos sí legales, habría que recordarle que votaron a favor de los partidos independentistas el 47%. Lo explicó claramente Joan Tardá (ERC): "todavía no somos independientes porque no ha existido una mayoría de catalanes que así lo hubiera querido". Fin de la cita.
Por parte del Gobierno central, de la falsedad pasamos con frecuencia a la comedia aunque, eso sí, dentro siempre de la simulación. No vamos a defender al juez Llarena, sí vamos a defender al juez Llarena; vamos a sacar los restos de Franco en breve, no vamos a sacar los restos de Franco en breve; no vamos a vender bombas a Arabia Saudí, ya no sabemos si las vamos a vender o no; mi máster es completamente regular y no voy a dimitir, la Moncloa defiende tímidamente a la ministra de Sanidad y todo con un tufillo de déjà vu; aboliremos la Reforma Laboral, no tenemos los votos suficientes para abolir la Reforma Laboral... ahora, sabemos que el Gobierno reclamará los bienes de propiedad pública que registró privadamente la Iglesia. Un par de casos: compró la Mezquita de Córdoba por 30 euros y en Zaragoza, por ejemplo, la iglesia de San Juan de los Panetes (ver foto) se puso a nombre de la Iglesia cuando estaba registrada como bien público desde 1933. Reclamar esos bienes es una idea estupenda aunque deberían contar hasta diez antes de decir lo primero que se les ocurra para evitar, entre otras cosas, tantas ruedas de prensa aclaratorias.
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