En 1976 Ettore Scola estrenó una magnífica película: Brutti, sporchi e cattivi, que en español sería Feos, sucios y malos. 43 años después ese título describe la actual situación política española.
Feos somos todos, mal que nos pese, aunque la palma se la llevan nuestros políticos por esa incacapidad que ya parece congénita para resolver los problemas que ellos mismos crearon. Días, semanas, meses, años dando la matraca con los mismos mensajes banales, con las mismas consignas que a fuer de repetirse ya no significan nada. Con esa hipocresía de la derecha que exige a Sánchez romper los pactos municipales con los independentistas mientras ellos gobiernan en Andalucía, en Madrid y en 13 capitales de provincia gracias a los votos de la extrema derecha, una extrema derecha que niega la violencia machista cuando se publica que en los diez primeros meses del año han sido asesinadas 49 mujeres, mas que entodo 2018.
Feos son esa familia Franco que ha tratado por todos los medios evitar que salga de ese faraónico mauselo el malvado patriarca, una familia que se ha enriquecido a su sombra con una fortuna valorada, según distintos medios, entre los 500 y 600 millones de euros, que ha gozado de todos los privilegios habidos y por haber y que considera que ser patriotas es, por ejemplo, que Carmen Franco, marquesa de Villaverde, fuera retenida en Barajas, abril de 1978, cuando salía con destino a Suiza llevando en un bolso de mano 31 monedas de oro y brillantes y tres insignias de solapa valoradas en unos dos millones de pesetas y dos kilogramos de peso.
Feos son esos políticos independentistas que una vez mas aplican la táctica de la fuga hacia adelante desoyendo de nuevo al Tribunal Constitucional. Cuando la imagen del pacifismo soberanista está por los suelos, el Govern y el Parlament, un Govern que no gobierna y un Parlament que no legisla pero cobran todos ellos, buscan ampliar el victimismo con ese supremacista inepto en la presidencia al frente. Derecha e independentismo coinciden, cada uno a su manera, en los réditos electorales del Código Penal.
Bueno, a veces el Govern sí tomas decisiones como por ejemplo la que se publicaba ayer: " El Gobierno catalán está tratando de situar la actuación policial en el centro del debate sobre los graves disturbios ocurridos la semana pasada en Cataluña. La Generalitat ha evitado personarse como acusación, en defensa de los Mossos, en los procesos judiciales abiertos contra los detenidos, a quienes incluso brinda apoyo institucional. Mientras, vuelca su acción de gobierno en denunciar la violencia policial. El president Quim Torra exigió este martes al consejero de Interior, Miquel Buch, que impulse “las investigaciones necesarias” sobre la policía autonómica". No saben como se lo agradecerán los propietarios y trabajadores de tiendas y restaurantes, sin olvidarse de los vecinos y de lo que se ha venido en llamar "el mobiliario urbano". Si no acusan a los vándalos están permitiendo la barbarie. Lo dicho: feos, sucios y malos.