TV Blog de Harguindey

TV Blog de Harguindey

La televisión es la reina de la casa. Lo que se pretende en este espacio es comentar la actualidad televisiva más inmediata, los programas del día, desde cualquiera de los que se definen como “telebasura” a las retransmisiones deportivas, los espacios informativos, documentales, las películas o las series. Son los comentarios y recomendaciones de un telespectador común.

Sobre el autor

Ángel Sánchez Harguindey

Ángel Sánchez Harguindey perteneció a la plantilla de El País desde su fundación en 1976. Fue jefe de la sección de Cultura, responsable del suplemento cultural Babelia, redactor jefe de El País Semanal, redactor jefe de la sección de Opinión y Adjunto a la Dirección.
Ha publicado el libro "Memorias de sobremesa. Conversaciones con Rafael Azcona y Manuel Vicent" (Editorial Aguilar)

Archivo

septiembre 2021

Lun. Mar. Mie. Jue. Vie. Sáb. Dom.
    1 2 3 4 5
6 7 8 9 10 11 12
13 14 15 16 17 18 19
20 21 22 23 24 25 26
27 28 29 30      

Archivos

Patrioterismo

Por: | 31 de mayo de 2021

5921968

"La mejor liga del mundo" es como suelen calificar una buena parte de los comentaristas deportivos a la liga de fútbol española. Naturalmente es una frase sin la menor justificación salvo el de un patrioterismo de andar por casa entremezclado con los derechos de retransmisión de las respectivas cadenas de televisión. Todo vale si sirve para satisfacción del consejo de administración o de los espectadores. Luego viene la realidad: la pasada final de la Champions Ligue tuvo en dos equipos británicos a sus protagonistas. No importa, seguimos siendo la mejor liga de fútbol del mundo, porque sí.
El canal Teledeporte, por su parte, retransmitió el Campeonato Europeo de Atletismo por Naciones en el que, naturalmente, participa España. En este caso, al patrioterismo de los comentaristas se une a una delirante confusión entre la realidad y el deseo. Es casi hasta entrañable escucharles como animan a nuestros/as atletas al comienzo de sus carreras, como van creando unas expectativas positivas, generalmente falsas, sobre sus esfuerzos. Si toman la primera curva del tartán en un buen lugar, se desatan las loas, o si están a punto de iniciar su primer salto las alabanzas surgen en cascada. Naturalmente, como indica el sentido común, aquella primera curva en buena posición suele finalizar en un quinto o sexto lugar, y el saltador o la saltadora, lo mismo.
España no es una potencia europea en atletismo. Es un hecho y lo cierto es que tampoco es una ofensa. Hay individualidades deportivas extraordinarias, incluso en deportes de equipo, pero eso tampoco debería de ser motivo de orgullo patrio. Convendría valorar en su justa medida los éxitos de los profesionales con talento en lugar de dejar rienda suelta a un nacionalismo trasnochado que, como bien señaló José Luis Cuerda en su día: "El nacionalismo, en el mejor de los casos, es infantilismo y en el peor, nacionalsocialismo".

El rock and roll

Por: | 18 de mayo de 2021

2269d35b-428c-4fd8-81b6-a1f55fcbc615_alta-libre-aspect-ratio_default_0

La reemisión de "Gay Mercader, el gran Mercader del rock and roll", de la serie "Imprescindibles", en La 2 de TVE, demostró un par de cosas: que la serie de programas incluídos en ese título es uno de los escasos productos culturales nacionales de calidad y que el rock and roll, como tantas otras actividades, estimuló un acercamiento a los hábitos de las sociedades democráticas más desarrolladas y consolidadas.
Que Gay Mercader es el responsable en gran medida de esa normalización social parece indiscutible. Un promotor musical que trajo a nuestro país a 3.400 artistas internacionales, que se endeudó con el primer concierto de los Rolling en Barcelona, en junio de 1976, básicamente por las trabas administrativas y policiales de un país cuyas autoridades aún no habían digerido la muerte de Franco, da la razón a su amiga Patti Smith cuando explicaba que el rock internacional, como el Guernica, no llegaría a España hasta la muerte del dictador. Después vinieron, gracias a Gay, Iggy Pop, Bob Marley, Dylan, AC/DC, o The Cure, entre otros muchos.
Eran tiempos grises y confusos, sobre todo con muchos grises en la calle, tiempos en los que, por ejemplo, el promotor tuvo que darle 1.000 pesetas al portero de noche de un hotel de lujo de Barcelona para que dejara de pedirles el libro de familia a Jagger y Richards y a las dos groupies con las que se presentaron después del concierto. Tiempos en los que los Beatles eran "los escarabajos" y que, al parecer, según las confesiones muy posteriores a su presentación en Las Ventas, media España estuvo en aquel concierto que no llenó la plaza de toros. Tiempos en los que una estrella como Sting tuvo el detalle de devolverle al promotor medio millón de dólares al tener que cambiar a un espacio con menos aforo su concierto en Madrid por decisiones de última hora de los responsables del Metropolitano y del estadio del Rayo Vallecano.
Este amante de la naturaleza y los animales que vive en una masía espléndida en el Gironés, que confiesa que "mi vida ha sido sexo, drogas y Rock and Roll y, a más, a cantidades ingentes", por extraño que parezca, es uno de los mayores responsables de que España, afortunadamente, no sea tan diferente.

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal