El partido republicano presentó esta semana una iniciativa para atraer a los votantes hispanos: conseguir que más miembros de la comunidad participen activamente en la política.
El Proyecto por la Futura Mayoría, lanzado por el Comité de Liderazgo Estatal Republicano (RSLC en inglés), invertirá tres millones de dólares en alistar unos 100 políticos hispanos para las próximas elecciones, aumentar el número de mujeres en sus filas y atraer al electorado más joven. El proyecto reclutará a hispanos para puestos legislativos así como fiscales a nivel estatal.
Ed Gillespie, presidente del Comité de Liderazgo Estatal Republicano. Foto: Gage Skidmore
La iniciativa responde al impresionante cambio demográfico en el que está inmerso el país. “En los próximos diez años, los votantes serán sustancialmente diferentes a los de hoy, y todavía más de los que decidieron las elecciones de 2000”, reconoció el presidente del RSLC Gillespie en un comunicado.
La población hispana ya suma más de 50 millones de personas en Estados Unidos. Es el grupo de mayor crecimiento en la última década, convirtiéndose en algunos distritos electorales del país. El presidente Obama reconoció el pasado mes de junio que el vencedor deberá ganarse el voto de los hispanos. Y tanto el partido demócrata como el republicano celebrarán sus convenciones en estados con una fuerte presencia hispana. Los demócratas viajarán a Carolina del Norte y los republicanos a Florida.
“Es una oportunidad única para construir la fuerza, el alcance y el atractivo del partido republicano”, dijo Gillespie del programa.
Los republicanos se afrontan a un reto complicado dentro de la comunidad hispana. Si bien hasta 2008 contaban en sus filas con John McCain, candidato presidencial y gran defensor de la reforma migratoria, abandonó esta postura tras su derrota. Con este cambio los republicanos iniciaron una serie de medidas especialmente negativas para la comunidad hispana. Arizona aprobó su ley de inmigración en 2010, el partido negó su apoyo al DREAM Act y politizó el debate sobre una posible reforma con medidas a nivel estatal que, en casos como Arizona o Georgia, también amenazan la economía local.
Aún así, el partido logró importantes victorias en las pasadas elecciones legislativas, en noviembre de 2010. Surgieron entonces figuras como Marco Rubio, senador en Florida, o Susana Martínez, primera gobernadora hispana de Nuevo México.
“Si no nos adaptamos ahora a los cambios que están ocurriendo en el país, nos encontraremos un electorado muy diferente en los próximos comicios”, reconoció Gillespie. En California y Nevada los hispanos salvaron dos importantes victorias demócratas. “Si no cambiamos de estrategia en algunos distritos, tendremos muchas dificultades para ser el partido de la mayoría”.
Los republicanos no quieren que vuelva a ocurrir y la iniciativa de la Futura Mayoría pretende que el mensaje que necesitan trasladar a los hispanos, deben comunicarlo miembros de su propia comunidad.
“Debemos hacer saber a los votantes que somos el partido cuyas políticas llevan a mayores oportunidades económicas, favorecen la movilidad social, la seguridad nacional y el tipo de valores familiares por los que la mayoría de los hispanos ha venido a este país”, explicó Gillespie.
El Proyecto para la Futura Mayoría trabajará con líderes locales para reclutar a candidatos hispanos y apoyar sus campañas electorales. En sus filas están la gobernadora Martínez, el gobernador de Nevada, Brian Sandoval; el ex senador de florida Mel Martínez y George P. Bush, hijo del ex gobernador de Florida Jeb Bush.
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