Obama venció en 2008 con el doble de votos de ciudadanos hispanos que John McCain. A su llegada a la Casa Blanca, contaba con un nivel de aprobación del 75 por ciento. Ahora roza el 48 por ciento. Dos años, un millón de inmograntes deportados, sin la prometida reforma del sistema de inmigración ni cambios menos comprometedores, como el DREAM Act. Dos años de decepciones que han erosionado el apoyo de la comunidad hispana.

Obama durante uno de sus discursos. (Foto: AP)
El presidente se enfrenta en las próximas elecciones a dos problemas. El primero es esta falta de apoyo. El segundo es que el nivel de participación de hispanos en las elecciones sigue siendo muy bajo con respecto al resto de la población.
"Espero que sólo veamos un aumento en 2012 y después en 2016", dijo Obama en la mesa redonda celebrada hoy en la Casa Blanca y que ha sido retransmitida en directo por internet con doblaje al español. Durante el evento, organizado por Yahoo!, MSN Latino y la sección Voces Latinas de Huffington Post, el presidente norteamericano contestó a preguntas enviadas por ciudadanos de todo el país.
¿Cree que es el momento para un vicepresidente hispano? La pregunta se refería a Marco Rubio, senador de Florida desde 2010 -fue uno de los grandes vencedores de las pasadas legislativas- y cuyo nombre se baraja como posible candidato a la vicepresidencia por el partido Republicano. "Sólo hay que mirar a los datos demográficos. Con los números llega el poder político", dijo Obama, en referencia al rápido aumento de hispanos en Estados Unidos, el grupo que más ha contribuído al crecimiento de la población.
Obama predijo además que a lo largo de su vida conocerá a un candidato hispano a la presidencia.
Pero inmediatamente después lamentó que los hispanos no acudan a las urnas en la misma proporción que el resto de ciudadanos. "Si los hispanos no votan, están rechazando su poder político", comentó. La falta de participación contrasta con la importancia que tendrá este grupo en las próximas elecciones. En 2010 ayudaron a los demócratas a salvar Nevada y California. En 2012, con la Casa Blanca en juego, influirán en el resultado de Colorado, Florida, Nevada y Nuevo México.