El presidente Obama pide el voto por teléfono desde
su oficina en Orlando, Florida.
Foto: Mandel Ngan (AFP)
El electorado hispano asciende a casi 24 millones de votantes y puede ser especialmente determinante en tres de los ocho estados que decidirán el resultado de las elecciones el próximo martes. En Florida y Virginia los dos candidatos llegan a la cita electoral empatados en los sondeos, con diferencias inferiores a un punto, y el voto de la comunidad hispana puede decantar la balanza. También serán significativos en otros estados como Colorado, con una importante población latina, o Nevada, donde Obama se aferra a una pequeña ventaja gracias a los mismos votantes que en 2010 salvaron las elecciones legislativas para los demócratas.
Según datos recientes de la organización Latino Decisions, el presidente podría obtener tres de cada cuatro votos de la comunidad hispana a nivel nacional. El presidente obtendría el 74,5% de los votos de los hispanos, frente a un 25,5% que se decanaría por Romney. Obama superaría por tanto las mejores expectativas, que hablaban de una reedición de los resultados de 2008, cuando obtuvo dos tercios del voto hispano. De cumplirse esta predicción, además, quedaría confirmada la brecha entre el Partido Republicano y los latinos, especialmente afectados por las diferentes leyes de inmigración aprobadas desde 2010.
Los latinos pueden ser determinantes en un estado como Florida, donde Romney disfruta de una ligera ventaja en las encuestas, pero ésta puede ser saboteada por el importante apoyo con el que cuenta Obama. Varios sondeos han intentado minimizar el respaldo de la comunidad al presidente, ya que la inmigración no ha sido protagonista de las políticas en el estado. Sin embargo, sí se trata de uno de los asuntos de mayor importancia para los votantes hispanos de Florida (36%), sólo por detrás de la economía y la creación de empleo (52%).
La economía se mantiene como el tema más importante en estas elecciones para los hispanos en los estados de Nevada, Carolina del Norte, Nuevo México, Virginia, Florida y Colorado. Arizona es la excepción. Allí un 55% de votantes afirma que la inmigración y el Dream Act son el asunto más significativo, mientras que un 44% se decanta por la economía. Esta diferencia con respecto al resto de los 'swing states' puede conseguir que los demócratas reduzcan por primera vez la gran ventaja de la que siempre han dispuesto los republicanos, ya que un 80% de los hispanos afirma además que votará por Obama, frente a un 14% que lo hará por Romney.
En Virginia, el segundo estado donde un 45% del electorado latino aprueba el trabajo de Obama -el segundo mejor nivel de aprobación de todos, por detrás de Arizona- la inmigración también está un punto por delante de la economía, principal argumento de la campaña republicana, por lo que los hispanos podrían dificultar la victoria de Romney. En el caso de que el republicano gane en Florida, como prevén las últimas encuestas, y Obama consiga los 18 votos electorales de Ohio, Virginia tendrá el veredicto final. Y según el sondeo de Latino Decisions, un 43% de los hispanos en el estado rechazan a Romney a causa de sus propuestas de inmigración.
Y en Colorado, donde ambos candidatos siguen empatados desde el pasado día 25, según la media de encuestas elaborada por Real Clear Politics, los hispanos también se decantan por el presidente Obama por un amplio margen de 54 puntos, y la economía está prácticamente empatada con la inmigración en nivel de importancia para este grupo del electorado.
Diversos sondeos han demostrado en las últimas semanas que el anuncio de Obama sobre la suspensión de las deportaciones a los Dreamers, jóvenes estudiantes indocumentados, fue determinante para recuperar el apoyo de la comunidad hispana. Los latinos han sido muy críticos con la política de deportaciones del presidente -que superó los récords establecidos por su predecesor, George Bush- pero el cambio del pasado mes de junio habría servido para recuperar el voto hispano a favor de Obama.