En las estadísticas de los más de 50 millones de hispanos que viven en Estados Unidos, que representan ya a uno de cada seis residentes, se esconden 50 millones de sueños americanos que, como tantos otros, han ayudado a tejer la historia y la cultura de un país con más promesas que ningún otro. ‘Sam no es mi tío. Veinticuatro crónicas migrantes y un sueño americano’ es la selección realizada por dos escritores y emigrantes que han querido rendir tributo al viaje hacia el norte de latinoamericanos como ellos.
A diferencia de los que llegaron durante los siglos XIX y XX, los inmigrantes que han añadido la última capa de la sociedad estadounidense lo han hecho en español. En español han navegado la crisis económica de la que todavía se recupera el país y en español han sufrido algunos de sus más profundos zarpazos, como el fraude de los préstamos hipotecarios, retratado sin pudor por el autor argentino Diego Fonseca, editor de la colección junto a la brasileña Aileen El-Kadi.
Enredados ya en la malla de etnias e idiomas que compone Estados Unidos, argentinos, colombianos, venezolanos, chilenos, buscan su identidad. Algunos llevan atadas además las historias de padres y abuelos emigrantes. Para ellos la llegada a un país nuevo y donde es tan fácil ‘esconderse’ como en las calles de las grandes ciudades estadounidenses ayuda a crear y expresar esas señas de identidad que nunca llegaron a encajar en el país de origen. Víctimas del multiculturalismo, habían nacido allí, pero nunca fueron “de allí”.