El Facebook de Julio Cortázar

Por: | 03 de abril de 2013

Rayuela1

Foto:  irëne

Esta semana he andado mucho en el Facebook. He leído a una amiga que pide que le recomienden libros distópicos en portugués y a otra que pregunta cuál es el método más eficiente para quitar una mancha de grasa del pantalón. He cruzado por la selva de fotografías con frases cristianas para compartir, bromas ingeniosas, chistes absurdos y las anécdotas divertidas, tristes y dulces al mismo tiempo, de un amigo que se está despidiendo así de su hermana enferma. He desplazado lecturas y películas planeadas, y no me arrepiento. El Facebook es un universo que se extiende y se renueva; somos muy afortunados de haber participado desde sus inicios de este momento.

Se me ocurre pensar qué hubiera pasado si este fenómeno hubiera sucedido a fines de los 50. Ahora, los sobrevivientes del Boom Literario miran con recelo e incluso menosprecio a las redes sociales, pero de haber sucedido cuando empezaban sus carreras literarias sin duda hubieran participado. Gabriel García Márquez tendría una página casi sin actividad, etiquetado en muchas fotos y textos de sus amigos, contestando con ironía alguna que otra frase. Jamás pondría "Me Gusta". A nada. Eso no va con él. Carlos Fuentes, por el contrario, sería un heavy user. Constantemente actualizaría su página con enlaces a lecturas, en francés, inglés y castellano, a noticias internacionales sobre política, cultura, economía. Colgaría largos, interminables estatus -cuando no "notas"- con posturas políticas (la literatura también ocuparía un lugar, pero menor) y crearía ábumes con fotografías donde se le vería, inevitablemente elegante y sonriente, en países remotos o sitios célebres. ¿Sería quizá un adicto al Foursquare? Probablemente, pero de ninguna manera al Twitter. Mario Vargas Llosa, por su parte, tendría un perfil parecido al de Carlos Fuentes, quizá más combativo pero menos frecuente. A diferencia de García Márquez y de Fuentes, sería muy selectivo al aceptar amistades, colgaría muy pocas fotos y antes que escribir estatus -que, sin duda, escribiría- se dedicaría a comentar en las páginas de los demás. Sería un argumentador feroz, culto e ingenioso, siempre con la última palabra y dispuesto a discutir incluso con los troll. De vez en cuando, algún familiar lo saludaría y Vargas Llosa no podría evitar poner debajo una frase amable y doméstica, siempre en plural: "Ha empezado el frío y es difícil acostumbrarse, pero estamos bien. Patricia y yo los recordamos siempre". Tampoco tendría Twitter. 

¿Y Julio Cortázar? Ninguno como él para aprovechar al máximo las redes sociales. No solo tendría una cuenta de Facebook o Twitter, sino de cualquier plataforma que apareciese, aunque solo fuera por curiosidad. Incluso, se me ocurre, tendría varias cuentas de Facebook, y aprovecharía la cuentas falsas para crear conversaciones y situaciones absurdas, cómicas o complejas en su cuenta real. ¿Quién escribe esto y contesta lo otro? Intervendría en todas las conversaciones (incluso en el consejo sobre el mejor método para sacar manchas de grasa), pondría centenares de "Me Gusta", colgaría videos de YouTube de jazz, situaciones extrañas, bromas y gatos. Compartiría memes divertidos. Hablaría de todo, incluso de deporte. Sus estatus políticos serían serios pero también escribiría textos divertidos, con el humor del libro de cronopios, o mostrando el lado ridículo de la seriedad como en Último round. Obviamente, lo suyo sería el juego de palabras. Sería adicto al Instagram. Subiría fotos de objetos, carteles, personas, paisajes, animales, todos fotografiados con su iPhone mientras pasea y acompañados por textos breves o titulados con ingenio. Su cuenta de Pinterest sería, simplemente, espléndida, de visita obligatoria, como un museo maravilloso donde cada foto es un hallazgo. Sus enlaces seguirían la misma lógica del asombro ante el absurdo del mundo. "Juegos de la imaginación, dice el señor cuerdo que nunca falta entre los locos" dijo alguna vez Cortázar, arrastrando las erres. Juegos de la imaginación también los míos, sin duda. El Facebook de Cortázar. ¿A quién se le ocurre?

Se me ocurre a mí y no sin razón. Se cumplen este año el cincuentenario de la primera edición de Rayuela y aunque el ambiente entre los lectores es festivo, los escritores -me incluyo- somos más escépticos. He leído varias declaraciones contra Rayuela, algunas incluso de inusitada violencia, y reconozco que estoy dispuesto a aceptar como válida la mayoría de críticas. En especial aquellas que sostienen que Cortázar es mejor cuentista y que Rayuela es una novela desigual. Lo es, aunque ¿qué novela de más de 300 páginas no es desigual? Nada puede impedir que el mundo de Rayuela haya envejecido tan rápido, mientras envejecían o se trivializaban sus preocupaciones. La filosofía zen, el pensamientos budista o las Mandalas se han convertido ahora en tema de libros de auto ayuda. Los hipervínculos, del que fue casi un precursor, son ahora cosa de todos los días y por eso Rayuela, en medio de la tecnología actual, parece un mamotreto inmanejable y tan anacrónico como solo puede serlo lo que fue alguna vez modernísimo. Además, la afición de Cortázar por las frases ingeniosas o entrañables, aforismos o grafitis que pintados en paredes cambiarían el mundo, ahora se frivolizan en memes o tuits para etiquetar y compartir.

Sin embargo, no tengo duda de que Rayuela sobrevivirá nuestro escepticismo no solo porque es una novela que dice cosas, sino porque las dice de una manera lúdica (por encima de la pomposidad de algunas escenas o ideas) que no se ha desactualizado sino, al contrario, se ha convertido en una marca registrada en las redes sociales. No es gratuito que el libro se titule como un juego de niños ni que, incluso en sus momentos más solemnes, aflore el lado divertido, la sonrisa que se ríe de sí mismo y celebra la travesura, el malentendido o el absurdo. Como ninguno, Cortázar consiguió captar una instantánea de su tiempo, aunque esa fortuna siempre pasa la factura. Aún así, lo lúdico se alza sobre cualquier hoguera prematura para decirnos que puede haber envejecido el mundo que originó Rayuela, pero jamás Rayuela.

Hay 41 Comentarios

¡Gracias!.

mas chuchi es el facebook me divierto mucho..;)

¿Acaso no está aquí con una tablet, googleando mientras esperan el almuerzo?

http://3.bp.blogspot.com/-JqQfa-L9xZI/URbN1jP3PzI/AAAAAAAAKFk/zP4FfUa4iTE/s640/madreCortazar.jpg

Creo que Cortázar no perdería el tiempo en esas redes "zoociales", donde pulula el mal gusto, la simplonería y la mediocridad, y que se presta con muchísima facilidad para ser la moderna alcahueta virtual.

Fuentes, Vargas Llosa, García Márquez son incompatibles con facebook tanto como Cortázar con una tableta en mano...primero porque escribían sus contenidos a manuscrito y segundo porque la banalidad no es vana

Leí Rayuela por primera vez hace 2 o 3 años, con 16. Lo volví a leer el año pasado y posiblemente haga lo propio este verano. Cortázar es, en mi humilde opinión de joven inexperto y falto de experiencia, un autor en el que siempre se podrá encontrar al completamente nuevo y renovador. Sinceramente, si algo ha envejecido, ha sido la manera en que vivimos (los jóvenes), tan alejada -aunque no lo parezca- de ese infantil sentimiento lúdico del que habla el artículo.

Que nota! Que excelente sería tenerlos en Facebook a esos grandes escritores que mencionas, ahí estaría completo el FB, entre locuras y bromas como dices, cómo me hubiera gustado publicarles una de sus propias frases, estoy seguro que como John Lennon, ellos lo hubiesen adoptado con alegría. Disfruté tu nota!!

Rayuela es inmortal nada más que por su poesía.

Iván, después de leer tus comentarios sobre Rayuela en este artículo y los que hiciste el otro día para Marabilias me apetece ahora leer Rayuela. De Cortázar leí varios de sus libros de cuentos pero nunca Rayuela. Espero que no sea demasiado tarde y se me haya pasado la edad para leerla por primera vez...

Aunque no me considero libre de errores ortográficos o de tipeo, aclaro que el Iván al que se refiere un comentario (vanal/banal) no soy yo sino un comentarista de las 11:43:46. Muchas gracias a todos por sus comentarios. Saludos.

"Iván, cielo, "banalidad" es con b".
Que vano comentario cuando es evidente que ha sido un error de tipeo ya que la V está al lado de la B...en fin..muy buen post aunque me hubiese gustado saber acerca de como sería el facebook de alguna escritora (género femenino)...felicitaciones!!!

Nunca habría relacionado Rayuela y Facebook. Recordemos que Facebook es una empresa privada a la que todos estamos enriqueciendo y dando nuestras fotos y opiniones. Rayuela habla sobre la vida, el jazz, la literatura y el arte. Y lo hace con arte, con improvisación e inteligencia. Facebook, perdón por la expresión, te hace perder el tiempo. Las verdaderas relaciones se dan cara a cara. Las otras, las relaciones lejanas, es bastante con un email de vez en cuando. NO por favor, no insulten a Cortázar y lo relacionen con Facebook, y menos con Rayuela. Lean rayuela, no entren y pierdan su tiempo en Facebook. Amen.

Menudo rollo de artículo. Carlos Fuentes vivió en tiempos de facebook y pasaba de él tres quilos. Personas que se pasan muchas horas con libros, escribiéndolos o leyéndolos, no tienen tiempo para el Facebook, que es lo que me pasa a mí. Por mi trabajo tengo que leer mucho, soy profe, y escribir libros (cosas técnicas, nada emocionante), pero eso te lleva tanto tiempo, que lo que te queda es para la familia, tomarse un vino con un amigo alguna vez, dormir, comer y poco más.

Cortazar ha representado un encuentro en mi vida, por su renovación formal, por la variedad y originalidad de su producción. Recuerdo que Cortazar mismo habÍa recondocido que se necesitaba una "mutación" del lector, no más un lector pasivo, asimilador de novelas y cuentos, sino "un lector activo y batallador". alessia

Ehhmmm... ¿hay censura en los comentarios a este blog? ¿Las críticas no son bien recibidas? Me quedo asombrado.

Escribí las siguientes líneas y han sido borradas. No falté en ningún momento al respeto, creo yo, con mi comentario. Sin embargo el comentario ha sido eliminado...

Ahí van otra vez, no porque crea que sean importantes, sino por una cuestión de principios.

Visito rápidamente El Páis y me llama la atención un título que, por lo menos como título, promete una lectura jugosa. Decido parar y leérmelo. Y acabo con una decepción. E incluso un poco de rabia.

El que escribe no sólo hace una suposición que comparto poco (pero eso es lo menos importante: generally speaking, hay una diferencia de fondo entre la idea que los intelectuales en Europa y en América tienen de las redes sociales, y dicha diferencia estriba en la distinta visión que se tiene en los dos lados del charco del capitalismo y de sus subproductos como FB) sino que lo hace sin ninguna gracia ni ningún atisbo de poesía: uno se espera, en un artículo en cuyo título, además de una artículo determinativo y una preposición, aparecen dos nombres propios —Facebook y Cortázar— que sólo de por sí dan juego a —perdónenme la tautología— juegos... y ritos y pasajes; uno se espera, decía, que le abran una puertecita al pasar por la cual sabe que tendrá que suspender la incredulidad durante unos pocos minutos y pasarlo, de alguna manera, bien.

Y no, eso no pasa. Sino que uno se encuentra con un artículo mediocre, que nada aporta y cuya lectura es más bien una pérdida de tiempo (tal y como lo estoy perdiendo yo, intentando que este cometario no sea borrado: una cuestión de principios, ya que lo hospeda El País, y no se trata de un blog "personal").

De paso lo digo, ya que estoy: creo yo que, viviendo hoy Cortázar, él coquetearía con Facebook un rato, pero que muy pronto se aburriría y al poco FB pasaría a ser parte de ese ladrillo pegajoso, ese paralelepípedo de nombre repugnante de su "Manual de instrucciones".

Me ha encantado la comparativa y la selección. Qué cuatro escritores, Dios mío. Estoy seguro de que a Cortázar le encantarían todos los juegos de identidades que le facilitaría el uso del Facebook, como espejos y espejismos borgianos.
Ya que mencionas a Carlos Fuentes, creo que "La región más transparente" es de lectura obligada.

Más literatura en http://desajustesliterarios.blogspot.com.es/

Para Iván:
Iván, cielo, "banalidad" es con b.

Solo para acotar que cada vez que se me da por leer a Cortázar me cambia completamente la onda, Es como si me diesen un cachetazo para despertarme y comenzar a ver la vida y el mundo con otros brillos y colores

Buena idea para un artículo. Y no encuentro razones para criticarlo. Es un trabajo para un blog de prensa, no una tesis. Tras treina años de abandono como lector de Cortázar y otros de su generación, volví a él como consecuencia de una de esas obras recuperadas de su armario. Para mí fue un choque, sin duda por haberme acostumbrado progresivamente y sin darme cuenta al nivel de la literatura actual. No sé qué escritores atacan ahora Rayuela, pero cambiaría toda su producción por solo ese cuento desechado por Cortázar. Y sospecho que ellos también lo harían.

Visito rápidamente El Páis y me llama la atención un título que, por lo menos como título, promete una lectura jugosa. Decido parar y leérmelo. Y acabo con una decepción. E incluso un poco de rabia.

El que escribe no sólo hace una suposición que comparto poco (pero eso es lo menos importante: hay diferencias de fondo entre las maneras de acercamiento y uso de las redes sociales de la intelectualidad europea y de la del otro lado del charco: se debe a la distinta visión que tenemos del capitalismo y sus productos los intelectuales europeos y los americanos) sino que la suposición que hace la hace sin ninguna gracia ni ningún atisbo de poesía: uno se espera, en un artículo en cuyo título, además de una artículo determinativo y una preposición, aparecen dos nombres propios —Facebook y Cortázar— que sólo de por sí dan juego a —perdónenme la tautología— juegos... y ritos y pasajes; uno se espera, decía, que le abran una puertecita al pasar por la cual sabe que tendrá que suspender la incredulidad durante unos pocos minutos y pasarlo, de alguna manera, bien.

Y no, uno se encuentra con un texto cualquiera (parece mentira que haya salido del teclado de un escritor), muy mediocre y cuya lectura no aporta nada: una pérdida de tiempo. Eso da rabia.

Dicho sea de paso, creo yo que Cortázar coquetearía con Facebook un rato, pero que muy pronto se aburriría y al rato FB pasaría a ser parte de ese ladrillo pegajoso, ese paralelepípedo de nombre repugnante que hay que ablandar todos los días...

En fin.

No es darle muchas vueltas a la tortilla?
A mi me encant'o Rayuela y siempre sera una de las novelas que lleve en el corazon. Invocar a un muerto y abrirle un facebook para hablar de su novela puede ser original, pero quiza habria que volver un poco a dejar la originalidad y buscar el contenido, esperando que la originlidad acompagne por si misma (o no).

Hubiese pasado que Cortázar nunca habría sido tan idiota y gilipollas como para tener facebook.

Hace años imaginé a Cortázar como el blogger perfecto http://noiserfan.espacioblog.com/post/2007/05/21/enviando-julio-intercambio-emails-

Es exactamente lo que he sentido cada vez que he leído Rayuela, que jamás envejecerá.

Es un post ridículo y con ínfulas. Una sarta de tonterías pavoneándose al citar a los grandes.

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Este blog se plantea hacer comentarios de actualidad sobre libros, autores y lecturas en menos de 1.000 palabras. Se trata de un blog personal, obsesivamente literario, enfermo de literatosis, como diría JC Onetti, según la regla que la literatura es un vano oficio, pero jamás un oficio en vano.

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Ivan Thays

Ivan Thays. (Lima, 1968) Autor del libro de cuentos Las fotografías de Frances Farmer y las novelas Escena de caza, El viaje interior, La disciplina de la vanidad, Un lugar llamado Oreja de Perro, Un sueño fugaz y El orden de las cosas. Ganó en el 2001 el Premio Principe Claus. Fue finalista del premio Herralde 2008. Fue considerado dentro del grupo Bogotá39 por el Hay Festival. Sus novelas han sido traducidas al francés, italiano y portugués. Dirigió durante siete años el programa televisivo Vano Oficio. Actualmente administra el comentado blog Moleskine Literario.

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