Con ustedes Montezemolo, el Kennedy vaticaliano

Luca Cordero de Montezemolo será el próximo primer ministro de Vaticalia.

Lo sostiene mi amigo Pedro Jesús Fernández desde hace un año y nosotros lo ponemos por escrito aquí para que quede constancia. PJF es majo, listo y además escribe novelas y tiene contactos en el cuerpo diplomático (de hecho es casi un diplomático), así que habrá que creerle.

Lo cierto es que el presidente de Ferrari y ex presidente de Fiat es el tapado de la política vaticaliana desde hace años. Lleva tanto tiempo amagando con entrar en política y sin hacerlo, que resulta difícil saber ya si actúa por cuenta propia o si es un tapado de alquiler, a horas alternas.

Montezemolo ha vuelto a decir que, dada la palmaria falta de ideas, el estancamiento del Gobierno y la continua bronca en la que anda metida la política nacional, le están entrando unas ganas locas de saltar al campo. La tentación es grande. Lo que nadie sabe es si se atreverá por fin.

Hace unos meses, Montezemolo hizo una especie de ensayo general con todo ante una decena de corresponsales extranjeros. Nos convocó a un almuerzo en su elagante casa romana de Parioli, y puso en escena todos sus encantos personales, ferraristas y familiares con la obvia idea de sopesar qué tal caería entre la canalla forastera que sputtana a Vaticalia su hipotética entrada en política. 

Campechano y glamuroso, a Montezemolo le encanta escucharse, y mientras los plumillas nos zampábamos el rodaballo con patatitas y tomatitos procurando no manchar demasiado el mantel de hilo con el boli y la copa de vino con los labios, nos fue ilustrando en su ambiente sin humos y lleno de arte contemporáneo de quitar el hipo sobre su biografía de hombre-milagro hecho a sí mismo.

Niño norteño de la fría posguerra cuya familia no tenía apenas para comer, luego de golpe estudiante brillante en una universidad de Estados Unidos, después un verano de vacaciones en casa, una llamada por azar a un programa de radio nocturno y la caída casual en brazos del avvocato Gianni Agnelli, o quizá del propio Enzo Ferrari, ya no recuerdo, para ir ascendiendo desde abajo hasta lo más alto en la empresa vaticaliana por antonomasia.

Mientras contaba todo eso sin adobarlo con chistes de judíos ni llamar maricones a los gais ni meter mano a las camareras (de hecho eran camareros), muchos pensamos que, en efecto, ahí había un sustituto digno para mister B.

Luego sus dos hijas rubias y pequeñajas llegaron del cole, Montezemolo nos las presentó (a grandes rasgos) entre besos y carantoñas, la mayor había sacado un diez, la menor tenía que hacer una redacción con él enseguida, papá no tardaba nada, estos amigos se iban a ir muy pronto y las iba a llevar al circo esa misma tarde.

Todo ello muy suelto y natural, con muchas frases en inglés y francés para que viéramos que habla idiomas, con una petición a la corresponsal de El Mundo Irene Hernández para que mandara recuerdos a Pedro J. Ramírez (nadie es perfecto), con licencias bohemias del tipo "no saben lo chic que es ir a comer pescaíto frito a Fregene en invierno", y tirando de móvil extrafino de vez en cuando para ver cómo iban las cosas en los entrenamientos del Gran Premio donde Fernando Alonso iba a palmar unas horas después el Mundial de manera un poco grotesca y vaticaliana.

Un anfitrión ameno, interesante, amable, seductor. El perfecto Kennedy vaticaliano. Un tipo al que uno compraría un coche de segunda mano, sabiendo incluso que probablemente estará averiado.

Porque, cuando llegó la hora de responder a las preguntas serias, ¿pero entonces va usted a entrar en política o qué?, ¿no cree que míster B. debería saldar sus cuentas con la justicia?, Montezemolo empezó a recular y a divagar y mostró todas sus dudas, sus miedos, su vaticalianidad. Sí pero no: ni.

Se ve que no había llegado todavía el momento. Ahora, el idílico gestor de Maranello y primer empresario de trenes privado del país ha vuelto a anunciar que está dispuesto a dejar de ser el eterno tapado y se ha ofrecido  a ser el Papa extranjero, el nuevo salvapatrias, la solución para "la destrucción de las instituciones", el impulsor del nuevo Risorgimento.

El anuncio ha sido concretado por el filósofo Massimo Cacciari, ex alcalde ex rojo de Venecia y amigo de Veronica Lario, que ha dicho que Cordero se presentará con unas listas cívicas si hubiera elecciones anticipadas.

Lo bonito ha sido la reacción de la clase política. Los muchachos del Tercer Polo, esa entelequia formada por los democristianos de Pierferdinando Casini y los laicos de Gianfranco Fini y los católicos verdes de Francesco Rutelli, se han mostrado dispuestos a acogerlo en su heterodoxo seno, El Partido Democrático, por supuesto, ha dicho que lo espera con ilusión y que confía en que aclare con quién quiere concurrir. Muchos creen que podría ser el aglutinador entre esos dos mundos del centro derecha (sic). Con lo cual el centro derecha nominal, el Pueblo de la Libertad, y la extrema derecha, la Liga, se han puesto como siempre muy nerviosos.

Es lo bueno que tiene Montezemolo. A la Liga del Norte le pone de los nervios. Y a Berlusconi no digamos. No es di izquierdas, no es de derechas, ni siquiera es de centro y sobre todo no es un político. Es un burgués pijo, moderno, funcional, razonable, viajado y emprendedor (aunque sus negocios van bastante peor que los de B.). Un Berlusconi mucho más joven, presentable y discreto, menos zafio y sobre todo con mucha mejor imagen y muchas menos cuentas pendientes con la justicia y los bunga bunga. Con su dosis de conflicto de intereses, sin duda, pero al menos no es amigo de Dell'Utri.

Puede que esa síntesis suponga el verdadero final del berlusconismo: un primer ministro de salvación nacional, que ilusione y movilice y ofrezca una salida airosa al antiguo régimen dando cobijo a los finianos que abandonaron a tiempo al Sultán, a los inútiles del aparato del PD que no quisieron ni supieron batirle, y a los cínicos tacticistas de la democracia cristiana casiniana que solo esperan instrucciones de la Curia.

Como oposición, imaginamos, quedarían Vendola y Di Pietro, por un lado, y la Liga Forte y los nostálgicos berlusconianos, por el otro. La verdad es que, comparado con lo de hoy, suena a película de Hollywood con final feliz y beso casto en la chimenea.

Ahora solo falta que Comunión y Facturación y el Opus Dei den el plácet.

Aunque igual lo han dado ya, porque en la página web de Italia Futura, la fundación y think tank de Montezemolo, luce esta cita del cardenal Angelo Bagnasco, líder de la CEI: "Italia tiene una enorme necesidad de recomponerse, de recogerse en sí misma y de reunir sus energías mejores, para ponerlas todas en círculo y dar un paso adelante".

¿Pillan la idea? Fuera Il Cavaliere. Dentro Il Cavallino.

Todos a jugar a la gallinita ciega rezando y subidos en un Ferrari. Brrrrrrm.

 

Comments

[Publicado por: Paolo]

Que el Mora quiera ponerse por presidente en Italia?! Porque uno que tanto critica tiene que haber soluciones para todo no?

[Publicado por: Pobre, Mora]

Di Montezemolo es un perfecto idiota. Fue el imbécil que contrató a Alonso, y eso lo descalifica eternamente para representar o gobernar Italia. Que se largue a vivir a Oviedo. (Ay, se me olvidaba que ahora, como buen pobreton español venido a más, Alonso vive en SUIZA para no pagarle impuestos a los comunistas del PSOE.)

[Publicado por: Julio]

La maggioranza del parlamento vota che il capo del governo è un "pirla".

[Publicado por: José, una ñ en la tormenta]

Hoy es uno de esos malditos días en Vaticalia...
Los ciudadanos egipcios, sirios, tunisinos, masas ingentes de seres humanos hartos y asqueados de politica corrupta en Africa del Norte, países empobrecidos, indigentes y desnutridos, hombres y mujeres con los zapatos destrozados y las ropas que a las leguas se ven maltrechas y usuradas, armados hasta los dientes solo con gritos y voces en cuello, han tenido el valor de defender su propia libertad y dignidad en sus Viernes de la ira. Demostrando la fuerza y la valentía de la propia cólera.
Ellos sí han dicho: basta de una buena vez !
A coste de la propia vida, las de sus familias, las de sus seres queridos.

En vez aquí, hoy en Vaticalia es solamente nada más ni nada menos que otro miércoles de la Verguenza.
Miércoles de la Cobardía.
Miércoles del Vacío.
Miércoles de la Corrupción.
El Parlamento al completo, en votación por mayoría comprada al mejor postor, ha impuesto el conflicto de atribución.
El putero, el mafioso bandolero, no dijo lo que dijo, ni hizo lo que hizo, ni estuvo donde estuvo, y además, no se acuerda de lo que se olvidó y no puede responder por lo que prometió, porque solo fue una expresión de deseos...
Qué Asco.
Qué Indignación.
Qué Impotencia.
Qué estoy haciendo aquí, en èsta tierra baldía, a pagar impuestos... impuestos al boludo, para sostener éstos mercaderes pornostar...
Qué asco de Iglesia, Señor...

El Gran Machazo dijo a la multitud de sus televidentes: "estaré en el juzgado todas las veces que sea necesario para provar mi inocencia".

No va a ser necesario, caballero.
No importa lo que sucederá de ahora en más.
Porque a partir de éste Miçercoles de la Verguenza, toda Italia será culpable.

[Publicado por: Roberto]

Montezemolo no me gusta, pero puestos a buscar *lo menos peor*... Vamos, sería un paso adelante. Claro que habría que cambiar también al personal parlamentario, infumable, zafio, corrupto y arrogante. Por cierto, los empleados de Berlusconi, perdón, los parlamentarios de la mayoría acaban de votar el conflicto por el cual el proceso *Ruby* debería ir al Tribunal de Ministros, o lo que es lo mismo, al olvido... Qué país, qué paisaje, qué paisanaje... Miguel de Unamuno hubiera tenido que nacer en Vaticalia.

[Publicado por: Paolo, por supuesto]

mazarino tiene razon. el desafio verdadero seria reinventar Italia moralmente. y quizas Montezemolo tenga esta capacidad.

[Publicado por: mazarino]

Sí señor, un Berlusconi más joven y presentable y sobre todo menos zafio, más elegante, para que estén contentos tanto a la vieja derecha como a la quizás aun más vieja izquierda "radical chic", para que todos se sientan orgullosos de capacidad de reinvención de Italia y, claro, no cambie nada.