"Vamos al Rock-Ola a beber y a bailar. Vamos a gastarnos el dinero de papá en el Rock-Ola". Con ese estribillo original de Marcos Muslera se inicia el documental Rock-Ola. Una noche en la movida que se pondrá a la venta en los próximos días en una edición coleccionista en DVD, editado por Avalon.
El documental, dirigido por Antonio de Prada, un vallisoletano de 37 años que no vivió los años de la movida madrileña, incluye entrevistas con algunos de los representantes de aquel movimiento, además de material con actuaciones en directo de grupos de la época,como Siniestro Total, Flashtrato o Polanski y el ardor. El DVD se complementerá con la publicación de un libro, en el que su realizador ha incluido más fotos y anécdotas que no pudo incluir en el documental. Rock-Ola.Una noche en la movida no cuenta con la participación de los considerados tres máximos representantes de la movida, Pedro Almodóvar, Alaska y Macnamara, por deseo expreso de Antonio de Prada. "Su mirada ya está muy vista y a mí me apetecía ir a la búsqueda de otro tipo de personas a quien pocas veces se les pregunta y, además, la película no es sobre la movida sino sobre ese templo de los sueños que fue Rock-Ola".
En la calle Padre Xifré número 5 de Madrid, junto al metro Cartagena, todas las noches desde la primavera de 1981 y hasta su cierre fulminante, en marzo de 1985, las puertas de este centro neurálgico, con toldo negro y letras blancas, se abrieron a toda esa gente que, tras los largos y aciagos años de la dictadura franquista, tenían ganas de diversión y libertad. Ya lo explica en el documental el fotógrafo Alberto García Alix. "Fue un viento, un viento que no se basaba en un movimiento político ni social. Un lugar emblemático por el que todos pasábamos, donde nos divertíamos, bebíamos y hacíamos relaciones". "Eran noches muy divertidas, donde no faltaba de nada y sobraba de todo", asegura otro de los asiduos a lo que se convirtió en una aventura diaria.
A lo largo de los 80 minutos de duración, Rock-Ola. Una noche en la movida, un largometraje muy documentado pero quizás algo falto de emoción y pasión, hace un recorrido por las históricas noches que se vivieron en ese local cutre y oscuro por el que pasaron todas las bandas musicales de España y el extranjero, los mejores grupos ingleses del momento. Con entrevistas al pintor Hortelano -"recuerdo los bocadillos de calamares de un bar cercano"-, a Pepe, el portero -"siempre pegaba con la mano abierta"-, Miluca Sanz, del grupo Las Chinas -"nos pintábamos los zapatos, que entonces eran todos negros y marrones, con pintura Titanlux de colores"- o el diseñador Antonio Alvarado -"la explosión en Madrid fue como si se abrieran de repente las puertas de una gran plaza de toros"-, el filme entra de lleno a través de sus protagonistas en lo que supuso aquel palacio de los sueños.
La salida al mercado de este trabajo coincide con la actuación esta noche en Madrid de Nacha Pop, la formación original del músico Antonio Vega, del que el próximo mes de mayo se cumple un año de su muerte. Como ha asegurado Nacho García Vega en una entrevista publicada el jueves en el diario EL PAÍS, hablando de la movida, "esa época marcó muchas cosas de la vida cultural del país a través de varios conceptos: el atrevimiento, la alegría, el desparpajo...."
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