11.00 p. m. Penélope ya duerme en la ciudad, Benicio no. No, no es que duerma en otro sitio, es que Benicio no duerme. Como ya habreis leído, hoy se ha presentado Siete días en La Habana, y ha ido mejor en su contacto con el público de lo esperado. Trueba ha triunfado, y solo falta ver cómo acaba su gala de noche. Mañana os contaremos. No le ha ido tan bien a Foxfire, de Laurent Cantet. Y sí ha gustado, y mucho, Las sesiones, premio del público en Sundance. Engancha de manera sabia. Ahora la gente del cine cena, antes de decidir a qué fiesta ir: o la de Siete días en La Habana o la de El artista y la modelo. Porque otra sorpresa de este certamen es la vuelta de las fiestas: todas las noches hay al menos una, y esta madrugada van a coincidir dos fuertes. Probablemente lo más astuto es seguir la pista de Benicio, hombre sabio en este tipo de menesteres, que nos llevará a la mejor celebración
7 p. m. Unax Ugalde habla calmo. Este año le ha tocado ir de festivales: en Cannes promocionó Drácula de Dario Argento, con la que repetirá en Sitges, y en San Sebastián presenta Baztán, un curioso filme que mezcla una historia de época, centrada en la persecución de la Inquisición y de parte de la sociedad a los agotes, habitantes de algunos pueblos del valle que da nombre a la película, con la vida actual en esa zona, un día a día interrumpido por el rodaje de una película –esa historia de los agotes- y una tercera historia: el 20 aniversario de la filmación en Baztán de Vacas. Y por eso tres de sus actores repiten: Carmelo Gómez, Kandido Uranga y Txema Blasco. “Yo soy el joven refuerzo”, bromea Ugalde. “Ahora en serio. Lo que me gustaba de esa historia es la sensación de cruce y de diversas historias en paralelo”. Puede que esta Baztán quiera ser una especia de Innisfree de Vacas. “Puede. A mí desde luego me lo parecía. Rodamos en dos años, primero la parte histórica, luego la actual. Y pasé un frío…”. En un momento de la película, el trío de veteranos se pregunta: ¿vino Unax? ¿Ya ha llegado? Sí, lleva una semana tocando los cojones. “Es cierto que investigo mucho, me preocupa lo que hago”. Por eso los proyectos raros. "No sé si tendré seguidores, pero desde luego si los tuviera espero que vean mis esfuerzos por hacer cosas distintas".
Cerca de él, quien se hacía esfuerzo era Chus Lampreave, que se metía entre pecho y espalda un gran chuletón con patatas. Todo ello, horas antes de que llegara Penélopez Cruz, que ya está aquí. No será la única actriz latina-latina, tras la confirmación de que Monica Bellucci llega mañana por la noche.
3 p. m. Con Laurent Cantet llegaba otro de los platos fuertes del festival. El ganador de la Palma de Oro con La clase presenta Foxfire, adaptación de la novela Puro fuego, de Joyce Carol Oates, que describe la creación de una banda de chicas en los Estados Unidos de los años cincuenta, unas adolescentes que sienten que el mundo las aparta, y que solo uniéndose podrán sobrevivir. Ese ansia deviene en violencia y radicalidad… y hasta aquí puedo leer.
Lo primero que Cantet aclara son los paralelismos entre sus dos últimos trabajos, ambos centrados en la adolescencia, y rodados también con absoluta libertad: “He hallado un modo de rodar con libertad que respeta la energía que los actores y actrices tienen en su interior, así que he filmado de manera muy parecida a la de La clase, es decir, con largas tomas que permitían que improvisasen, aunque a priori en Foxfire no lo parezca. También hay temas similares, efectivamente, como la adolescencia: es la época en la que todos descubrimos las armas con las que nos enfrentamos al mundo, y para resolver esas dudas necesitaba una segunda película”.
Foxfire tiene un claro marco temporal y geográfico, pero el cineasta francés, cuya carrera comenzó en el certamen de Donostia con Recursos humanos (1999), asegura que ha intentado que hubiera una atmósfera de atemporalidad: “No quería hacer una película de época. Eso sí, he respetado decorados o la música de ese tiempo, pero elegimos a un grupo canadiense cuyas melodías suenan a también a contemporáneas. Hoy en día sigue existiendo el machismo, las agresiones a la gente de clase baja y así estaba el reto: las similitudes con la actualidad, porque mi cine muestra realidades. En esa atemporalidad, la llegada a la granja, el advenimiento de la utopía, es el apogeo de su existencia. La violencia siguiente es el final con el que suelen acabar estas cosas, pero quiero aclarar que no es el final de la experiencia, sino el fallo de la experiencia.
Cantet reconoce que no es su película más optimista, pero entra en matices: “Creo que la llama no ha muerto. En los momentos finales ellas, y nosotros como espectadores, vemos pistas que indican que alguien sigue en la brega, aunque en otros sitios, que a lo mejor no está todo tan cerrado al final. El libro de Joyce Carol Oates me llegó como regalo de cumpleaños, de sorpresa, y encontré rápidamente las conexiones con mi cine. Por ejemplo, las cuestiones políticas y filosóficas que plantean son las mías: ¿cómo te construyes a través de experiencias y no de dogmatismos?”. Esa cuestión le lleva a otra deducción: “El cine refleja el lado de la sociedad y ahora asistimos al regreso de la política al cine. Y creo que la sociedad necesita ese cine, porque la sociedad ahora mismo se están repensando”.
Al final, el francés confiesa cómo el libro original le ayudó a hablar también de su propia ideología: “El libro marca la época. En los cincuenta EE UU vivió el mejor momento del sueño americano y a la vez la época más anticomunista de su historia, y ellas disfrutaron de esa especie de comunismo real y nada dogmático”.
12 p. m. Rueda de prensa de Fernando Trueba, que no desvela mucho de su próxima La reina de España, pero nosotros sí le hemos preguntado y aquí teneis sus comentarios en la presentación de El artista y la modelo y de la segunda parte de La niña de tus ojos.
Mientras, en el Hotel María Cristina prosigue el maremagnum y la locura de promoción. Y allí se confirma que a la presentación de Fasle kargadan, la última película del kurdoiraní Bahman Ghobadi, asistirá una de sus actrices, la francoitaliana Monica Bellucci.
8 a. m. Amanece en Donostia con aviso de tormenta, tanto cinematográfica como real. Al parecer una hermana pequeña de la ya famosa Nadine se ha adelantado y el día puede ser lluvioso y ventoso en Donostia. En las salas, tres platos fuertes de esos que otros años hubieran llenado tres días del festival coindicen hoy en la misma jornada: El artista y la modelo, de Fernando Trueba; Foxfire, de Laurent Cantet, y, en Zabaltegi Perlas, Siete días en La Habana, una película por capítulos dirigida por algunos grandes del cine mundial: el argentino Pablo Trapero, el puertorriqueño Benicio del Toro, el mismo Cantet, el francoargentino Gaspar Noé, el cubano Juan Carlos Tabío, el palestino Elia Suleiman y el español Julio Medem, que ilustran un guion de Leonardo Padura. EL PAÍS os invita a un coloquio con ellos esta tarde en la Galería Kur, en el paseo de la Zurriola, 6 (enfrente del Kursaal) a las 18.00 con entrada libre. Sí, estará Del Toro.
Además de esta potencia cinematográfica con la nueva película del ganador de Cannes y con el que puede que sea el mejor trabajo del director madrileño, el certamen también vive noticias y momentos peculiares. Ayer, por el ritmo de los acontecimientos, no os pudimos contar uno de esos extraños momentos que podían haber sido maravillosos pero que devinieron en esperpénticos. A última hora de la tarde la organización había convocado a unos pocos medios a lo que parecía un regalo: una pequeña charla con Isabelle Huppert, Catherine Deneuve y Marisa Paredes, porque las tres partipan en la serie de televisión- película As linhas de Torres, un proyecto sobre la derrota de Napoleón en Portugal que había iniciado Raúl Ruiz y que a su muerte realizó Valeria Sarmiento. Con diez periodistas sentados en una de las salas VIP del Kursaal y la traductora preparada se abre la puerta y aparece el trío, sí, pero también otros seis actores portugueses, la directora, el productor, y minutos más tarde, el actor francés Melvin Poupaud. Se sentaron en un sofá (en el centro, Huppert, la directora y Paredes), en dos sillones (uno para la Deneuve, que se encendió un cigarrillo saltándose cualquier prohibición), conformando una estampa que parecía un anuncio de Prada (los jóvenes y guapos por detrás, las estrellas veteranas por delante) o una producción fotográfica de Vanity fair. Y todo para que Huppert y Deneuve hablaran dos veces (qué grande era Raúl Ruiz, qué buenos los actores portugueses), Marisa Paredes dijera algo más y corriera por miedo la extraña sensación de encerrona mal hecha. Por cierto, el trío de damas solo trabajo medio día cada una, porque no dejan de ser secundarias de lujo en una película de tres horas.
Acabamos este arranque matinal con una noticia que publica hoy Variety: entre los proyectos de animación y ficción que prepara Fernando Trueba está, sorpresón, La reina de España, la segunda parte de La niña de tus ojos, en la que repetirán sus personajes casi todos los actores de la primera: Penélope Cruz, Antonio Resines y Santiago Segura. La historia se desarrollaría 17 años después en una España convertida en terreno de rodaje de grandes superproducciones de Hollywood.
De ayer, y en concreto de las galas de la noche, nos quedamos con cómo ha conectado con el público Dans la maison, de François Ozon, basada en la obra de teatro de Juan Mayorga. En todos los pases se ha llevado ovaciones cerradas.
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