Treinta grados por la noche. Ni los mejores aires acondicionados (quienes los tengan) pueden contra una esta terrible ola de calor que en realidad hace años llamábamos -a secas- verano. Y si el físico no puede contra la sensación térmica de ahogo, ¿podremos desde lo psicológico? Hoy proponemos tres títulos que harán que baje la temperatura de sus espectadores o que al menos el público se plantee que mejor quedarse uno como está: asfixiado de calorina. Vamos a lo más crudo del crudo invierno.
El día de mañana (2004) Dirección: Roland Emmerich. Intérpretes: Dennis Quaid, Jake Gyllenhaal, Emmy Rossum, Jay O. Sanders, Sela Ward.
El día que un ente superior decida cepillarse el planeta Tierra, pondrá a los mandos de la hecatombe a Roland Emmerich. El alemán lleva disfrutando de momentos "muerte y destrucción" desde sus tiempos de estudiante, cuando rodó su primer largo, El principio del arca de Noé. Desde entonces, venga matar y arrasar. El día de mañana está protagonizada por Dennis Quaid, Jake Gyllenhaal y una glaciación instantánea. Venga Dennis Quaid a avisar lo que se viene encima, venga decir que desalojen a la gente de la costa para nada: si es que la corriente del Golfo, cuando cambia de sentido, se pone de un caprichosa... Y su hijo Gyllenhaal intentando sobrevivir en Nueva York, arrasado primero por un tsunami y después por una bajada brutal de temperaturas. Por suerte, el chiquillo se ha refugiado en la Biblioteca Central de Nueva York y tiene libros para quemar... Mientras los helicópteros se congelan al instante y como una peste, el hielo lo cubre todo en segundos. Como para volver a añorar el invierno. Por cierto, la NASA la considera una de las películas con mayores errores científicos de la historia del cine.
Stalingrado (1993) Dirección: Joseph Vilsmaier. Intérpretes: Dominique Horwitz, Thomas Kretschmann, Jochen Nikel, Sebastian Rudolph.
Pues si el invierno instantáneo es duro, ¿cómo es el que dura meses, casi años? Ni el ejército de Napoleón ni el nazi pudieron con el famoso invierno ruso. El frente oriental de la II Guerra Mundial ha tenido diversos reflejos en el cine, como Enemigo a las puertas (2001) o las españolas Ispansi (2010), sobre la huida de los niños españoles de Guerra Civil cuando Hitler entra en la Unión Soviética, y Silencio en la nieve (2012), sobre crímenes cometidos dentro de la División Azul. El sitio de Leningrado está magistralmente contado en Ciudad de ladrones, un libro de David Benioff, que pide a gritos una adaptación cinematográfica. Por cierto, Benioff es ahora mundialmente conocido por ser uno de los productores ejecutivos de Juego de tronos, donde también tiene capital importancia el invierno, que viene, que viene. Pero centrémosnos: en esta Stalingrado los protagonistas no son los resistentes rusos sino los conquistadores alemanes, destrozados por un frío que se cala durante años en sus huesos, con todas las inseguridades y confusiones que da la batalla. Terrorífica, genial y fría, muy fría.
Touching the void (2003) Dirección: Kevin Macdonald.
Porque no podíamos dejar de lado ese crédito que pone los pelos de punta: "Basado en hechos reales". Podíamos haber escogido cualquiera de las películas y documentales que cuentan la supervivencia (con canibalismo incluido), tras un accidente de aviación en octubre de 1972 en los Andes, de los chavales integrantes de un equipo de rugby uruguayo, como ¡Viven! o Supervivientes de los Andes. Pero Touching the void, con su mezcla de documental y recreación ficcionada, es un mejor trabajo filmico. La película, que hizo conocido al director Kevin Macdonald (El último rey de Escocia, La sombra del poder), describe las desventuras de dos escaladores británicos, Simon Yates y Joe Simpson, que ascendieron por la cara oeste el Silura Grande, en los Andes peruanos, en 1985. Una de esas historias increíbles de superación. Tras coronar con éxito la montaña de 6.344 metros, en el descenso... Hasta ahí podemos contar porque merece la pena guardar la sorpresa de la película.
Sigue aquí la serie Cine de VeranoCine de Verano 1: Turbulentas piscinas, por ROCÍO GARCÍA
Cine de Verano 2: Bergman acalorado, por ROCÍO GARCÍA
Cine de Verano 3: Y nos hicimos mayores, por ÁLVARO P. RUIZ DE ELVIRA
Cine de Verano 4: calor, agobio, amenaza, tensión..., por ÁLVARO P. RUIZ DE ELVIRA
Cine de Verano 5: Ethan Hawke y July Delpy, amor estival, por ANA MARCOS
Cine de Verano 6: son cubano, por A. MARCOS
Cine de verano 7: fulgor y muerte (pero menos) de los Drive In, por ROCÍO AYUSO
Cine de verano 8: los biquinis de nuestra memoria, por R. AYUSO
Cine de verano 9: sofocos en la ciudad, por ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS
Cine de verano 10: las olas, por E. FERNÁNDEZ-SANTOS
Cine de verano 11: un viaje lejos de casa, por TOMMASO KOCH.
Hay 1 Comentarios
Para mi, el frío está asociado a Fargo, el peliculón de los Cohen. Es una parte fundamental de la estética y la trama y la peli no sería lo mismo sin esas interminables llanuras blancas manchadas de sangre
Publicado por: Cocinar con-Ciencia | 22/08/2013 8:31:54