Cine de verano 14: el final del verano

Llega el final de esta serie y por tanto, cerramos este repaso de los temas veraniegos con un subgénero estival: el final de verano, que en el cine se relaciona con el final de la inocencia, con el momento en que se acaba la niñez y los protagonistas se hacen hombres, con el adiós al primer amor. Vamos, que uno se despide de la alegría, el calorcito y el escarceo romántico, y parece abocado a la caída de la hoja a la tristeza, la melancolía por el recuerdo de tiempos mejores y el advenimiento de la muer... No, antes de ponernos trágicos, o de buscar en YouTube el último capítulo de la serie Verano azul (no hay nada más veraniego en España que este mito ni lloros más copiosos que los provocados por las despedidas de sus protagonistas tras el fallecimiento de Chanquete), repasemos tres películas enmarcadas en el final del verano. Y dos títulos fueron realizados por uno de los genios del cine menos reconocidos por el gran público: Robert Mulligan.

Matar un ruiseñor (1962) En esta película se reúnen varios mimbres como para que sea recordada como lo que es, una obra maestra. Una coherente adaptación de la novela homónima de Harper Lee; un Gregory Peck sobrenatural como ese padre perfecto y recto, el abogado Atticus Finch (que Lee escribió inspirándose en su propio padre); es la primera película de Robert Duvall; habla también del final de la inocencia, de la educación familiar, del descubrimiento del mal en el mundo y de las amistades veraniegas infantiles; y Mulligan sabe pasar por delicadeza por encima de un material sobresaliente, llevando a buen puerto los esfuerzos del reparto y del guion. Un clásico estadounidense, el trabajo preferido de Peck (se llevó el Oscar) y la película favorita de Clark Kent (al menos eso decía en los tebeos). Atentos al tráiler original.

 

Verano del 42 (1971). Herman Raucher es el autor de la novela y el guion en que se basa la película, y que desarrolla su propia experiencia como adolescente. Empezó la historia pensando en escribir sobre su mejor amigo, Oscy (que al final devino en secundario), pero acabó recordando su relación con Dorothy, una mujer de la que nunca supo su edad ni su apellido, que tenía su marido en la guerra, y de la que se enamoró. Por eso los personajes mantienen sus nombres auténticos y a grandes rasgos Raucher no traiciona todo lo que vivió aquel verano en Nantucket Island. Mulligan está excepcional en los ritmos, en la dirección naturalista de los actores, y si Gary Grimes convence como Hermie, Jennifer O'Neill deja sin aliento como Dorothy (nunca volvió a tener otro papel tan glorioso). Raucher nunca supo más de Dorothy hasta que recibió una preciosa carta de ella en 1971, en la que la mujer se preocupaba por no haberle hecho daño. Puede que sí se lo hiciera, pero por ella hizo la obra de su vida.

 

Verano de corrupción (1988). El verano más educativo en cuanto al crimen que puede pasar un chaval: en este caso el protagonista de la película de Bryan Singer (que se basa en relato de Stephen King englobado en su colección de cuentos Different seasons: de ella salieron también las películas Cuenta conmigo y Cadena perpetua) es un adolescente que chantajea a su anciano vecino cuando sospecha que es un nazi escondido. Su relación degenera hasta que... Y no podemos contar más. Ian McKellen da mucho mucho miedo.

 

¿Y vosotros? ¿Qué películas os recuerdan el final del verano?

Sigue aquí la serie Cine de Verano 

Cine de Verano 1: Turbulentas piscinas, por ROCÍO GARCÍA

Cine de Verano 2: Bergman acalorado, por ROCÍO GARCÍA

Cine de Verano 3: Y nos hicimos mayores, por ÁLVARO P. RUIZ DE ELVIRA

Cine de Verano 4: calor, agobio, amenaza, tensión..., por ÁLVARO P. RUIZ DE ELVIRA

Cine de Verano 5: Ethan Hawke y July Delpy, amor estival, por ANA MARCOS

Cine de Verano 6: son cubano, por A. MARCOS

Cine de verano 7: fulgor y muerte (pero menos) de los Drive In, por ROCÍO AYUSO

Cine de verano 8: los biquinis de nuestra memoria, por R. AYUSO

Cine de verano 9: sofocos en la ciudad, por ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS

Cine de verano 10: las olas, por E. FERNÁNDEZ-SANTOS

Cine de verano 11: un viaje lejos de casa, por TOMMASO KOCH

Cine de verano 12: el antiverano, por G. BELINCHÓN

Cine de verano 13: para pegarle al calor, Bud Spencer y Terence Hill, por T. KOCH

Comments

[Publicado por: zapateria online]

Este artículo es un hermoso recordatorio de cómo el cine ha capturado la esencia del final del verano y el paso a una nueva etapa. Las películas mencionadas, como “Matar a un ruiseñor”, “Verano del 42” y “Verano de corrupción”, son ejemplos clásicos de cómo el cine puede evocar la nostalgia del final del verano y el adiós a la inocencia.

Hablando de transiciones y cambios, es interesante cómo nuestro vestuario también cambia con las estaciones. Al igual que el final del verano en el cine a menudo simboliza un cambio importante, el cambio de sandalias de verano a zapatos de vestir puede simbolizar la transición de los días relajados de verano a la formalidad del otoño y el invierno.

Las sandalias de mujer son un elemento básico del verano. Son cómodas, versátiles y vienen en una variedad de estilos para adaptarse a cualquier atuendo de verano. Sin embargo, a medida que el verano se desvanece, a menudo encontramos que necesitamos cambiar nuestras sandalias por algo un poco más formal.
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Los zapatos de vestir son una opción excelente para esta transición. Aunque pueden no tener la misma sensación de despreocupación que las sandalias, los zapatos de vestir ofrecen su propio tipo de elegancia y estilo. Ya sea que prefieras un par de tacones altos clásicos o un par de zapatos planos chic, hay un zapato de vestir para cada ocasión.
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Así como cada película de verano nos lleva en un viaje emocional, cada par de zapatos que usamos puede contar una historia sobre quiénes somos y hacia dónde vamos. Al final del día, ya sea que estemos hablando de películas o de moda, se trata de abrazar el cambio y mirar hacia adelante a lo que viene después. ¡Espero que disfrutes de tus próximas aventuras cinematográficas y de moda!

[Publicado por: Impactante]

A mi, con 18 años de edad, me impactó profundamente "verano del 42".inolvidable. Luego le he vuelto a ver y el tiempo, por desgracia, ha pasado un poco por encima de la peli. Pero yo creo que fue por la diferente situación vital que ya tenía. Con 18 años ( y en el principio del los 70 eras un pipiolo) esa película se me quedo grabada, y por supuesto me "enamoré" de la actriz.

[Publicado por: musifuti]

Yo pondria una pelicula que vi hace poco, que se desarrolla principalmente durante los veranos, en un pueblo perdido de Texas, con un jovencísimo y genial, como siempre, Jeff Bridges. "The Last Picture Show", se llama, en español la pusieron "La última pelicula".

[Publicado por: Bernard]

Creo que un título estupendo para el verano es "El caganer estreñido"

[Publicado por: Carlos Marco]

"Finales de agosto, principios de septiembre", de Olivier Assayas. Aunque la trama no abunde en las situaciones que identificamos como final del verano, solo por el precioso título ya merecería estar en la lista.

[Publicado por: JR]

Yo aún añadiría la maravillosa "American graffiti", el último verano de juventud y ese entrañable final con " All summer long" de fondo

[Publicado por: AreaEstudiantis]

Me encantado esta serie de entradas!!!

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[Publicado por: Cocinar con-Ciencia]

Gracias por la serie de entradas que he seguido con mucho interés, mi infancia tuvo mucho cine de verano y me has traído muchos recuerdos

[Publicado por: Cocinar con-Ciencia]

Vi hace unos días en la tele "verano de corrupción" y me pareció un peliculón. Fantástico retrato de personajes.

[Publicado por: Lorenzo Discreto]

"Cuento de verano" (1996) de Eric Rohmer. Transcurre durante la vaciones de un estudiante en un pueblo con playa de Bretaña, y vive una historia rohmeriana de amores y desengaños. Otras dos películas rohmerianas ambientadas en verano que me gustan mucho son "Pauline en la playa" (1983) y "La coleccionista" (1967). En las tres el verano se abre como la estación más amable, donde van a ocurrir los mejores sueños, y se cierra con el ligero malestar que se siente al dejar atrás otro verano.