Día 7: Atom Egoyan, Jasmila Zbanic y dos películas 'basadas en dramas reales' 20 años después

Por: | 26 de septiembre de 2013

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8.00. P. M.
La plaza de la Trinidad, uno de los sitios más emblemáticos de lo Viejo de San Sebastián, esconde una curiosa iniciativa que ha cambiado por completo su fisonomía. El festival itinerante Cinema Caravan acerca la cultura japonesa estos días al festival de San Sebastián. Hay puestos de comida, de sake, farolillos colgados de las paredes del frontón y música en directo todas las tardes-noches donostiarras. El contraste entre un lugar tan vasco y la decoración temporal ha convertido a la plaza en un lugar casi de peregrinación estos días de la gente del certamen: es un minibarrio japonés en mitad del alma donostiarra.

5. 00. P. M. La anulación del viaje de Helena Bonham Carter, protagonista de la película de clausura, sienta como un jarro de agua fría en el festival. No habrá grandes estrellas en el final de la fiesta. A cambio, la risueña Marian Álvarez empieza su promoción de La herida, y se lleva a la prensa de calle.

2.30 P. M. Tras la devastadora rueda de prensa de FAPAE, con cifras muy dolorosas para el cine español, y la charla con los periodistas de Atom Egoyan, Jasmila Zbanic ha presentado For those who can tell no tales, la historia de cómo una actriz australiana se sumerge gradualmente en el horror de la guerra de los Balcanes, y centrándose en las barbaridades cometidas por los serbobosnios en Visegrado: allí fueron asesinadas 1757 personas en 1992 y en el hotel Vilina Vlas fueron encerradas y violadas 200 mujeres. La protagonista, Kym Vercoe, es en realidad también un actriz australiana y dramaturga que ya realizó una obra de teatro sobre el tema, Siete kilómetros al noreste. Así que la realidad y la ficción están muy intrincadas en esta película. "Rodamos sin contar a nadie qué estábamos haciendo", cuenta Zbanic. "Intentamos no hacer mucho ruido", cuenta Vercoe, "y que no me recordaran mis anteriores pasos por allí, para preparar la obra".

La directora espera llevar su película incluso a ciudades como Visegrado, "donde reina el silencio, porque siguen en el poder gente que estuvo en la guerra y necesitan ese secretismo". Y aunque sí califica a la sociedad bosnia de "machista", cree que las cosas están cambiando.

Sobre su relación con Kym Vercoe, "para mí es increíble que alguien llegado de fuera comunique con tu dolor, eso cambia el mundo". "Es momento en que pequeños detalles cambien las cosas, así que esta película se centra en ese pequeño gesto -que calificaría como de esperanza- que demuestra que todos estamos implicados en los problemas de todo el mundo". Vercoe: "La idea de negación es universal y por desgracia está en muchos conflictos actuales".

El título hace referencia a una frase del premio Nobel Ivo Andric, un libro que Vercoe iba leyendo cuando por casualidad acabó en Visegrado. "La obra la representé en Sidney y me invitaron a llevarla dos días a Sarajevo", cuenta la actriz. "Pero esos días no estama Jasmila en la ciudad, cuando volvió todos sus amigos le calentaron la cabeza por lo que se había perdido, pidió una copia en DVD, le encantó y así nos conocimos". 

A Zbanic le preocupa el futuro y la gente joven: "Ya cuando estrené Grbavica en 2006 había muchos chavales con camisetas con el rostro de criminales de guerra. A los Balcanes nos falta algo de individualidad, de que puedas pensar que no tienes por qué comulgar con las ideas de la etnia o el grupo al que perteneces".

Devils-knot_zinemaldia_foto610x3429.30. A. M. Empieza a acabarse el Zinemaldia. Quedan dos días de programación compacta -incluido el segundo Donostia- y un último, el sábado, casi entero dedicado a las especulaciones, los cotilleos y las quinielas sobre un posible ganador del certamen. Y es el momento, hoy, de dos apuestas fuertes cinematográficas, aunque no vengan acompañadas del cacareado glamur. La primera es Condenados (Devil's knot), la película más abierta, mainstream, del canadiense Atom Egoyan. Para los cinéfilos Egoyan siempre será uno de los grandes investigadores del mal en el ser humano, con títulos como El liquidador, Exótica, El dulce porvenir o El viaje de Felicia. Por España ha pasado varias veces (Valladolid no tiene secretos para él y en Donostia concursó con Chloe). Hoy aparece con un filme basado en hechos reales (hasta Pearl Jam tiene una canción dedicada al magistrado que juzgó el caso, y hay cuatro documentales sobre el crimen), la misteriosa desaparición de tres niños en la profunda América fluvial, la que está llena de meandros de ríos y lagos. A Reese Whiterspoon va a ser ese paisaje el que le salve la carrera, como hemos visto con Mud, y podía haber sido una gran visitante para Donostia junto con Colin Firth. Lo de Firth duele más porque ayer también protagonizaba otra película a concurso, Un largo viaje,... pero el trabajo le retiene en un rodaje.

La otra película es For those who can tell no tales, de la bosnia Jasmila Zbanic, triunfadora hace años en Berlín con Grbavica, y responsable de En el camino. Vuelve con su nuevo trabajo a la guerra de los Balcanes: en pocas horas veremos el resultado.

Ayer por la noche se proyectaron del tirón tres de las cuatro sesiones (el número habitual de proyecciones) de Dallas buyers club, que catapulta a Matthew McConaughey a los Oscar, y que no acaba de ser redonda, a pesar de tener detrás a alguien de la valía de Jean-Marc Vallée (C.R.A.Z.Y.).

Hoy empiezan las proyecciones de dos apuestas igual de fascinantes, aunque muy distintas, del cine español: Gente en sitios, de Juan Cavestany, y Violet, de Luiso Berdejo. De ambas, y de la rueda de prensa de FAPAE, la asociación que agrupa a los productores españoles, hablaremos en un rato.

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