En la pasada edición de la Berlinale, la película de arranque fue El gran hotel Budapest, otro melancólico filme de Wes Anderson, que acabó llevándose el Gran Premio del Jurado. En ocho días podrá verse en España este filme cuya acción —al menos la parte central del filme— se desarrolla en el periodo de entreguerras en una ciudad enclavada en Europa Central. El establecimiento del título es conocido por sus aguas termales y por el buen hacer de su conserje —al que encarna un resucitado Ralph Fiennes—, Monsieur Gustave H., un tipo tan meticuloso con su trabajo como dotado para las relaciones sociales con sus huéspedes, especialmente sin son ricas mujeres de edad madura y de alta sociedad. A ese mundo idílico llega un botones, Zero, al que Gustave apadrina. La muerte de una cliente complicará las vidas del mentor y su alumno.
Anderson dscubrió la obra del escritor Stefan Zweig. “No había leído nada de él, es que ni siquiera conocía su obra, hasta que hace ocho años leí su, creo, única novela, La piedad peligrosa. En Estados Unidos es un autor desconocido, pero que ahora ha logrado cierto prestigio porque su obra es ya de dominio público y se está reeditando. Empecé a leer más y más de él, y me gustó el aroma de su trabajo, su estructura de historias dentro de historias. Espero que la película responda a su estilo”.
El gran hotel Budapest salta por diversas épocas y formatos de proyección (cambia al blanco y negro y juega con el cuadro de visión, porque, como confiesa Wes Anderson, “ahora con el digital puedes hacer lo que quieras”), y tiene todos los elementos característicos de su cine: un reparto inmenso, repleto de grandes nombres —Ralph Fiennes, Bill Murray, Edward Norton, Jeff Goldblum, Saoirse Ronan, Willem Dafoe, Toni Revolori, Tom Wilkinson, Jude Law, Frank Murray Abraham, Mathieu Amalric, Adrien Brody. Harvey Keitel, Jason Schwartzman, Léa Seydoux y Tilda Swinton—, una profunda sensación de melancolía, secuencias animadas, maquetas mezcladas con actores de carne y hueso, hermosa banda sonora y un mundo muy especial: “No hay claves históricas, o las amoldo a mis intenciones. Hasta el nombre del hotel no debería ser Budapest porque probablemente sea más Hollywood, deba más a la atmósfera de esas películas estadounidenses de los años treinta dirigidas por realizadores inmigrantes, procedentes del Este de Europa, que son las películas que más me gustan. ¿Mi favorita? El bazar de las sorpresas, de Lubitsch, que se desarrolla en Budapest". Aquí teneis una secuencia de la huída de los dos protagonistas para entender el ritmo de Anderson.
Hay 2 Comentarios
¿Frank Murray Abraham? ¿no hay un error en ese nombre?
Publicado por: angel | 14/03/2014 13:21:01
demasiado frio
Publicado por: empleo españa | 13/03/2014 16:02:08