Todo cinéfilo (puede que no todos, de acuerdo, pero sí bastantes) tiene un apartado en su corazón dedicado al terror. Y en este espacio desde luego uno de los reyes sería Drácula, el mítico vampiro nacido de la leyenda transilvánica y puesto en pie para los tiempos modernos por Bram Stoker. Pero Drácula no es el único. Dos libros que salen ahora a la venta transitan por esos caminos. El primero es Hollywood gótico, de David J. Skal (Es Pop Ediciones), sobre la figura del gran chupasangres. El segundo es mucho más amplio, ya que Películas de culto, de Mauricio Bach (Ediciones T&B), ahonda en el campo de esos títulos especiales –en los que entra el terror, pero no solo, obviamente- que con el tiempo alcanzan una categoría especial.
En 1990 David J. Skal escribió Hollywood gótico (Es Pop Ediciones). La presente edición llega hasta 2004, hasta la película Van Helsing, con Hugh Jackman persiguiendo a todo aquel –o aquella- que desee hincarle el diente en el cuello a un ser humano. Tampoco en lo contado hay datos novedosos o significativos. ¿Qué tiene entonces de interesante el libro? Pues que está escrito de forma amena y que sirve como recorrido a toda la historia de Drácula, desde sus leyendas iniciales, pasando por la novela-epistolario de Stoker y su adaptación teatral (auténtica simiente del fenómeno) hasta llegar al cine, donde ha encontrado un estupendo acomodo , convertido en uno de los personajes de ficción más atractivos para la gran pantalla.
El otro libro, Películas de culto, de Mauricio Bach, entra en otros campos. El cine de culto es una categoría tan fascinante como subjetiva, porque ¿quién decide qué es de culto y qué no? Como dice Bach, en el libro “conviven lo bizarro y psicotrónico con lo poético y sublime, obras excelsas y chapuzas zarrapastrosas, osadas propuestas experimentales y delirios de aspirantes a genios, todas ellas unidas por un nexo: el de la transgresión, la ruptura de la norma y el tabú, la excentricidad, la heterodoxia”. Ahí entra desde el terror de la Hammer, el giallo, el blaxplotation, las artes marciales, todo tipo de monstruos… Lo mejor que hace Bach en esta otra historia del cine es no redactarla como un diccionario, sino darle narrativa en diversos capítulos, enlazados primero por la línea temporal y después por la temática, hasta llegar hasta la actualidad, en la que directores como Quentin Tarantino y Guillermo del Toro, junto a géneros como la comedia nerd y el taquillazo que suponen los filmes de terror han convertido al cine de culto como parte integrante del mainstream. Ahora el culto está en otros lados.
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