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Sobre el blog

Una mirada en detalle a la actualidad de la mano de los expertos de IE en Economía, Finanzas, Negocios Online, Innovación y Emprendedores.

Sobre IE Business

IE Business School forma líderes que promueven la innovación y el cambio en las organizaciones. Reconocida como una de las principales escuelas de negocios del mundo, IE Business School cuenta con un claustro de más de 400 profesores que imparten clases a alumnos de 93 países en programas master, de doctorado y de executive education.

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Smart Games

Por: | 30 de abril de 2013

Gildo Seisdedos - Profesor de IE Business School

6a00d8341bfb1653ef017c3368d8b9970b-200wiDice el refrán que a la tercera va la vencida y puede que esta vez, cuando menos se espera y desea, Madrid consiga finalmente su sueño olímpico. En 2012 la mala fortuna (por decirlo suavemente) nos dejó a las puertas de un sueño que parecía inminente. El problema de 2016 fue desoír las dinámicas olímpicas de turno de continentes y acudir de gala a una fiesta a la que no estaba invitada. Quizás ese hecho, junto con el cambio en las prioridades ciudadanas derivadas de la crisis económica, está detrás de esa contemplación, en cierto modo desdeñosa, que se hace de un regalo que, por largamente deseado, se ha convertido en una maldición.

Decía Ortega y Gasset que el esfuerzo inútil genera melancolía y nos invade una melancolía olímpica a pesar de que quizás esta vez sea, junto con los 2012, aquella en la que la apuesta puede recibir frutos. La experiencia atesorada en candidaturas anteriores, la marea favorable esta vez de los turnos continentales y la entidad de los competidores son algunos de estos factores a los que hay que añadir uno paradójico pero relevante: el modelo de Madrid encaja hoy más que nunca en el entorno económico actual de crisis en el que la falta de glamour de una apuesta sin sorpresas, con escasas inauguraciones, es compensada de forma más que sobrada con la reducción de riesgos, con la solidez que lleva aparejada. En 2012, Londres con un modelo virtual se impuso a un Madrid que ya entonces podía afirmar disponer de un 80% de la inversión llevada a cabo. Hoy, esa solidez es un gran valor.

Otro tema, independiente de las posibilidades que tenga Madrid el próximo 7 de septiembre en Buenas Aires y seguramente más relevante, es cuál sería el impacto sobre el país y su capital derivado de albergar este evento. En este punto, como le ocurre al novio abandonado al valorar a su ex pareja, hemos caído en una cierta miopía que nos impide ver la oportunidad que unas olimpiadas supondrían para Madrid y España de la mano del modelo planteado.

Porque, aunque sesgados por el hastío asociado a un tercer intento, el proyecto encaja perfectamente con la filosofía de que “menos es más”, con la filosofía “small is beautiful”, con los principales desafíos de la marca España.

El término ‘smart city’ se encuentra en una efervescencia paralela a la indefinición de su contenido y estas Olimpiadas pueden configurarse como unos Juegos inteligentes como un camino para hacer más por menos, como una alternativa a la disyuntiva a los recortes, a reducir los niveles de servicio, actuando sobre la eficiencia pero también, y seguramente más importante, en hacer las cosas de otra manera.

España dispone de unas infraestructuras impresionantes. Si hacemos la analogía con el mundo de las TICs, nos sobra hardware pero nos falta software. Unas olimpiadas en 2020 pueden ser la clave para poner en valor las infraestructuras existentes, para cebar la bomba de un país que lo tiene todo y al que solo falta la chispa que lo vuelva a poner en funcionamiento.

La nueva economía y la gestión del diseño

Por: | 26 de abril de 2013

Vincent Doyle, Profesor de IE University

Xènia Viladàs, profesor de IE y  miembro del Consejo Consultor del Design Management Institute( DMI)

Doyle y ViladasDiseñando la nueva Economía ha sido el título  de unas jornadas que recientemente se han celebrado en Madrid organizado por Design Management Institute (DMI)  en colaboración con IE Business School y otras instituciones.  DMI es una organización internacional de referencia en Gestión del Diseño y que este año ha organizado su conferencia anual europea en Madrid, del 23 al 25 de abril.  El evento ha reunido a unos doscientos participantes de todo el mundo para debatir temas relacionados con la innovación y los negocios en la economía que viene, haciendo un especial hincapié en el fenómeno “open” y en la “innovación frugal”. 

Entre algunos de los temas que se debatieron nos ha parecido interesante destacar una de las mesas  redondas que abordó el tema del futuro de la educación en el  diseño global. Son muchas  las oportunidades que existen en la economía actual para los jóvenes interesados en combinar su interés por el trabajo creativo con el conocimiento de cómo funciona el mundo de los negocios. Creemos esencial  el contar con clases sobre creatividad y por otro lado que los programas universitarios orientados al trabajo creativo cuenten también con clases de gestión.

No podemos olvidar que constantemente nos vemos implicados en un nuevo mundo económico donde el valor es menos generado por aquellas cosas que hacemos, sino al contrario se genera gracias a la creación de nuevos signos, símbolos y experiencias que contribuyen a la reputación de cada empresa y de su marca y al establecimiento de relaciones sólidas con sus clientes.

Podemos entender esta creciente importancia económica de conocimiento e información debido al abandono de producción en Europa y América del Norte.  Tenemos que hacer frente a la creciente competición gracias a las  economías emergentes, las empresas se han internacionalizado, reestructurado a sí mismas para ser más flexibles y dar respuestas  a las condiciones del mercado, que están cambiando más rápido que antes. Estamos asistiendo a  un cambio en las inversiones que ahora se centran más en el sector de los servicios. Estos cambios de condiciones para hacer negocios contribuyen de diferentes maneras al crecimiento del valor económico sobre aquellas cosas intangibles, como es la imagen de una empresa.

En este nuevo contexto toma una importancia crítica el capital intangible de las empresas. Pero la principal característica de los intangibles es que no responden plenamente a las leyes de la economía clásica, como por ejemplo la escasez y el rendimientos decrecientes. Por lo tanto, su auge plantea un interesante reto en el campo de la gestión debido a la incertidumbre –y por lo tanto al riesgo- que generan en el entorno de la empresa.

¿Dónde encajaría el diseño en esta discusión?  El caso del diseño es interesante: la creciente utilización del diseño, entendido en un sentido holístico como diseño de producto, de comunicación, de espacios y, más recientemente, de servicios, responde, en parte, a la sofisticación de la demanda y, en parte, al hecho que el diseño ha dejado de percibirse como un factor imposible de controlar.

Esto viene propiciado por la “Gestión del Diseño”. La Gestión del Diseño es una disciplina que surgió a mediados de los años 70 en el seno de la London Business School. Esta disciplina  se encarga de generar o adaptar los modelos y herramientas de gestión necesarios para una incorporación eficiente y rentable del diseño en la empresa.

Después de estar dos días escuchando conferencias llenas de  ideas innovadoras, las conclusiones a las que hemos llegado es que el diseño se va integrando de manera natural en  más y más organizaciones y sectores;  hemos aprendido  nuevas metodologías y procesos que utilizan las empresas líderes en diseño de servicios, lo que están desarrollando las grandes multinacionales de las comunicaciones o del transporte, e incluso las ciudades, y hemos entendido cómo el diseño estratégico puede allanar el camino hacia los nuevos retos de la gestión, como por ejemplo la innovación abierta o la innovación frugal. Además, hemos aprovechado esta reunión para consolidar un grupo de trabajo e  investigar el espinoso tema de la evaluación del retorno sobre la inversión del diseño, en la que participarán expertos e importantes empresas, bajo el auspicio del Design Management Institute (DMI).  Y todo para seguir innovando, el  camino para  construir un mundo mejor.

 

Vincent Doyle es profesor de Media and Cultural Studies and Academic Director of the Master in Visual Media Communication at IE School of Communication de  IE University. Doyle es doctor en Comunicación por la  University of Massachusetts, Amherst (USA), y Master en Comunicación por  la McGill University, Montreal (Canada)

Xènia Viladàs es  profesora de  gestión del diseño y de business design en IE. Viladas, Economista y MBA,  ha sido directora de la Fundación Barcelona Centro de Diseño (BCD) y Consejera Delegada de la Sociedad Estatal para la promoción del Diseño y la Innovación (DDI). Desde el año 2000 es miembro del Consejo Consultor del Design Management Institute (DMI).

Retos económicos de Japón

Por: | 23 de abril de 2013

Gayle Allard - Profesora de economía en IE Business School

 

Gayle Allard es profesora de Economía en IE Business School, http://gayle.allard.profesores.ie.edu/ y http://economy.blogs.ie.edu/

Observando a Japón

Por: | 19 de abril de 2013

Gonzalo Garland - Economista de IE Business School

Gonzalo Garland 1Desde el doble estallido de la burbuja bursátil y de la burbuja inmobiliaria hace ya prácticamente dos décadas, casi todas las noticias económicas que nos llegan de Japón no son buenas. El país se ha pasado este tiempo, que muchos llaman “década perdida” (aunque ya empiezan las referencias a “dos décadas perdidas”) entrando y saliendo de recesiones, sin que se haya producido la sensación de que el país haya por fin superado los problemas que comenzaron a principios de los años 90. Y en este recorrido, Japón fue el primer país que usó la política de tipos de interés cero (o ZIRP, en su definición en inglés de Zero Interest Rate Policy), de la cual, aún ahora, no puede salir. Como suele ser el caso en recesiones importantes, el país combinó esta política monetaria con una política fiscal muy expansiva, lo que llevó a que uno de los países más prudentes de la OCDE en términos fiscales hasta los años 80, se haya convertido en el que tiene el ratio de deuda pública sobre PIB más alto del mundo, mayor incluso que el de Grecia, Líbano o Zimbabue.

Esta crisis se dio después de lo que algunos llamaron el “milagro japonés” de reconstrucción y crecimiento después de la Segunda Guerra Mundial, lo que en ciertos países se vio incluso con temor. El síndrome de que Estados Unidos estaba siendo invadido por los intereses japoneses estaba muy extendido en los años 80, una sensación inexistente en la actualidad en relación a Japón, pero que comienza a sentirse respecto a China. Y lo que podía parecer una crisis más que llevaría a una recesión relativamente corta seguida de una recuperación fuerte, se convirtió con los años en una crisis estructural de la que parece muy difícil salir. Y un aspecto de la crisis de Japón que ha sido único y que ha generado mucho interés es el fenómeno y la persistencia de la deflación.

En contraste con la inflación uno podría pensar que la deflación, al representar caídas de precios, sería algo muy deseable. Sin embargo esto no es así ya que genera muchos problemas. Uno de ellos es que al creerse que los bienes y servicios serán más baratos en el futuro, se posponen muchas compras, con la consiguiente caída de la demanda y de la producción. Y, por otra parte, si los precios de los bienes bajan y los salarios no lo hacen en la misma proporción, se ven afectados los márgenes o beneficios de las empresas. Y los salarios no bajan con facilidad.

Por esta combinación de crecimiento muy bajo o negativo y deflación, y por la frustración ante la duración de la crisis, el Gobierno de Shinzo Abe propuso el pasado mes de enero una combinación de políticas fiscales y monetarias expansivas que intenten generar crecimiento e inflación, en un país con un ratio de deuda pública sobre PIB de más de 200%. Por eso el Fondo Monetario Internacional pidió que se presente un plan creíble de consolidación fiscal de medio plazo.

Pero la propuesta del Gobierno nipón generó también cuestionamientos de otro tipo. El Ministro de Finanzas alemán, primero, y luego Ángela Merkel, se mostraron “preocupados” por el nuevo plan, y por dos motivos diferentes aunque relacionados. Por la aparente injerencia en la política del Banco Central, algo que es totalmente contrario a la convicción alemana de contar con un banco central independiente, y por el temor a que estas políticas debiliten al yen para favorecer las exportaciones japonesas, lo que pondría presión en la competitividad de productos cuyos precios están en euros.

Durante estas dos últimas décadas, la situación económica japonesa ha sido utilizada por muchos economistas como un ejemplo del fracaso de las políticas keynesianas, ya que se aplicó la típica combinación de políticas fiscales y monetarias expansivas, sin que se produjera una recuperación significativa, al mismo tiempo que el país se metía en un callejón sin salida de tipos de interés cercanos a cero y veía su deuda pública dispararse. Otros no responsabilizan a la combinación de políticas económicas sino a factores estructurales. Sea de una forma u otra, llama la atención que se vuelva a esa misma combinación de políticas expansivas, lo que representa, hoy en día, un enfoque más bien “heterodoxo”, aunque fuera ortodoxo en muchos otros momentos del pasado.

Y uno de los aspectos estructurales que muchas veces se menciona como factor especial que afecta a los resultados de las políticas en el contexto japonés, es el envejecimiento de la población, que en Japón ya está siendo acompañado por una caída de la población total. Esta combinación, entre otros efectos, lleva a un cuestionamiento de la sostenibilidad del sistema de pensiones japonés actual. Y para las generaciones más jóvenes esto significa que es mejor ahorrar más para asegurarse un retiro largo en el que el Estado no podrá contribuir como hasta ahora, lo que lleva a que estos jóvenes consuman menos, deprimiendo la demanda.

Y a pesar de la caída en la esperanza de vida que trajo consigo el tsunami de marzo de 2011, Japón sigue siendo el país con el promedio de esperanza de vida al nacer más alto del mundo, siendo el segundo en el caso de las mujeres, que viven un promedio de 85.9 años (quedando por primera vez detrás de Hong Kong en el 2011) y también el segundo para los hombres, que viven un promedio de 79.44 años (sólo por detrás de los hombres suizos).

En el corto plazo el mundo entero observará con atención lo que suceda en Japón con la anunciada combinación de políticas económicas, y el mundo entero, y Europa en particular, observará también con atención el envejecimiento de la población y sus consecuencias.

Manuel Bermejo Sánchez - Director de Programas para la Alta Dirección y Empresa Familiar y Profesor de Entrepreneurship en IE Business School

6a00d8341bfb1653ef016765ca0d2d970bVivimos en una sociedad en permanente ebullición. Denomino a este fenómeno la sociedad del cambio donde, lo que permanece valga la paradoja, es el cambio. Un entorno crecientemente global, muy dinámico, ultra competitivo, y afectado profundamente por avances en tecnologías. En esas circunstancias considero que sólo las personas, instituciones o empresas con actitud y cultura emprendedora van a encontrar oportunidades de consolidación, crecimiento y sostenibilidad.

Emprender es, a mi juicio, una actitud vital que nos empuja a pasar por la vida dejando un legado. Actitud que se puede ejercer desde cualquier posición, personal o profesional. A nivel de negocios, creo que la palabra emprendedor ha sido elegida por políticamente más correcta para sustituir el término empresario. Mi ánimo no es polemizar sobre terminologías porque, acudiendo al fondo del asunto, lo relevante es desarrollar una sociedad más emprendedora.

La sociedad ha evolucionado mucho y el emprendedurismo ha ido ganando terreno en muchas facetas de nuestra vida. No obstante me sigue pareciendo que hacen falta medidas mucho más audaces para crear una sociedad más emprendedora, especialmente en lugares de Europa (y en España específicamente)  y Latinoamérica donde todavía hay demasiadas veces una mirada sospechosa sobre la figura del emprendedor. El emprendedor necesita una mirada cómplice de la sociedad y sus gobernantes.

Como persona que ha vinculado toda su vida profesional al fenómeno emprendedor en sus diferentes facetas quiero contribuir a éste que considero noble propósito y, por eso, acabo de publicar mi último libro “Gente Emprendedora, Gente de Calidad: Bienvenidos a la Revolución Emprendedora”, Plataforma Editorial (GEGQ).

Lo primero que plasmo en esta obra es una afirmación, rotunda e inequívoca. La gente emprendedora que puebla el mundo es de la gente de más calidad que nos rodea. Es gente que contribuye a crear empleo, un bien que, cada día, por escaso, apreciamos más. Es gente que contribuye a generar riqueza con su actividad y a financiar el estado del bienestar del que tan orgullosos y beneficiados nos sentimos. Es gente que contribuye a innovar y crear nuevos productos, servicios, patentes, desarrollos, soluciones, modelos de negocio, o prácticas de gestión empresarial. Es gente que contribuye a facilitar el desarrollo profesional y personal de quienes les rodeamos. Es gente que contribuye a que progrese la economía productiva real. Es gente que contribuye a construir un mundo con más oportunidades, por tanto, un mundo mejor y más libre. Por todo eso, y más, no te quepa la menor duda que la gente emprendedora es verdaderamente gente de mucha calidad. Porque necesitamos más gente así, ha nacido GEGQ. Porque tenemos que apoyar una verdadera revolución emprendedora.

Tres son, por tanto, los propósitos que persigo con esta nueva publicación:

1º/ Reivindicar y poner en valor a la GEGQ. Solo las sociedades emprendedoras, las organizaciones emprendedoras o los individuos emprendedores van a poder competir con éxito en el mundo global del Siglo XXI

2º/ Ayudar al lector a sacar su lado emprendedor, si es que aún no lo has hecho. Emprender es hoy una alternativa laboral cada vez más evidente en épocas de crisis con altas tasas de desempleo

3º/ Compartir lo que he aprendido emprendiendo y conviviendo a diario con emprendedores para facilitar el proceso emprendedor. Porque sé lo complicado que es emprender con éxito quiero aportar mi ya larga experiencia en este campo para apoyar a los emprendedores en este colosal cometido.

 

Manuel Bermejo Sánchez,  Director de la Unidad de Porgramas de Alta Dirección y Empresa Familiar y Profesor titular en el IE Business School en las áreas  de entrepreneurship y empresa familiar. Conferenciante internacional.  Ha simultaneado sus labores docentes y de gestión en el IE con  funciones de alta dirección en diferentes compañías de sectores como capital riesgo, entretenimiento, agroalimentación e industrial. Ha promovido diferentes proyectos empresariales y ha asesorado a numerosas empresas, en su mayoría familiares, tanto en España como en Latinoamérica.

¿Hay un precio justo?

Por: | 12 de abril de 2013

Francisco J. López Lubián, Profesor del Area de Finanzas Académica Finanzas en IE Business School

6a00d8341bfb1653ef017d40667282970c-250wiEl culebrón de la lucha entre IAG y otras posibles ofertas alternativas por el control de Vueling está poniendo de manifiesto, una vez más, la importancia de encontrar un precio razonable para conseguir el éxito en cualquier adquisición de una empresa.

¿Cómo puede establecerse un precio adecuado en una operación de compra-venta de empresas? Si las empresas cotizan, su precio de mercado suele ser un referente sobre el valor de una participación minoritaria, ya que suelen tener un accionariado disperso. ¿Debe ser este el precio con base en el que se articule la operación? No necesariamente, ya que el mercado no tiene por qué estar reflejando las expectativas futuras que la operación provoca en ambas partes.

Cosideremos el reciente caso de la adquisición de la compañía cervecera australiana Foster’s Group Limited por parte de la sudafricana SABMiller plc. En septiembre de 2011 SABMiller anunció que había llegado a un acuerdo con la dirección Foster para llevar a cabo una oferta en cash a los accionistas de Foster por un  precio de 5,10 dólares australianos por acción. Esta oferta suponía valorar los Recursos Propios de Foster en unos 9.900 millones de dólares australianos, el equivalente a unos 8.000 millones de euros. La adquisición se materializó en diciembre de 2011. Ya que el valor contable de los Recursos Propios de Foster era de unos 400 millones de dólares australianos, la operación suponía reconocer y pagar un fondo de comercio de unos 9.500 millones de dólares australianos.

Evidentemente, el único sentido que tenía esta oferta, a este precio, eran las posibles sinergias que la adquisición de Foster podría crear en SABMiller, tanto operativas como financieras. Como señaló el CEO de SAB, Graham Mackay, en este negocio “se crea valor si se está en el mercado apropiado, con la cartera de marcas adecuada, siendo eficiente en los procesos operativos y asociándose con los socios adecuados”.

Tanto si una empresa cotiza como si no, para determinar si un precio es razonable hay que llevar a cabo una valoración económica de la misma, basada en supuestos razonables. Por ejemplo, en el caso de la compra de Foster, pagar 5,10 dólares australianos por acción equivalía a valorar la empresa en 14,3 veces el Ebitda. El mercado reaccionó positivamente a esta operación, entre otros motivos porque una valoración conservadora de Foster, que incluyese un valor terminal semejante al valor de compra, produciría una rentabilidad económica estimada para el nuevo accionista en el entorno del 13%.

Sin entrar en detalles técnicos y dando por aceptada la razonabilidad de los supuestos empleados, un simple ejemplo puede ayudar a entender la lógica de este proceso de valoración.

Supongamos que A quiere adquirir B: ¿cómo estimar un precio razonable de B para A? Bajo la perspectiva de A, se debería estimar los valores de A y  B en un escenario de no realización de la operación, y el valor de B en un escenario de control por parte de A, es decir, el valor que para A tiene B incorporando las sinergias que dan fundamento a la operación. Lógicamente, este valor de B para A sería el precio máximo que debería pagar A por una participación mayoritaria (ó de control) de B, que sería líquida si B cotizara.

Todo precio es el resultado de una negociación que acaba en acuerdo. Para que este precio sea razonable ambas partes deben tener claro lo que están negociando, para qué lo están negociando y en qué contexto. Por ejemplo, los motivos económicos por los que una empresa se plantea adquirir otra pueden ser muy variados: desde conseguir un incremento en su cuota de mercado, hasta eliminar un competidor molesto, pasando por un sinfín de teóricas ventajas que la gestión de la empresa compradora implantaría en la adquirida. La lógica económica es bien sencilla: A quiere comprar B porque considera que el conjunto resultante de A y B dirigida por A, tendrá un mayor valor económico que la actual suma de A y B. 

En resumen, toda valoración y el precio resultante deben contrastarse con los resultados. En la medida en que una valoración es una opinión sobre el futuro, la prueba de fuego sobre el realismo de la misma se fundamenta en la capacidad que existe de llevar a la práctica el escenario elegido. Este es el motivo por el que los mercados financieros penalizan duramente cualquier incumplimiento de expectativas creadas. Y por el que las empresas deben gestionar correctamente todos los aspectos de comunicación externa e interna. El valor económico se fundamenta en el cumplimiento de las expectativas, lo que equivale a credibilidad.

 

Francisco J. López Lubián es Profesor del Área de Finanzas del IE Business School, donde ha sido Director del Departamento de Finanzas y Director del Máster en Dirección Financiera.

 

¿Conoces la nueva revolución tecnológica?

Por: | 09 de abril de 2013

Enrique Dans - Profesor de Sistemas de Información en IE Business School

 

Enrique Dans es Profesor de Sistemas de Información en IE Business School desde el año 1990. Tras licenciarse en Ciencias Biológicas por la Universidade de Santiago de Compostela, cursó un MBA en IE Business School, se doctoró (Ph.D.) en Sistemas de Información en UCLA, y desarrolló estudios postdoctorales en Harvard Business School. En su trabajo como investigador, divulgador y asesor estudia los efectos de la tecnología sobre las personas, las empresas y la sociedad en su conjunto. Además de su actividad docente en IE Business School, Enrique desarrolla labores de asesoría en varias startups y compañías consolidadas, es colaborador habitual en varios medios de comunicación en temas relacionados con la red y la tecnología, y escribe diariamente desde hace más de diez años en su blog personal, enriquedans.com, uno de los más populares del mundo en lengua española.

¿Otra banca es posible?

Por: | 05 de abril de 2013

Celia de Anca - Directora del Centro de Gestión de la Diversidad de IE Business School

Celia de AncaNiall Ferguson explica  en su obra ‘The Ascent of Money’ (Penguin, 2008) el sistema financiero actual desde sus orígenes a la última crisis de 2008, incluyendo sus  principales componentes, así como sus logros y defectos. El libro concluye  que a pesar de sus evidentes carencias, seguimos estando en el mejor de los mundos, ya que el sistema financiero ha traído riqueza e igualdad, y quien realmente sufre exclusión y abuso es el que está fuera del crédito o desconoce el funcionamiento del sistema. El autor, de gran erudición, es un reconocido historiador y profesor en Harvard y aclara lo que ha sido y lo que es, pero  nos queda  el por-venir  y ahí, en el diseño de lo que puede llegar a ser,  todos podemos  contribuir.  

En cada crisis surgen llamadas a otros sistemas posibles, replanteándose una y otra vez los conceptos más básicos: ¿se puede tener beneficios económicos sin intereses?  ¿es lo mismo especular que arriesgarse? ¿es el beneficio individual o el beneficio de una comunidad lo que se busca en una actividad económica? ¿se pueden dar los dos de modo simultáneo?.  Algunos,  se plantearon estas cuestiones  tras la crisis de los años 20 e iniciaron pequeñas organizaciones para demostrar que si se podían financiar actividades económicas sin intereses o especulación.  El Banco  Sueco Jak lleva más de 40 años operando sin intereses, y hoy cuenta con  36,300 miembros y un crecimiento del 12% anual. La moneda complementaria WIR creada en Suiza en 1934 hoy es utilizada por más de  60,000 empresas en Suiza. Tras la crisis  de 2008, muchos han vuelto los ojos hacía esas formulas de financiación como vehículo para proyectos locales o comunitarios y otras van surgiendo impulsadas por las nuevas tecnologías, como las plataformas de crowdfinance, que se estiman han canalizado más de 1,5 USD millardos en más de 1millón de campañas solo en 2011. Otras iniciativas combinan crowdfinance, con apoyo de bancos,  inversores,  ahorradores o ayuntamientos locales, así se ha visto recientemente el  movimiento Slow Money que solamente en su capítulo de Maine, USA  ha canalizado más de 3,5 millones de dólares en los últimos 36 meses en proyectos de agro-alimentación para la región.

Con un planteamiento parecido surge en los años 70 el movimiento de Finanzas Islámicas, en el que pioneros como el Sheikh Saleh Kamel aprovecharon la liquidez del petróleo para fundar  Instituciones financieras como el grupo Al Baraka con la convicción  que las finanzas sin intereses y sin especulación podían constituir el mejor vehículo  para remunerar al emprendedor y al mismo tiempo apoyar a una comunidad en su crecimiento económico. En una reciente conferencia en IE Business School, el Sr. Kamel abogaba por no etiquetar estas iniciativas de Islámicas o Cristianas, sino seguir buscando juntos, organizaciones financieras que  puedan, fuera de especulación  y el interés apoyar a individuos y comunidades en sus actividades económicas. 

Como Ferguson, creo que seguramente los logros del sistema financiero actual son mucho mayores que sus defectos, pero eso no impide seguir buscando. Las finanzas comunitarias pueden ayudar a reorientar el sistema financiero hacia un sistema que ayude a canalizar los ahorros de unos en las aventuras y necesidades económicas de muchos, y no como parece que funciona en la actualidad canalizando los ahorros de billones de personas en las necesidades y proyectos de unos pocos.

 

Celia de Anca, es directora del Centro de Gestión de la Diversidad de IE Business School y también es Directora del Saudi-Spanish Center for Islamic Economic and Finance – SCIEF

Los retos de Basilea para el sector financiero

Por: | 02 de abril de 2013

Manuel Romera - Director del Sector Financiero de IE Business School

Pag2_ Manuel Romera_reduccionLa regulación de la cantidad de recursos propios y, por tanto, la solvencia que deben tener los bancos realizada por el Banco Internacional de Pagos de Basilea se remonta al primer acuerdo de 1988, que se denominó Basilea I. Este acuerdo posteriormente evolucionó hacia modelos internos y avanzados y se implementó Basilea II a partir del año 2004, a aplicar en España en 2008.

Los objetivos y columnas más importantes de ambos acuerdos han sido, por una parte, mejorar la homogeneización y trasparencia de los diferentes reguladores mundiales y, por otra, establecer una mayor estabilidad en los sistemas financieros. En todos estos acuerdos de capital lo que se pretende es que las entidades financieras tengan unos recursos propios (capital) mínimos en función de unos activos ponderados por el riesgo, lo que se conoce como “Risk Weighted Assets- RWA”.

En Basilea I, ese capital mínimo, denominado ratio BIS, era un 8% de los activos ponderados por el riesgo, estableciendo 5 categorías de ponderación en función del riesgo de crédito de esos activos. También existían dos categorías de recursos propios (TIER I y TIER II). Posteriormente, Basilea II se estructuró en tres pilares básicos: requerimiento mínimo de capital, proceso de revisión supervisora y disciplina de mercado. Con todo ello se pretende ser mucho más exacto en la determinación de la ponderación de los riesgos de los activos con tres componentes fundamentales: la probabilidad de pérdida (PD), la pérdida en caso de incumplimiento (LGD) y el capital en caso de incumplimiento (EAD), determinado con modelos básicos establecidos por el regulador y modelos avanzados o de rating interno en las propias entidades financieras, lo que se conoce como “modelos IRB”. Además se introdujo el riesgo operacional como nueva variable a determinar.

La implantación de Basilea II fue laboriosa y difícil, con países de la importancia de EE.UU. con retrasos en su implantación total, pero como dicen que “no hay dos sin tres”, ahora estamos en plena vorágine del tercer acuerdo de capital de las entidades financieras, denominado Basilea III. Este acuerdo se debe implementar entre 2013 y 2019, evolucionando además de en mayor cantidad de capital, hacia políticas de liquidez de los bancos. De hecho respecto a los recursos propios de primera categoría se establece la necesidad de llegar a un ratio del 9%, y en España, en el RD 2/2012 esa exigencia llega al 10%.

En un momento, en que el crédito esta contrayéndose en el mundo entero y que las tasas de crecimiento mundial se están resintiendo, aplicar una mayor severidad al capital de los bancos es un esfuerzo que previsiblemente tendrá su recompensa en momentos futuros. Pero lo que es indudable es que pedir mayores requisitos de capital a las entidades financieras implica que contraigan el nivel de préstamo debido a que con esa actitud los recursos propios que poseen dan más de sí. Dicho de una manera más técnica, cuanto menos presten las entidades financieras, menor consumo de capital tienen para cubrir esos ratios de capital más exigentes.

 

Manuel Romera es Profesor de Dirección Financiera del Instituto de Empresa, y experto en análisis contable y valoración de empresas, donde destaca por su profundo conocimiento en ingeniería financiera. El profesor Romera también realiza labores de consultoría en valoración de empresas, es consejero del banco de inversión “Lincoln International”” y colaborador habitual de los principales medios de comunicación europeos, como Financial Times, Private Banker, European Banker, Handesblatt, El País y Expansión.

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