Manuel Romera - Director del sector financiero de IE Business School
El crowdfunding es un instrumento híbrido entre inversión y donación, cuyo objetivo es conseguir que una organización, empresa o proyecto reciba financiación para conseguir sus objetivos.
De este modo, numerosas personas físicas, en red o plataforma, en muchas ocasiones on line, aportan pequeñas cantidades de dinero de forma colectiva en proyectos que les parecen atractivos, por más razones que la rentabilidad financiera.
Ejemplos interesantes de crowdfunding son la inversión en artistas que buscan apoyo de seguidores, las campañas políticas, financiación de deudas, vivienda, escuelas, dispensarios y hasta el nacimiento de pequeños negocios.
Para regular el crowdfunding, el Gobierno está desarrollando un Proyecto de Ley cuyas principales líneas regulatorias consisten en que las plataformas estén supervisadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, estando inscritas en un registro público. Además tendrán que presentar sus cuentas y responsables.
Sin embargo, estas plataformas no funcionan como un servicio de asesoramiento financiero e inversión. Son un mero procedimiento para poner en contacto a inversores y financiados.
Con todo esto, el regulador quiere potenciar la trasparencia y preservar los derechos de los involucrados en cuanto a información y asunción de riesgos, al igual que habrá una información explicita sobre la no protección de los inversores por ningún Fondo de Garantía de Inversiones.
Además existen límites cuantitativos, no pudiéndose superar 3.000 euros por proyecto o 6.000 euros/año por plataforma. Esta parte cuantitativa está siendo controvertida, ya que esos límites los explicita el Gobierno para evitar engaños, pero creo que será conseguirlo y dejar muy 'descafeinada' la posibilidad de conseguir cantidades relevantes para financiar los proyectos.
Teniendo en cuenta que la mayoría de start-ups fracasan en sus inicios, hay que comprender que este tipo de inversión tiene un nivel de riesgo muy elevado. De momento, solo mueven 20 millones de euros por año en España, a distancia de otros mercados mucho más desarrollados. Y distintos estudios confirman que en el mundo se mueven mas de 2.000 millones de dólares al año en 300.000 plataformas de crowdfunding.
Este tipo de financiación presenta muchas ventajas. Además del dinero obtenido, es una manera de hacer público y constatar el nivel de éxito que puede llegar a tener un proyecto empresarial. Por tanto el dinero recaudado es el mejor test de un buen negocio. Si se obtiene la totalidad del dinero requerido es una señal clara de que la idea va por buen camino y el proyecto tiene visos de llegar a buen fin.
Este sistema novedoso de relación humana no debe de tomarse como una panacea ni como un sustituto de las financiaciones e inversiones tradicionales, pero sí como una herramienta que permite al inversor, además de buscar rentabilidad financiera, contribuir a crear un mundo mejor. Y dicen que las ideas mueven el mundo.
Profesor de Dirección Financiera del Instituto de Empresa, Manuel Romera es experto en análisis contable y valoración de empresas, donde destaca por su profundo conocimiento en ingeniería financiera.
El profesor Romera también realiza labores de consultoría en valoración de empresas, es consejero del banco de inversión Lincoln International y colaborador habitual de los principales medios de comunicación europeos, como Financial Times, Private Banker, European Banker, Handesblatt, El País y Expansión.