Antonio Fraguas Forges.
¿Os acordáis de cuando viajar en avión era cómodo, glamuroso y divertido? Qué tiempos.
La obsesión por la seguridad tras los ataques terroristas del 11-S cambió para siempre el transporte aéreo. Aquellos atentados iniciaron una serie de acontecimientos en cadena cuyas consecuencias perduran. Transitar por un aeropuerto se ha convertido en una experiencia desagradable: controles, chequeos, escáneres corporales, cinturones desabrochados, pasajeros descalzos, malos modos… situaciones que eran inconcebibles antes de los atentados y que ahora se ven como algo normal.
La trama para atentar contra aviones de pasajeros con explosivos líquidos camuflados en bolsas de mano descubierta en Londres en agosto de 2006 empeoró aún más las cosas. Se adoptaron nuevas medidas de seguridad, mucho más drásticas, en todos los aeropuertos británicos, medidas que después se extendieron al resto de la Unión Europea. Las nuevas normas obligaron a duplicar en España el número de vigilantes en aeropuertos, y a emprender una campaña divulgativa que costó siete millones de euros.
Desde entonces, los líquidos o geles no pueden pasar los controles en el equipaje de mano, excepto si se llevan en botes de 100 mililitros máximo separados y metidos en bolsas de plástico transparente. Los que no vayan así pueden ser requisados en los controles.
Quedan libres de restricciones los alimentos para bebés y los medicamentos, aunque han de ser declarados en los puntos de control, y los productos comprados en las tiendas de la zona de seguridad de los aeropuertos.
Todos los pasajeros que acceden a las zonas de embarque han de pasar un control de seguridad, atravesando un arco detector de metales y pasando su equipaje de mano y el resto de los objetos que lleven consigo (abrigos, chaquetas, móviles, llaves) por un equipo de rayos-X.
Los ordenadores y equipos electrónicos grandes deben pasar por la máquina de rayos X fuera del equipaje de mano y de sus fundas. Se recomienda quitarse los cinturones antes de pasar por los arcos detectores de metales.
Además, los pasajeros pueden ser sometidos a inspecciones manuales aleatorias continuas. El personal de seguridad también puede solicitar a los pasajeros que se descalcen para inspeccionar su calzado.
Algunos aeropuertos europeos ofrecen la posibilidad de someterse voluntariamente a un escáner corporal, ahorrándose así las colas. En Estados Unidos no te dejarán elegir.
Los pasajeros que por motivos de salud lleven implantes (marcapasos, implantes cocleares, etc.) o aparatos como prótesis metálicas deberán indicar su situación especial al personal de seguridad antes de pasar por los arcos detectores, para que sean inspeccionados manualmente.
La arbitrariedad de los controles ha dado lugar a situaciones absurdas, como la ensaimada rellena de crema que podía viajar de Mallorca a Berlín, pero no de Berlín a París. También se han dado casos de peregrinos a Lourdes que han tenido que desprenderse de sus Vírgenes llenas de agua, pasajeras a las que se les ha ordenado quedarse en sujetador delante de todo el mundo y personas con piernas ortopédicas obligadas a quitarse la prótesis y pasarla por el escáner de rayos X.
A bordo las cosas no mejoran. Mientras que los españoles se vuelven cada vez más altos, el espacio entre las filas de los asientos del avión en clase turista es cada vez más estrecho.
Viajar en avión ha dejado de ser un lujo, y no sólo por los vuelos de bajo coste. El pasajero de clase turista tiene que bregar con cuestiones como llevarse encima el bocadillo o, en los vuelos de larga distancia, realizar una tabla de ejercicios para que no se le duerman las piernas. Beber y comer a cuenta del billete es ahora un privilegio reservado a los pasajeros de business o de primera clase (la mayoría de las compañías ha sustituido las comidas gratuitas por un menú de pago en sus vuelos de corto y medio alcance). La separación entre las filas de asientos de la clase turista de la mayor parte de las compañías en vuelos intercontinentales, por ejemplo, es de alrededor de 81 centímetros frente a los holgados 152 centímetros de distancia que hay entre las filas de butacas de la clase Business o las camas que ya ofrecen a sus pasajeros VIP algunas compañías.
Hay 13 Comentarios
Estimada Marta, respondiendo a su comentario: pues no, no soy tolerante con la mala educacion y el no saber estar; con la falta de respeto al resto de las personas; la falta de gusto; la decadencia; la precariedad; lo soez; lo obsceno; lo burdo... Un monton de cosas que no me hacen feliz y que ni respeto, ni admiro, ni dejo de criticar. Y, por fortuna, soy libre para hacerlo. Esta bien que viajar este al alcance de todos, pero el derecho ha de ser bien entendido y ha de usarse con tino y conciencia. Viajar a la preciosa Amsterdam unicamente para visitar "copichos" no me parece de recibo. Como tampoco veo bien pisotear al projimo para obtener el asiento mejor del avion o, como recientemente me sucedio en un vuelo a NY, estar rodeada, a modo de abrazo, por los pies (perfectamente pedicurados, eso si) de la pasajera de atras que decidio, muy graciosamente, apostarlos a ambos lados de mi respaldo. Ver unos meniques perfectamente embellecidos durante 9 horas, no fue plato de gusto. No, con eso NO SOY TOLERANTE (y si, no proteste porque yo no soy quien para educar a nadie... y, por desgracia, educacion es lo que mas falta en el mundo).
Publicado por: Maria | 13/09/2011 20:49:51
Mucho antes de que aparecieran "los Ryanair" las aerolíneas españolas estaban siguiendo su singular "descenso a los infiernos". Hace muchos años que el servicio al cliente es deprorable en las líneas regulares españolas de "no bajo coste". Al menos ahora hay un segmento mayor de la población que puede viajar ¿por qué no? ¿por qué alguien con un tatuaje obsceno tiene menos derecho que cualquier intolerante a viajar en avión?
El tema de la seguridad en los aeropuertos es una autentica tortura, y en esa sí que no hay low cost o sala VIP...
Publicado por: Marta turista | 13/09/2011 20:29:41
Decía en el anterior que este problema ya desaparece, porque la clase medis ya no existirá y los pobres no tienen para que viajar, solo habrá aviones privados y cada uno se las arreglará para no embarcar a un terrorista.
Publicado por: lmb | 10/09/2011 16:27:01
¿publicaŕán el anterior? o lo tengo que escribir nuevamente
Publicado por: lmb | 10/09/2011 16:22:27
Pronto todo solucionado, las clases medias desaparecen, los pobres no tienen porque viajar, solo existirán los aviones privados, y cada uno se cuidará de no embarcar a un terrorista.
Publicado por: lmb | 10/09/2011 16:20:23
Y la democratizacion del volar? Quién no ha pillado un Ryanair, un EasyJet? Nos olvidamos que hace 10 anos, no se veian españolitos en Amsterdam buscando "copichos", como oimos mi marido y yo denominar a los Coffee Shops holandeses mientras paseabamos plácidamente por un canal... Escudándose en la preferencia (o necesidad) de algunos por tomar este tipo de vuelos donde, efectivamente, el teórico bajo coste, hace permisible el trato humillante como ganado, otras compañías, sin reducir el precio, han adoptado similares medidas (si cuela en Ryanair, por qué no en Iberia???). Y los demás, los que evitamos Ryanair como una plaga, los que pagamos un poco más por ser tratados como humanos, tenemos que tragar y subir el escalafón a Business Class. Así se evita también esa horda de "camiseta de tirantes", "tatuajes obscenos", "trolleys desbordados" y "gafas de sol con olor a tortilla de TupperWare" que últimamente pueblan cualquier avión, en cualquier parte del mundo... La globalización es lo que tiene, para bien o para mal...
Publicado por: Maria | 10/09/2011 8:14:30
"Carta de amor a Ryanair", un blog muy interesante!!!
http://lahabitaciondeclo.blogspot.com/2010/07/carta-de-amor-ryanair_21.html
Publicado por: Clo | 09/09/2011 18:36:17
"Carta de amor a Ryanair", un blog muy interesante!!!
http://lahabitaciondeclo.blogspot.com/2010/07/carta-de-amor-ryanair_21.html
Publicado por: Clo | 09/09/2011 18:36:17
No se les ocurra hacer escala en Estados Unidos porque sino hasta pueden perder su próximo vuelo de lo tardados y burocráticos que son sus revisiones. Se pueden llevar hasta 2 horas entre hacer cola para que chequen sus papeles, recoger su maleta y volviéndola a llevar para que la revisen, aún cuando ya viene etiquetada de origen hasta el fin de viaje. Y si tiene gripe o está mal de neumonía, pues se aguanta porque lo hacen quitarse los calcetines y caminar descalzo hasta la banda donde pone sus pertenencias. La verdad es un desastre, yo tuve esta mala pasada de un vuelo Frankfurt- México con escala en Chicago. De lo peor!!!!
Publicado por: Lourdes Carmona | 09/09/2011 18:35:37
Pues Osama todavía no descansa en paz, el jodío. ( Foto-espía: http://gallota.com/2011/09/09/11-s )
Publicado por: Gallota | 09/09/2011 18:16:27
Quiero invitarte a que visites mi blog:
http://www.pianistasdelmundo.blogspot.com
Está dedicado a los mejores pianistas de todos los tiempos, hay videos en directo y enlaces con su biografía.
Si te gusta agregala en tus favoritos,o hazte seguidor, iré incluyendo muchos más.
Muchas gracias por tu tiempo.
Publicado por: La mejor música del mundo | 09/09/2011 18:13:03
Dedicaré un artículo en mi blog www.odiaconmigo.blogspot.com comentando la bronca que da pagar 1000€ por un viaje a BsAs por Iberia y que estés incómodo 10 de las 12 horas de viaje. Una falta de respeto al pasajero, porque te tratan como si fueses ganado; como si no tuvieses derecho a pedir nada, como si te hubiesen pagado el pasaje...Más si eres robusto. Los asientos son para bailarinas/es de ballet clásico, no para seres humanos.
Publicado por: Fernando Weissmann | 09/09/2011 17:55:58
Totalmente de acuerdo, de ser un lujo, paso a convertirse en una pesadilla...
http://losbonvivant.wordpress.com/
Publicado por: Valeria | 09/09/2011 16:00:38