Cartel de la película de aventuras La tumba del emperador dragón, inspirada en el mausoleo de Qin Shi Huang.
Hace unos años, durante un viaje por China, tuve oportunidad de visitar algunos de los trabajos de excavación cerrados al público en el yacimiento de los guerreros de terracota, a unos 35 kilómetros al este de la ciudad de X’ian, la ciudad más antigua de China y capital del Imperio del Centro a lo largo de 12 dinastías. En las zanjas se apiñaban centenares de cerdos y perros de terracota, a tamaño natural, destinados a abastecer las despensas del emperador Qin Shi Huang (259-210 antes de Cristo) y su ejército de sombras en el ultramundo: un tirano muy previsor.