El escritor chileno Francisco Coloane (1910-2002) es autor de soberbios relatos de aventuras. Sus historias tienen como escenario la Tierra del Fuego, que se extiende hasta el Cabo de Hornos entre profundos brazos de mar, ventisqueros azules, lagos glaciares y fiordos, como si la costa se hubiese hecho trizas, “desgranándose en numerosas islas, entre las cuales culebrean canales misteriosos que van a perderse allá en el fin del mundo".
Antes de hacerse escritor, Francisco Coloane condujo rebaños en las haciendas de la Tierra del Fuego, participó en la búsqueda de petróleo en el estrecho de Magallanes y navegó por el laberinto de canales patagónicos en cúteres loberos ligeros como albatros. Sus aventuras se ven reflejadas en libros como Los conquistadores de la Antártida (1945), El último grumete de la Baquedano (1941) y los libros de cuentos Cabo de Hornos, Golfo de Penas y Tierra del Fuego, agrupados bajo un solo título, Cuentos completos, por Alfaguara (1999). Las historias de Coloane son una lectura imprescindible -junto a En la Patagonia, de Bruce Chatwin, y Diario de un naturalista, de Charles Darwin- para viajar por esta tierra inhóspita y agreste, por la que “solo se aventuraban audaces nutrieros y cazadores de lobos, gentes de distintas razas, hombres corajudos que tenían el corazón nada más que como otro puño cerrado”.
Ruta de los cruceros de exploración Australis hasta el cabo de Hornos. / JAVIER BELLOSO
Cinco marineros y un ataúd verde
"Un día de principios de invierno arribó a Punta Arenas un barco tan deslastrado que llevaba más de media paleta de la hélice fuera del agua; el casco plomizo, algo descascarado por la intemperie o por las faenas de la pintura en alta mar, estaba surcado de grandes manchas de azarcón rojo que semejaban heridas cuya sangre aún no se lograba restañar (...) Éste pidió ser recibido por capitanía de puerto; pero junto con el gallardete de la solicitud izó en el mástil de trinquete una bandera de grandes paños negros y amarillos que quería decir <<muerto a bordo>>".
En Punta Arenas, población chilena de 133.000 habitantes, sopla con violencia un viento gélido que riza de espuma las aguas del estrecho de Magallanes.
Desde el mirador del Cerro de la Cruz se alcanza a ver toda la ciudad, con sus "casas de metal pintadas con los colores de un pañuelo eslavo", según la describe Bruce Chatwin en su libro En la Patagonia (muchos de sus habitantes son de origen croata). Y más allá del estrecho, "la giba negra de la isla Dawson", Tierra del Fuego y la pirámide helada del Monte Sarmiento, en la cordillera Darwin.
El témpano de Kanasaka
"Cuando estuvo más cerca, una figura humana se destacó claramente, de pie, hundida hasta las rodillas en el hielo y vestida con harapos flameantes. Su mano derecha, levantada y tiesa, parecía decir: <<¡Fuera de aquí!>> e indicar el camino de las lejanías.
Al vislumbrarle la cara, esa actitud desaparecía para dar lugar a otra impresión más extraña aún: la dentadura horriblemente descarnada, detenida en la más grande carcajada, en una risa estática, siniestra, a la que el ulular del viento, a veces, daba vida, con un aullido estremecido de dolor y de muerte, como arrancado a la cuerda de un gigantesco violón (...) El témpano, con su extraño navegante, pasó, y cerca de la popa hizo un giro impulsado por el viento y mostró por última vez la visión aterradora de su macabro tripulante, que se perdió en las sombras con su risotada sarcástica, ululante y gutural".
El muro de hielo azul del glaciar Pía se eleva hasta una altura de casi 300 metros sobre un fiordo granizado de témpanos junto al canal Beagle, que une el Atlántico y el Pacífico. En un brazo de este canal, el que discurre al noroeste, conocido como Avenida de los Glaciares, sitúa Coloane su relato El témpano de Kanasaka; cinco poderosos ríos de hielo bajan hasta el mar desde la cordillera Darwin: el España, el Romanche, colgado de un acantilado sobre el fiordo, el Roncagli, el Holanda y el Italia, que extiende sobre el mar su bella lengua de color berilo, de la que procede el témpano y su cadavérico tripulante.
Perros, caballos, hombres
"Allí; entre selva virgen y baguales erraban seres libres, bandoleros y gentes sin patria y sin ley; todo lo que los hombres y bestias domésticas fueron arrimando en esa sierra bravía y acogedora como el corazón de la Tierra del Fuego".
Los picos nevados de la cordillera Darwin enmarcan los bosques subantárticos de bahía Ainsworth, con una playa de cantos rodados y kelp (algas laminares) donde dormitan elefantes marinos. Una lluvia continua empapa el manto de turba, líquenes y florecillas rojas (Armeria maritima) que cubre la zona intermareal, tras la que se extiende entre cascadas un oscuro bosque de lengas, coigües, calafates, ñirres y canelos: la naturaleza en una forma pura y primigenia.
Témpano sumergido
"Los cerros entre los que navegábamos semejaban manadas de monstruos marinos echados sobre las aguas, de dorsos blancos alisados por el peine de los vientos".
Págalos negros como espectros sobrevuelan las colonias de cormoranes y pingüinos magallánicos que anidan en las turberas y acantilados de los islotes Tucker, en el Seno Almirantazgo.
Los págalos o skúas (Catharacta antarctica) son temibles depredadores de las regiones magallánicas y la Antártida, aves oportunistas y carroñeras que se alimentan de huevos y pichones de pingüinos y cormoranes, aunque también llegan a cazar pingüinos adultos.
El último contrabando
"Pasada la noche y con los primeros despuntes del alba, el Júpiter levó su pequeña ancla, voltejeó hacia el canal Beagle y ya en él, cazando el viento por la aleta de babor, navegó de un largo hasta anclar en la bahía de Ushuaia".
La lejanía tiene nombre: Ushuaia (Argentina), la ciudad más austral del mundo. Aunque tiene aeropuerto, la mejor forma de llegar a ella es por mar: una bahía irreal rodeada de montañas tan afiladas como los dientes de un lobo. La ciudad creció alrededor de su presidio, activo entre 1902 y 1947 y hoy convertido en museo.
Cabo de Hornos
"Los marinos de todas las latitudes aseguran que allí, a una milla de ese trágico promontorio que apadrina el duelo constante de los dos océanos más grandes del mundo, en el cabo de Hornos, el diablo está fondeado con un par de toneladas de cadenas, que él arrastra, haciendo crujir sus grilletes en el fondo del mar en las noches tempestuosas y horrendas, cuando las aguas y las oscuras sombras parecen subir y bajar del cielo a esos abismos".
Más de 900 barcos han naufragado en las aguas traicioneras del paso de Drake, que separan el mítico promontorio de la Antártida. Allí se encuentra el auténtico faro del fin del mundo (en la novela homónima, Julio Verne lo sitúa al noroeste de la isla argentina de los Estados, más al norte), y su guardián se llama Manuel Cánepa, un oficial de la Armada chilena que acaba de celebrar su primera Navidad en cabo de Hornos, donde permanecerá casi un año con su esposa y sus dos hijos, de dos y 14 años.
El cabo de Hornos es en realidad una isla donde solo se puede desembarcar con la mar en calma, saltando desde las lanchas hasta la escalera de madera que trepa por los acantilados.
Vientos de hasta 127 nudos (230 kilómetros por hora) derribaron hace unos meses el albatros de metal que coronaba el islote, un monumento a los marinos ahogados en sus aguas. También hay una placa con el poema El albatros, de Sara Vial:
"Soy el albatros que te espera
en el final del mundo.
Soy el alma olvidada de los marinos muertos
que cruzaron el Cabo de Hornos
desde todos los mares de la Tierra.
Pero ellos no murieron
en las furiosas olas;
hoy vuelan en mis alas,
hacia la eternidad,
en la última grieta
de los vientos antárticos".
Aparte de los libros, la única manera de llegar a estas soledades australes es en barco, en la estela de Charles Darwin, que los visitó entre la Navidad de 1832 y la primavera de 1834, durante el segundo viaje de exploración del bergantín HMS Beagle. El Stella Australis y el Vía Australis realizan cruceros de exploración por los canales patagónicos entre Punta Arenas (Chile) y Ushuaia (Argentina), en travesías de cuatro o cinco días, en ambos sentidos, entre septiembre y abril.
Hay 6 Comentarios
Qué gusto me dio ver el título "Los Conquistadores de la Antártida" bien escrito, así como me dio rabia ver cómo una editorial publicó una edición de esta misma obra pero poniendo "de la Antártica" en la portada.
Nombres propios como la Eólida, la Atlántida o la Argólida son con "d", no con "c". Los gringos llaman al continente del Polo Sur "Antarctica", y nosotros, que somos copiones a morir, ahí vamos copiando todas las gringadas habidas y por haber. Otra cosa es "la región antártica", y esa sí es con "c" porque es un adjetivo y no un nombre propio.
Hoy no leemos mucho, y escribimos menos.
Publicado por: Daniel Yovanovic | 11/06/2015 16:13:12
Me gustaría recomendar también 2 libros d luis sepulveda, patagonia express y ultimas noticias del sur, preciosos, para entender la repoblacion d la tierra d fuego por población chilota. Recomendar PN Torres del Paine. M encanta el blog, soy trotamundo.
Publicado por: Ana | 29/04/2015 0:10:28
Los cruceros por los canales patagónicos son verdaderamente preciosos. No solamente por la calidad del servicio a bordo, sino sobre todo por la belleza y exclusividad del paisaje que nos rodea. http://www.especialistasviajespatagonia.es/cruceros-patagonicos/
Publicado por: Viajes | 08/02/2015 11:08:37
Un excelente post que nos ha permitido hasta conocer ese poema de Sara Vial: El Albatros.Algún día nos iremos a recorrer esa Tierra del Fuego, de la que mi finado padre siempre me hablaba.
Publicado por: bergante | 04/02/2015 16:30:56
La Patagonia es un lugar tan increible que lo inhóspito de su tierra hace que no te quieras marchar para seguir descubriendo lugares únicos. Algunas recomendaciones: el glaciar Perito Moreno http://www.zaiguaweb.com/2014/03/19/frente-al-gigante-de-hielo/ el Parque Nacional Los Glaciares http://www.zaiguaweb.com/2014/03/18/d%C3%ADa-de-trekking/ el Canal Beagle http://www.zaiguaweb.com/2014/04/27/video-navegaci%C3%B3n-por-el-canal-beagle/ el Parque Nacional Tierra del Fuego http://www.zaiguaweb.com/2014/03/28/parque-nacional-tierra-del-fuego/ Chiloé http://www.zaiguaweb.com/2014/03/02/recorriendo-chilo%C3%A9/
Publicado por: Zaigua | 02/02/2015 13:25:36
Impresionante y hermoso a la vez
Publicado por: alba | 02/02/2015 1:00:28