29 may 2015

Bichos asesinos: el escarabajo que mató a un rey

Por: Isidoro Merino

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El verano se acerca, con sus bichas y sus bichos. Algunos son peligrosos, y viven cerca de ti. En esta primera entrada estivo-entomológica, un coleóptero magnicida y libidinoso: la cantárida (Lytta vesicatoria), aka mosca española, aka spanish fly.


A su católica majestad el rey Fernando II de Aragón lo perdió la lujuria. Menos de un año después de la muerte de su esposa Isabel la Católica (el 26 de noviembre de 1504), el inconsolable viudo, de 53 años, se volvió a casar con la joven Germaine de Foix, que por entonces contaba dieciocho lustrosas primaveras.

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En los albores del siglo XVI no había Viagra, pero se conocían los supuestos efectos afrodisíacos del polvo de cantárida, un pequeño escarabajo de color verde metálico también conocido como mosca española. Su principio activo, la cantaridina, es en realidad un potente vesicatorio utilizado como  arma defensiva por estos insectos. En contacto con la piel provoca ampollas, y también es tóxico por vía oral, aunque en dosis muy pequeñas (un miligramo puede ser letal) actúa como vasodilatador y provoca erecciones espontáneas. Se cree que fue la ingestión de polvo de cantáridas la que provocó la muerte por intoxicación a Fernando el Católico, quien a toda costa quería tener descendencia de su joven esposa. A pesar de los accidentes mortales, las cantáridas volvieron a estar de moda como afrodisiaco en la Francia del siglo XVIII, donde se las conocía como “caramelos Richelieu”.

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La cantárida era uno de los componentes del Aqua Toffana, un potente veneno con el que se cometieron más de seiscientos asesinatos en la Italia del siglo XVII.

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Donatien-Alphonse-François de Sade (1740-1814), más conocido como Marqués de Sade, estuvo a punto de perder la cabeza por jugar con la mosca española. Para llevar a cabo sus fantasías bondage y animar una orgía, no se le ocurrió otra cosa que repartir entre sus invitadas bombones rellenos de  polvo de cantárida. Gravemente indispuestas tras ingerir los dulces, las víctimas, unas chicas reclutadas en el puerto de Marsella por Latour, sirviente del marqués, denunciaron a Sade por envenenador.

En el enlace de abajo podéis conocer a otros peligrosos amiguitos.

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FOTOGALERÍA: Pitones verbeneras y otros bichos letales.

Hay 1 Comentarios

Ningún coleóptero es magnicida ni libidinoso, tal vez el libidinoso era el humano que lo utilizó; ningún animal "asesina", no tienen voluntad para ello y no veo justo que se acuse a un pequeño insecto de lo que los humanos hayamos hecho con él (hasta casi extinguir la especie, en algunos casos). No estoy de acuerdo con el tinte sensacionalista: "viven cerca de ti" ¿El autor sabe dónde vivo para saber qué especies peligrosas (o dudosamente peligrosas) viven cerca de mí? En mi zona no hay cantáridos, y, de haberlos, no me harían nada malo dado que no atacan a las personas ¿A qué se refiere? Desvirtuar la realidad de la naturaleza ni contribuye a su conocimiento ni a su aprecio, la exageración de presentar a animales que ni siquiera tienen cerebro como asesinos cabría esperarla de un vendedor de insecticidas, desde luego no de un científico o divulgador de ciencia.

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Isidoro Merino

Isidoro Merino es el especialista de El Viajero para ofertas y temas prácticos. Ha nadado con leones marinos en las islas Galápagos y desayunado con Mickey Mouse en Disneyland París. Trotamundos, fotógrafo y periodista, colabora con el suplemento desde su lanzamiento en 1998.

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