Juan Arias

¡Por Dios, no cortéis ese árbol, símbolo de Brasil!

Por: | 18 de diciembre de 2011

Es el árbol frutal mayor del mundo con una copa de 10.000 metros cuadros. Produce ochenta mil frutos cada temporada. Se halla en uno de los lugares turísticos más bellos no sólo de Brasil sino del mundo, lamiendo una playa de aguas de cristal sombreada de cocoteros, en la localidad nordestina de Pirangi , municipio de Parnamirim, en el Estado de Rio Grande del Norte. Es también el mayor cajueiro ( anacardo) que existe en la Tierra.

Area-cajueiro

Cajueiro con 10.000 metros cuadrados de copa


La polémica sobre su futuro es también gigante como su copa. Cuando fue plantado, allí no existía nada, fuera de la playa de paraíso, lugar entonces sólo de pescadores. Ahora, lugar de turismo de lujo, el cajueiro ha quedado aprisionado ante dos monstruos del capitalismo salvaje: el cemento de la construcción y el asfalto de la autopista que corre a su lado y que une la preciosa ciudad de Natal con el literal Sur del Estado.


Los visitantes de medio mundo, que se deleitan con aquel espectáculo de la naturaleza, al saber que existen hasta procesos judiciales para sacrificar el árbol en aras de la especulación, exclaman: “¡Por Dios, no toquen a este árbol que es un símbolo del Brasil de la abundancia!”. Simone Sousa ha escrito: “En medio de las polémicas, el cajueiro quiere sólo crecer en paz, libre, como todo árbol. Él no había pedido para nacer”.


El cajueiro (nombre indígena dado por los tupís) es en efecto más que un árbol. Es también el mejor símbolo de Brasil, del Brasil dotado de una naturaleza exuberante; el de las tres cosechas al año, el de la mayor biodiversidad del mundo, la mayor reserva de agua potable de la Tierra, y la que en el futuro, junto con el resto de América Latina, ofrecerá el 40 % de los alimentos a la Humanidad.

Cajueiro de pirangi foto de sapeca panoramionet
La autopista, enemiga del cajueiro


En Brasil todo es grande, todo crece, se multiplica como una bendición bíblica. Por eso en él hay  pobreza pero no hambre. No existe lo mínimo en esta tierra, sólo lo máximo, hasta en sus heridas sociales. De ahí nació la idea de que “Dios es brasileño”, como si él hubiese fertilizado este rincón de la Tierra con sus bendiciones. No acaso, la palabra “bendición” es una de las más usadas del vocabulario en boca de la gente.


El cajueiro de Pirangi, es hoy la delicia de los turistas de todo el mundo, el juguete gigante de los niños que pueden pasear bajo sus ramas. Su originalidad es fruto de dos anomalías de la naturaleza. Lleva creciendo y ensanchándose desde hace 122 años cuando fue plantado por un pescador de nombre Luiz Inácio de Oliveira, que murió con 93 años bajo las sombras del árbol.


Son dos anomalías botánicas las que confluyen en él: la primera, que en vez de crecer hacia el cielo, crece hacia la tierra, hacia los lados. Con el peso, las ramas, llenas de frutos, se inclinan hacia la tierra. La segunda anomalía es que las ramas, al tocar el suelo vuelven a hacer raíces y vuelven a crecer de nuevo como si fuesen troncos de otro árbol. Ello da la impresión de que son varios árboles juntos, pero es uno sólo, que equivale a 70 normales de la misma especie.


Sus ochenta mil frutos los recogen los visitantes, porque el árbol es de todos. Pocos saben que el verdadero fruto no es lo que parece una fruta colorida y original, sino la castaña parda que nace en su punta, un formidable antioxidante.

100910cajucapa


El árbol, no tiene voz, no puede defender su derecho a seguir viviendo. Prestémosle la nuestra, para defender su derecho a seguir viviendo, porque, nació allí antes que el cemento y el asfalto en cuyo altar quieren sacrificar el milagro de su naturaleza.
Cortar ese cajueiro sería también amputar a Brasil de uno de sus símbolos más luminosos, para colocarlo en la geografía gris y fría de los países que privilegian el cemento y la especulación de la Naturaleza, a sus bellezas y riquezas naturales.

Pirangi

Puesta de sol en la playa de Pirangi

Nota:

Este blog se une a las voces que llegan de medio mundo para gritar: "!Por Dios, no corten ese árbol!"

ÁRBOL

 Brazos abiertos
que buscan
las águilas del sol.
Raíces como
manos que escudriñan
el vientre caliente
de la tierra.
Generoso,
desparramas tus semillas,
como estrellas
sembradas en el mar.
Tu sombra y mi sombra,
paraguas de amor
contra la lluvia y el sol.
Yo moriré
y tu seguirás
azotado por el viento.
Yo moriré
y los nidos prendidos
en tus hojas de cristal,
seguirán enviando
mensajes de paz.
En tu recio tronco,
tótem de la creación,
me apoyaré,
cuando a la luz
de mi ventana
se acerque amoroso
el misterio azul
de mi destino final.

Hay 19 Comentarios


Me encanta, Josemanuel, su sensibilidad con la naturaleza hoy tan despreciada y explotada por el cemento.
Y gracias por bucear en los post de mi blog.
Un abrazo


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Yo también me uno, solidarizo con ud. y con "El cajueiro ", signo, además de todo lo que se dice aquí y allá, paradigma de la fuerza de la convicción propia que dan los frutos propios, las palabras, que llegan a sembrar nuevos troncos, sic. nuevos arboles en lugar de dejar que se los lleve el viento. Sueño que si no se comete el arboricidio del cajueiro arbol de la vida, la misma vida del árbol se comerá la cara dura, el asfalto de esos parásitos de la regeneración y del creced y multiplicaos.

O jornalista há de ter responsabilidade com aquilo que publica. O exame do livro citado por Jhoseph da Silva na verdade é um panfleto produzido por um sujeito suspeitíssimo, indiciado por vários crimes pela Polícia Federal Brasileira.
Não dar publicidade à mentira exige coragem para não seguir na onda de corrupção que domina o Brasil no governo (Lula-Dilma) petista.


Gracias, Lucas, por su puntualización. Quizás se trata sólo de terminología. Aquí en Brasil, los expertos lo llaman siempre anomalía botánica, sobretodo porque no todos los cajueiros se multiplican de esa forma. Yo he tenido seis de ellos y sus ramas cuando llegan al suelo nunca enraizan de nuevo.


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Lo siento, Carlos, pero las medidas son de dominio público. Y esas anomalías botánicas son más que estudiadas por los expertos en la materia.


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Y eso es lo triste, tatu.


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Como chiste, Ramón, está bien. La realidad es otra: el pueblo brasileño, por ejemplo en humanidad, solidariedad y capacidad de comunicación no tiene que envidiar a otros pueblos. Vivo aquí desde hace 12 años. Viví 30 en Italia y el resto de mi vida en España. Y no cambio a este país por ninguno.

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En su libro “Brazil on the move, John Dos Passos relata un chascarrillo que los brasileños cuentan de ellos mismos y que trata de Dios y un arcángel en el tercer día de la creación.
Cuando el Señor Jehová terminó de hacer Brasil, no pudo dejar de vanagloriarse un poco con un arcángel. El Señor había plantado las selvas más gigantescas, tendido el sistema fluvial más extenso del mundo y construído un sistema de montañas con bahías y playas hermosas. Llenó los cerros con topacios y aguamarinas y esparció oro y diamantes en los ríos; dispuso, además, que reinase allí un clima exento de huracanes y en el cual crecieran toda clase de frutas.
--¿Es justo señor, preguntó el arcángel, dar tantos beneficios a un solo país?--Espera -dijo el Señor Jehová -hasta que veas a la gente que voy a poner ahí. “Selecciones del Reader’s Digest”

Ahora entiendo a Dos Passos.

Raúl Soler,
Desde El Salvador, Centro América.

En españa nos dejaríamos de mariconadas y cortaríamos el árbol para poder edificar.

Yo no doy un Real por el futuro del árbol (o de la Amazonía) por impresionante o singula que sea, pero.....yo también quiero gritar ¡¡¡Por Dios, no cortéis este árbol, símbolo de Brasil (de nuestra madre naturaleza)!!!

A ver Carlos, si te fijas el la zona superior izquierda se ven dos autobuses cuyas mediadas vienen a ser 10 +10 metros es decir los dos autobuses suponen aproximadamente 20 metros.
Yo he tenido la suerte de estar alli y pasear bajos sus ramas y te pùedo asegurar que si no llega a los 10000 metros cuadrados poco le falta y que es una autentica maravilla. Además de ser mini biosistema donde anidan y crian monos ti-ti. Pero a tí quizá te gusten más los edificios hoteleros junto a la playa.

10000m^2 suponen un cuadrado de 100x100. Por la foto no alcanza los 4000m^2. Ademas la reproducción vegetativa no tiene nada de anomalia botánica, ¿¡O vamos a declarar monumento los brotes de Alianto de nuestras cunetas!?

Bonito articulo. Solo una puntualizacion: que las ramas se extiendan hacia los lados y toquen el suelo para volver a enraizar no e suna "anomalia" botanica. Es simplemente una estrategia reproductiva de muchas plantas (que generan los llamados "clones": individuos geneticamente identicos). Otro ejemplo: las fresas.


Gracias, Juanjo, por su puntualización sobre Piaragi. Voy a corregfirlo enseguida.


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Ojalá, Juanjo, pueda un día venir a disfrutar de este país maravilloso a pesar de tantas sombras. Y ojalá que no lo cambien-como usted dice-en ese otro mundo monopolizado por el demonio de un desarrollo que martirice a la Naturaleza, que es nuestra verdadera casa.


To: [email protected]

Creo que Brasil tiene una gran oportunidad para "aprender" de occidente, y no cometer nuestros errores, de no esquilmar esa grandiosa naturaleza y belleza paisajística bajo el pretexto de un desarrollo económico sin límites, sin reglas. Porque un Brasil desarrollado económicamente, con mayor igualdad social, sin corrupción, con una mejora sustancial de la educación es posible, y todo ello en equilibrio con su apabullante naturaleza y sin perder la espontaneidad de su gente, su hospitalidad, su trabajar para vivir, primar el "jogo bonito" en muchas facetas de la vida, y todas esas cosas que nosotros, en nuestro llamado primer mundo, hemos perdido ya y no tengo claro que podamos recuperar. Por favor, Brasil, ¡hágame caso, copien solo lo bueno nuestro y quédense con todo lo bueno suyo!...de corazón se lo digo, porque la siento como mi segunda casa y, quien sabe, si algún día la primera. Y a usted Sr. Arias, darle las mil gracias por su blog, por hacerme sentir más cerca de allí, y por hacer más llevadera "minha saudade". Un abrazo!

Estimado Sr. Arias,
Acabo de leer su blog sobre el maior cajueiro do mundo en Pirangi, y no puedo más que dibujar una amplia sonrisa, sentir la piel de gallina y cerrar mis ojos para sentir de nuevo la magia de esa parte del mundo: bordear la costa saliendo desde el morro do Careca en Natal, pasar por la praia do Cotovelo, llegar al cajueiro para ver su majestuosidad, comer sus frutos y licores...y un poco más allá Pirangi, con sus lagosteras, sus paradisíacas playas, probar "o melhor pastel do litoral sul" en la humilde y maravillosa barraca do Edilson...y todo ello acompañado por una Mujer Brasileña, sí con mayúsculas, que el destino, o quien fuese, quiso que nuestros caminos se cruzasen en Londres, sigan unidos y que el mismo destino, o quien sea, espero que los mantenga unidos por mucho tiempo, aunque de momento nos mantiene separados, sólo físicamente que no de corazón, 7.000 km...Así que me sumo de forma muy especial a su voz y a la de todos los que reivindican ¡Por Dios, no corten ese árbol!.Una pequeña puntualización, Piragi y su cajueiro pertenecen al estado de Rio Grande do Norte, no a Pernambuco

El caujeiro está en el estado brasileño de Rio Grande do Norte, y no de Pernambuco, como dijo usted en el reportaje.

¿Qué pasa con la corrupción en Brasil? Usted ha dejado de hablar de ello?

Hay un livro com la denuncia a un ex candidato presidencial, las evidencias presentadas son todos ellas contudentes e verdaderas.

¿Por qué usted utiliza de dos criterios diferentes para denunciar la corrupción?

A los ministros del gobierno usted condena de antemano, a José Serra usted obsequia com su silencio.

¿No te da vergüenza?

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Sobre el autor

es periodista y escritor traducido en diez idiomas. Fue corresponsal de EL PAIS 18 años en Italia y en el Vaticano, director de BABELIA y Ombudsman del diario. Recibió en Italia el premio a la Cultura del Gobierno. En España fue condecorado con la Cruz al Mérito Civil por el rey Juan Carlos por el conjunto de su obra. Desde hace 12 años informa desde Brasil para este diario donde colabora tambien en la sección de Opinión.

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