La modelo brasileña, Gisele Bündchen, es atípica en su modo de conquistar las cimas de la gloria, sin caer en el infierno de las drogas, del alcohol y de los desarreglos del sexo. Si se me permite una redundancia, es una “modelo modelo”.
A pesar de haber conseguido todos los triunfos que puede soñar una diosa de la moda, hasta llegar a ser la “más en todo”, su vida se ha mantenido, dirían algunos, en una dulce mediocridad, sin sobresaltos, sin escándalos típicos del mundo de las estrellas, envidiadas por los pobres mortales.
Justo por ello, he querido traer su ejemplo a este blog, justo en estos días en que Bündchen ha vuelto a ser noticia, al haber anticipado la revista Forbes, que la top modelo brasileña va a entrar en la lista de los que han superado los mil millones de dólares. Será así la primera modelo del mundo a alcanzar esta “gloria” .
¿Qué ha dicho Bündchen ante la noticia de que podrá figurar entre los más ricos del Planeta? Dos palabras: “!Qué exageración!" Se lo ha dicho a la periodista, Melina Dalboni, del diario O Globo, que ha querido saber de boca de la modelo la receta para no dejarse, como tantas otras divas, arrastrar al infierno de las drogas, apareciendo, en su vida cotidiana casi sin ser noticia.
Y ello a pesar de que Gisele en 2011, ha sido portada de 20 revistas internacionales, de haber desfilado para Givenchy, de haber lanzado una colección propia de ropas íntimas para la C&A y la marca de cosméticos Sejaa, además de haber estrenado campañas para Salvatore Ferragano, Isabel Marant, Versace, Balenciaga, y H&M. Y sigue siendo la modelo que más factura en el mundo con 45 millones de dólares sólo en entre 2010 y 2011.
La periodista ha querido saber de la misma Bündchen cómo ha sabido conciliar el esplendor de su gloria, aplaudida en todo el mundo, con una vida sencilla sin sobresaltos ni vistosos excesos de ningún género.
Se lo hizo con la siguiente pregunta explícita: “Usted es la mayor modelo de todos los tiempos. Está en la cima desde hace diez años, lleva una vida sana y es identificada como alguien que valoriza mucho a la familia. Todo ello en una carrera, donde las grandes modelos suelen involucrarse corrientemente en escándalos y llevan una vida desarreglada, con exceso de drogas y alcohol. ¿Cómo consigue ese equilibrio?”
La modelo brasileña le ofreció a la periodista su receta sencilla y rica al mismo tiempo, como esas recetas de cocina de nuestras abuelas. “Al principio trabajaba 365 días al año, no tenía final de semanas y pasaba la vida volando de un rincón al otro del mundo. Tuve que abdicar de muchas cosas en ese período”.
Junto a ese trabajo sin descanso, la receta continúa: “En otra época estuve totalmente volcada en mi familia y pasé meses sin trabajar”. ¿Y hoy? “Hoy elijo mis prioridades y tiento conciliar la carrera con mi familia y tener tiempo también para mí. Estoy siempre en busca de equilibrio. A veces acierto, a veces, no.”
En la receta de Bündchen para conseguir conciliar su fama y su dinero sin perder la cabeza, figuran, como ella misma explica otros ingredientes de la misma receta: “Siempre tuve pasión por la naturaleza y he aprendido mucho estos últimos años como embajadora del programa de Naciones Unidas para el medio ambiente”.
Afirma Gisele que ello la ha llevado a conocer personas de todas las categorías, desde gente sencilla a grandes intelectuales que “creen como yo que es posible cambiar el mundo”. Para ella, hoy, “muchas personas viven de forma apática, sin pararse a pensar en el sentido de la vida” y lanza su mensaje: “Debemos despertarnos”.
La atipicidad de la modelo, capaz de conciliar el máximo de la gloria con una vida sana, sencilla, sin excesos y sin perder el amor por su familia, es un aldabonazo para quienes tienden a ser comprensivos con personajes que, como ella, han tocado el cielo de la gloria con la mano y se han desplomado en el infierno de las drogas, del despilfarro o de los abusos y hasta aberraciones sexuales.
“Es que los pobres no han aguantado tanta fama”, se suele decir, casi justificando sus vidas de excesos, espejo sombrío para los jóvenes que se abren a la vida y que tienen todo el derecho en soñar también ellos con la fama, sin necesidad de destruirse por fuera y por dentro.
Gisele Bündchen, desmiente con su vida, nuestra facilona filosofía de que no es posible salir de la pobreza, subir a la fama y no despeñarse hasta los abismos del submundo del vicio o del delito. Lo es.
Soñar no es pecado. Lo es creer que nos faltan las alas
Hay 7 Comentarios
Espero, Alauda, que no se refira a mi blogya que desde quecomencésólo he eliminado a un comentarista que usaba expresiones obscenase insultos gratuitos, no a mi, sino a una tercera persona.
En mi blog no sólo todos tiene libertad de expresarse sino que hasta suelo contestar- cuando tengo tiempo- a muchos comentarios por lo que ha venido a crearse una especie de foro de debate.
Si se trata de otras intancias de mi periódico puede dirigrse a ellas. En mi experiencia de 30 años trabajando en EL PAIS lo que puedo aseguarle es que jamás he sido objeto de la más mínima censura.
Un abrazo
To: [email protected]
Publicado por: Juan Arias | 16/01/2012 12:09:04
La libertad de expresión está siendo machacada en los foros de El País. Los responsables de este periódico tienen que buscarle una solución a las actitudes arbitrarias de los que no son sino simples moderadores en foros libres. Se toman atribuciones y persiguen como si se tratara de algo personal al que es crítico con su trabajo. Eso no es democracia, eso es dictadura. En un medio que ha nacido con la libertad en este país no se deben de tolerar estos comportamiento, y más con su dinero. Esto es así, hasta el punto (hablo de los foros de Siria e Irán) de que el censor no me deja ni siquiera darle los buenos días. No es que sea un intolerante, arbitrario y reaccionario personaje, es que, encima, es un maleducado. Larra decía que uno no escribe para el público, escribe para el censor, porque es el que hace y deshace, ni Constitución, ni tablas de derechos y libertades, ni leyes... El censor dixit. No creo que deba quedar oculto e impune lo que está haciendo? (disculpe el articulista, pero como puede ver hay gente que enturbia los sueños de los demás, segando fiera y miserablemente su libertad de expresión)
Publicado por: Democracia sin más | 16/01/2012 10:27:19
Qué nostalgia, Alethos, de Virgilio. Cuando era joven me pasaba las tardes leyéndolo en original que es como se saborea.
Totalmemnte de acuerdo con esa visión clásica de la fama.
Lo que me atrae de Gisele es que con tanta fama- que nunca rnvidié- sea capaz de defenderse de las insidias de los demonios que suelen acechar y devorar esa diosa demasiado vestida.
To: [email protected]
Publicado por: Juan Arias | 15/01/2012 22:12:51
"Fama, malum quo non aliud velocius ullum."
"Tam ficti pravique tenax quam nuntia veri"
Virgilio nos advierte por medio de Odisseo de este monstruo alado, de mil ojos y mil bocas.
La fama no es mala, solo no es el camino de Aletheia que va desnuda y es la mas divina de las diosas.
Publicado por: Alethos | 15/01/2012 19:41:35
No voy a entrar en el artículo en sí, sino en la pobre traducción que se ha hecho de las declaraciones de la modelo. Quiero pensar que esto lo ha hecho un traductor profesional pero me cuesta creerlo.
Publicado por: Javier Gómez | 15/01/2012 16:09:44
Desde su soñado Rio, un feliz domingo, José Manuel, y gracias por su precioso y poético comentario. Eso de la gloria ofrece materia para un tratado de Sociología y Psicología. En mi blo la gloria era una metáfora de cómo podemos conseguir nuestros sueños mejores sin degradarnos.
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Publicado por: Juan Arias | 15/01/2012 14:23:02
Precioso. Preciosa la imagen y el comentario, precioso y reflexivo.Por eso de reflex, me permito comentarle que la gloria pura, tendrá poco que ver creo yo, con la gloria infernal en la que no se ha caido. Que hay comparaciones inmerecidas como esta, que vienen a decir que la gloria que se toca es tal ( o parece) por contraste de la no gloria. No se está sano por no caer en enfermedad alguna. Lo sano es sano de por sí aunque se padezca alguna fiebre. La cuestión no es que debemos volar porque soñamos, sino que volamos porque soñamos volar, como no se está sano porque debemos estar sano (sin ninguna enfermedad) sino porque soñamos estar sanos. Lo deduzco del "puño precioso" (el Bündchen) que me ha permitido contemplar su señoría hoy con el azucar de mi soñado Rio do Janeiro. ¨Danke.
Publicado por: josemanuel | 15/01/2012 14:15:51