Me imagino que los políticos brasileños, estarán tomando nota de la tragedia del tren argentino que podría repetirse un día aquí no sólo en los trenes, que apenas existen, pero sí en las carreteras que, desgraciadamente substituyeron a los trenes. El balance asustador de las víctimas mortales del trafico en Brasil es de 42.000 anuales, de las cuales, 24.000 en carreteras.
Estoy de acuerdo con el genial escritor argentino Martin Caparrós, que lo ocurrido en Buenos Aires más que un accidente es una “metáfora sangrienta, burla siniestra, grito que nos grita”. Es eso.
Y duele más por lo que nos recuerda Jorge Marirrodriga, que fue corresponsal de este diario en Buenos Aires,es decir que Argentina ya tuvo un día “la mejor red ferroviaria de Sudamérica y la más extensa del mundo”.
Buscando, como siempre, un chivo expiatorio, hoy se tiende a culpar a las siempre perversas privatizaciones. Es posible que lo hayan sido en este caso, pero esas mismas privatizaciones han creado magníficos trenes en otros lugares. ¿No será más bien la incuria política, la corrupción política, la politización de las obras públicas o privadas, los culpables de esas y otras tragedias?
He titulado este post “!Atento Brasil”, aunque este país se encuentre en una situación opuesta a la de Argentina. Prácticamente, Brasil no tiene red ferroviaria y la que tiene da pena. De los 29.000 kilómetros teóricos de tren, 10.000 fueron creados por el emperador Pedro segundo. La red ferroviaria brasileña es del 1950 y como dicen los expertos “tiene la cara del siglo XIX”.
Los trenes de cercanías por ejemplo que llevan a miles de trabajadores cada día a Rio de Janeiro son continuamente objeto de accidentes, de descuidos, de una red envejecida y de escenas de esos miles de trabajadores gritando en vano, su protesta ante los fallos estructurales.
Manifestaciones en los trenes de cercanías de Rio
Ahora Brasil quiere construir el primer tren de alta velocidad para unir Rio con São Paulo. Son años de discusiones. Se critica que el Estado va a ayudar a las empresas más de lo que debería con garantías que un día podrían recaer sobre el tesoro nacional.
Ya que Brasil está empezando a querer reconstruir su red ferroviaria, que aprenda de la tragedia argentina y de lo que se oculta bajo ella, ese “grito que no grita” de Caparrós. En verdad, Brasil tiene ya el drama de sus carreteras nacionales apellidadas de “carreteras de la muerte” con el triste y trágico balance del que ya hemos hecho mención. No son accidentes que recorren la información mundial como el del tren de Buenos Aires, pero que son algo real, que está ahí. Son un río de muertos al día.
Todo lo que se está escribiendo sobre el desastre argentino y la incuria de sus ferrocarriles durante años, sobre las concesiones a privados “sin control” y de las excesivas ayudas de los bancos públicos a las empresas privadas, dejadas a sus anchas, podría mañana aplicarse a este país, si es que ya no lo está sufriendo.
Es el tema de los trenes, de las carreteras y de la construcción de las grandes hidroeléctricas. Sin ir más allá, la Presidenta Dilma no pudo ir a inaugurar días atrás, una parte de las obras de la transposición del Rio San Francisco, porque fue avisada que varias obras estaban paradas, medio abandonadas y exigió, irritada, explicaciones, a todos los responsables de vigilar las obras desde el Ejército a los órganos estatales.
Una vez más, no se trata tanto de privatizaciones sí o no, de concesiones sí o no, de colocar o no demasiado dinero público o no en obras de capital mixto y menos aún de nacionalizar lo ya privatizado. Y menos en Brasil, donde las privatizaciones llevadas a cabo por el expresidente Cardoso, fueron claramente un acierto, desde la telefonía a la minería. Se trata de gerencia política, de vigilancia contra la corrupción, de excelencia en los proyectos y de continua vigilancia después de lo ya llevado a cabo. Y de no usar a los ciudadanos como víctimas siempre de las deficiencias de las infraestructuras y de las intrigas políticas.
Carreteras de Brasil- 24.000 muertos al año
Argentina docet
Hay 8 Comentarios
Existen, Farah, muchos Brasiles como en esas muñecas rusas. Existen poderes a la luz y en la sombra. Existe una gran incultura política sobretodo en el interior y e injusticias palmarias. Y existen políticos preparados que a veces tienen que luchar contra molinos de viento, como es el caso del quijote Cristovam Buarque, de los pocos que que me consta que nunca se enriquecieron y cree casi con fe religiosa en que Brasil no será un país adulto hasta que la educación no sea el centro de todo. A los anbalfabetos es más fácil de manipularles.
Un abrazo
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Publicado por: Juan Arias | 24/02/2012 14:48:56
Todo lo que usted dice, Fernando, es muy cierto, pero a la vez lo es también que algo no ha funcionado en la supervisión de algunas privatizaciones o concesiones sean a nivel federal o estadual. Es el caso de Argentina. Brasil va a seguir privatizando o concediendo a empresas privadas aunque apoyadas por el gobierno.Es de hoy la noticia que van a ser privatizados 10.000 kilómetros de carreteras. Como dice muy bien el Sr. Arsenio, no se trata de discutir si la gestion pública es mejor o peor que la privada. Lo importante es que las obras sean bien hechas, duren y funcionen. hay casos de todo en lo público y en lo privado: de buena y de mala gestión.En Argentina, en Brasil y en todo el mundo.
Un abrazo
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Publicado por: Juan Arias | 24/02/2012 14:13:35
Tiene razón, Miguel, que lo que necesita Urgente Brasil es una gran reforma política. Es certísimo que los votantes al mes ni se acuerdan del nombre del diputado o senador que votaron, ni les piden cuentas. No existe además fidelidad partidaria, porque no existen- muy pocos- partidos con ideología con los que nos podamos identificar. Hay quien vota por un candidato a un partido y al mes se lo encuentra en otro por puro interés personal.
Todo eso un día deberá acabar si Brasil quiere llegar a ser lo que puede y merecer ser.
Un abrazo
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Publicado por: Juan Arias | 24/02/2012 14:06:59
Gracias, Arsenio, por su magnífico comentario que no sólo completa mi post sino que lo enriquece. Hoy estamos de acuerdo al 100%. Ese control tanto de lo público como de los privado es fundamental para la defensa de los derechos de los ciudadanos que suelen siempre a la postre pagar el pato de corrupciones e intereses bastardos.
Lo de que se abandonó el tren para favorecer la venta de coches es totalmente cierto. Lo fue un día en Italia aunque despues intentaron suplirlo con nuevas inversiones en los ferrocarriles. Y aún hoy, dentro de Europa, Italia se ha quedado atrasada. El coche y las carreteras siguen siendo los reyes y reinas del transporte y por ejemplo regiones de enorme turismo como Toscana y Umbria están aún interiormente pocoy mal conectados por tren.
Un gran ab razo
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Publicado por: Juan Arias | 24/02/2012 14:02:53
Bueno va ser dificil encontrar un iberico q hable mal de las privatizaciones de Brasil dado q las empresas ibericas fueron bastante beneficiadas... Dar para los privados mineria q tiene pocos compradores en el mundo y q nada hace alla de agujeros y q tiene China como casi comprador exclusivo y aun la venta hecha con prestamos del tesoro nacional BNDES; las mepresas de celualr tb todos con prestamos via BNDES, ora se puede discutir hasta el infinito se eso fue 'inteligente, ni hablar q varias empresas dejaron de ser del gobierno, en tesis de todos, para ser de fundos de previdencia de empresas publicas, o sea para pocos, el noliberalismo de Cardoso ha producido un socialismo para pocos elegidos con varias de sus privatizaciones. La transposición del Rio São Francisco tien problema spuntuales de obras publicas, constructoras q quieren cambios en los contractos o acciones en la justicia. Sobre los trenes de suburbio, Brasil como un todo nada tiene q ver ya q estan sob la jurisdicion de los estados, la de São Paulo es estatal y la pero, la del estado de Rio de Janeiro fue privatizada en 1998, tiempo mas q suficiente para q algo ya estuviera en un estado decente caso las privatizaciones siempre fuesen la mejor solucion, la estatal de SP por la hora hace mejor
Publicado por: Fernando | 24/02/2012 13:57:59
Comprendo el silencioso grito del señor Miguel que tiene toda la razón. Entrar en el juego de si es mejor la empresa privada que la pública nos llevaría a un casi interminable y prácticamente estéril match de intenciones. Siempre pongo un clarificador ejemplo sobre esta dicotomía: Lehman Brothers, entre otras grandísimas empresas privadas, ha llevado a la humanidad a rozar límites o fronteras de la suspensión de pago o casi quiebra. Poner a la actividad privada como emblema de gestión es desafortunado. Si, en cambio, es cierto que la administración y control de la empresa pública es fundamental, pero también es cierto que se encuentra lastrada por intereses políticos subterráneos de dificil vigilancia. Inequívocamente, acontece exactamente igual en la privada en la cual cuanto más lucro se obtenga mejor será para los accionistas. Y tal es así que no se tiene en cuenta si los servicios de la empresa están o no convenientemente revisados y de acuerdo con las mínimas prevenciones y previsiones exigibles. Nos guste o no esa es la verdad. Tengo entendido que el servicio de trenes en Brasil acabó en época de la dictadura de los militares porque les interesaba la expansión de empresas de transportes por carretera. Igualmente, he oído que ya se iniciaron -hace algún tiempo- las obras para colocar toda la estructura necesaria para el restablecimiento de transporte por tren desde el norte hasta el puerto de Santos. Es cierto que las carreteras de Brasil dejan mucho que desear, pero tal abandono, es conveniente no olvidarlo jamás, tuvo su razón de ser y existir porque las autoridades militares que suprimieron el transporte por tren no previeron los altísimos costes que conllevaría el transporte por carretera en un país tan grande como Brasil. Por último, en cuanto a la instalación del tren de alta velocidad es algo tan necesario y urgente que sobran comentarios. Es hora de que a los políticos faltos de escrúpulos y honradez igual que a los empresarios que aquéllos protegen sean sometidos al control y condena -si procede- por los tribunales de justicia, pero eso será cuestión de examen y análisis en otros debates.
Publicado por: Arsenio Lumpón | 24/02/2012 13:06:02
Prezado Sr Juan arias:
Nós, os brasileiros, não cobramos de nossos políticos o voto de confiança e o poder que colocamos na mão de cada um deles:pergunte a maioria dos eleitores se ele se recorda em que votou!O povo só é reconhecido antes das eleições: são as passeatas nas favelas, os cafezinhos nos bares populares, os abraços, as manifestações de carinho e apreço, etc., etc..Após as eleições, quem é porventura admitido nos gabinetes dos eleitos?Admiro a cobrança e o engajamento polĺtico dos povos europeus, mas aqui no Brasil, quem pode e a quem se pode fazer cobrança das promessas de campanha?Ninguém tem condições de provar que votou no candidato A ou B, para exigir dele, os compromissos assumidos com o eleitorado.É isso, não sei como, que precisa mudar!
Abraços!
Miguel
Publicado por: Miguel | 24/02/2012 11:53:49
El gobierno en la sombra, los verdaderos gobernantes son alcaldes analfabetos que luchan hace 70 años por la alcaldía con cientos de asesinatos entre dos familias en Pernambuco. El Estado Bahia, el más grande de Brasil en extensión territorial construye un embalse mientras las poblaciones del interior del estado no tienen ni agua ni luz. El sistema ferroviario de Brasil desapareció porque a alguien le convenía que todo se transportase por carretera ¿no cree?¿Un Brasil o muchos Brasiles?
Publicado por: Farah y los clones | 24/02/2012 11:23:58