Juan Arias

Sobre el autor

es periodista y escritor traducido en diez idiomas. Fue corresponsal de EL PAIS 18 años en Italia y en el Vaticano, director de BABELIA y Ombudsman del diario. Recibió en Italia el premio a la Cultura del Gobierno. En España fue condecorado con la Cruz al Mérito Civil por el rey Juan Carlos por el conjunto de su obra. Desde hace 12 años informa desde Brasil para este diario donde colabora tambien en la sección de Opinión.

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El papa Francisco postrado en tierra
La Iglesia ha sido más rápida que el mundo político. Ambos estaban hasta ayer en profunda crisis de identidad. La Iglesia hundida en sus escándalos vaticanos y convertida en un “fósil”, en expresión dura del teólogo brasileño Leonardo Boff, con sus iglesias vendidas para convertirlas en salas de fiestas nocturnas y los confesionarios en muebles bar.

Y el mundo político se encuentra perdido en una profunda crisis, no sólo económica sino también de valores, huérfano de liderazgo, en plena revuelta civilizatoria sin saber por donde tirar.

Ambas instituciones, la religiosa y la laica, se arrastran sin horizontes para sus jóvenes generaciones, dando palos de ciego. En ese panorama, la Iglesia, con sus dos mil años de historia, sus santos y demonios, sus inquisiciones y sus mártires de la caridad, ha conseguido encontrar un líder mundial cuando empezaba a resbalar por el barranco de la desesperanza.

Y lo ha hecho a través de un puñado de cardenales, la mayoría ancianos y conservadores, reunidos durante dos semanas en Roma, sin grandes alharacas y revestidos de misterios y secreto, pero que se dieron cuenta que el eje del mundo ha cambiado, ya no es Europa, sino que se ha trasladado a los países emergentes.

La Iglesia acabó viéndolo y se fue a buscar el nuevo líder a las Américas. "Me buscaron muy lejos", subrayó significativamente el papa Francisco al aparecer en el balcón la tarde de su elección.

Gandhi (2)
El papa Francisco, que sigue llamándose sacerdote y obispo, no papa, se ha convertido, en menos de un mes al mando de la nave Iglesia, en el personaje más en vistas del planeta, como un día lo fueron un Gandhi o un Luther King.

Con un puñado de gestos simbólicos, ha dado rienda suelta a una auténtica revolución religiosa y política que empieza a resonar más allá de la misma Iglesia.

¿Y el mundo político qué está esperando?

Una vez Stalin preguntó cuantos ejércitos tenía el papa de Roma.
Hablaba de armas, pero la Iglesia es un ejército con otras armas en sus manos, que empezaban a oxidársele

Es una institución, a pesar del peso de errores que arrastra, de las mejor organizadas del mundo, que cuenta con la friolera de mil doscientos millones de fieles, un ejército de más de un millón de sacerdotes y religiosos, con 114.736 instituciones asistenciales en el mundo; 5.246 hospitales; 74.000 dispensarios y leproserías; 15,208 residencias de ancianos incurables; 1.046 universidades; 205.000 colegios; 70.000 asilos nido con 7 millones de alumnos; 687.282 centros sociales y 131 centros de personas con sida en 41 países.

Una vez el líder comunista italiano Enrico Berlinguer, que no era creyente pero acompañaba los domingos a misa, a su mujer e hijos que si lo eran, a los que esperaba en la puerta de la Iglesia, solía decir: “Si nosotros los comunistas tuviésemos a un millón de mujeres y hombres, como las monjas y religiosos católicos, con voto de obediencia y dispuestos a cualquier sacrificio, haríamos una verdadera revolución social”.

Luther King (2)
Y es esa revolución social la que el nuevo papa Francisco ha empezado a llevar a cabo en la Iglesia y que el mundo político parece incapaz de hacerla, sumergido en sus recetas de sacrificios y recortes a los más débiles, mientras se multiplica como una cizaña maligna, la corrupción de políticos y banqueros.

Si al mundo de hoy le falta un gran líder, capaz de devolver esperanza y abrir nuevos horizontes a una sociedad desencantada y en ruinas, la Iglesia parece haberlo encontrado.

Y no un líder místico, encerrado en sus rezos, con una visión arcaica y autoritaria de la fe, sino alguien que ha pedido a los soldados de ese ejército hoy bajo su mando, que dejen de ser “coleccionadores de antigüedades” y cultivadores de “teologías narcisistas” y se vayan a manchar sus pies con el barro “de las periferias del mundo”, donde se encuentran los más explotados por el poder.

Un jesuita que posee “racionalidad y fe”, como afirman quienes le conocen de cerca, que además de teología ha estudiado psicología y literatura, y que al mismo tiempo ha escogido como símbolo papal un corazón franciscano”, puede llegar a ser más que un mero líder espiritual de una Iglesia.

Sus antecedentes como arzobispo y cardenal de Buenos Aires y sus primeros gestos de desapego a las apariencias y símbolos del poder vaticano para poner su énfasis en una Iglesia que debe ser “pobre y para los pobres”, lo están ya convirtiendo también en una referencia política y social del mundo.

Mandela (1)

Es justamente el mundo el que está entendiendo - de ahí la perplejidad y hasta miedo de ciertos políticos - que el papa Francisco, no es sólo un religioso que se contentará con lavar los píes a los pobres y visitar favelas.

Los poderosos han empezado a entender que apostar por los desheredados de la Tierra, por la escoria del mundo, por los desahuciados, no sólo para consolarlos, sino también para elevarles social y culturalmente, para despertar en ellos la fuerza de su dignidad como personas, sus derechos y su espíritu crítico, equivale a una nueva revolución mundial. Y que su mentor puede acabar siendo más que un mero líder espiritual.

El papa Francisco le dice al rabino judío argentino Skorka, en su libro Entre el cielo y la tierra que a él “le gusta la política”, concebida como "la fuerza responsable del bienestar de la gente".

Le cuenta que cuando se encuentra con agnósticos y ateos “no les habla de Dios”, sino que les pregunta si están dispuestos a empeñarse en la lucha contra las injusticias perpetradas contra los más desamparados del sistema, ya que eso le basta. “Sólo les hablo de Dios si ellos me hablan”, comenta.

A una madre que desesperada, se le quejaba, en Buenos Aires, de que su hijo joven había abandonado la fe, el entonces cardenal Bergoglio, le preguntó: “?Sigue su hijo siendo una buena persona que se interesa por los demás?” La mujer le dijo que sí. “Entonces quédese tranquila. Su hijo sigue creyendo en lo que debe creer”, la consoló.

Un líder así, puede crear esperanza en unos y temores en otros, ya que  está pidiendo a una Iglesia anquilosada y en buena parte aburguesada, que salga de la retaguardia para ir a combatir a la primera línea del frente, puede acabar convirtiéndose en una referencia mundial de lo que el teólogo Boff llama “un liderazgo no autoritario, de valores universales en el que lo importante no es ya la institución Iglesia sino la humanidad y la civilización que hoy pueden ser destruidas”.

Luther King (1)
Como un día surgieron líderes capaces de sacudir al mundo como Gandhi, Luther King o Mandela, entre otros, es posible que a esa lista de líderes contra la violencia y contra las discriminaciones de los diferentes, haya que añadir pronto al papa Francisco.

Eso si le dejan actuar en paz, sin blindarle en los palacios vaticanos, que por ahora ha descartado, impidiéndole de acercarse y de escuchar demasiado a la gente.

En Brasil, para el viaje a Río del papa, el próximo julio, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, las autoridades le han preparado un blindaje de 750 policías civiles y militares para proteger su vida, y que le acompañarán día y noche.

No será fácil, sin embargo, blindar del todo a un papa que ha pedido a los sacerdotes del mundo entero que no tengan miedo de "perder la propia vida”, si su empeño social y religioso se lo exigiera.

Jesús fue crucificado con poco más de 30 años. Los primeros cristianos, apóstoles, obispos y papas acabaron todos mártires de su fe y de su desobediencia al poder que les pedía que se arrodillase ante él.

El viernes santo pasado, el papa Francisco se echó en la Iglesia de bruces al suelo en adoración no a los poderes del mundo. Lo hizo en señal de fidelidad a aquel Jesús que predicaba que “quién defiende la propia vida la perderá” y que los "que se humillan serán ensalzados".

Los cobardes, al final, son ya vivos muertos, como decía Gandhi.

Gandhi (1)

'Efecto Francisco' en Brasil

Por: | 28 de marzo de 2013

El “efecto Francisco” lo habían anunciado los publicitarios brasileños: la fuerte inclinación del papa Francisco hacia los pobres, su vida sencilla, y sus denuncias contra las injusticias sociales, acabarán, según ellos, teniendo un efecto de contagio entre sacerdotes, obispos y cardenales. En Brasil eso acaba de suceder en la catedral de Petrópolis, la preciosa ciudad serrana de Rio de Janeiro, meta de turismo internacional.

Petropolis ( tragedia-2)
El obispo Gregório Paixão celebró días atrás una misa por las 33 víctimas mortales producidas por las lluvias torrenciales que ya años atrás se habían cobrado centenares de ellas, todas de familias pobres que, al carecer de habitación, se fueron año tras año apiñando en las laderas de la ciudad, tierra movediza que acabó engullendo a las barracas y causando muerte y destrucción. Allí el obispo pronunció un discurso duro contra las responsabilidades de los gobernantes, presentes en abundancia en el acto religioso.

Para entenderlo hay que recordar que, tras la tragedia anterior a la de este año, en 2011, en la que murieron cientos de personas, las autoridades federales de Brasilia y las estaduales de Rio, habían destinado millones para ayudar a las víctimas, construirles casas dignas fuera de aquellos “morros” siempre peligrosos, y cuidar de los desabrigados. Al lugar se había trasladado ya en 2011 la presidenta Dilma Rousseff junto con el gobernador de Rio, Sérgio Cabral, cargados de promesas y buenas intenciones. Lloraron juntos los muertos y consolaron a los heridos y sin casa.

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La prueba del fuego del papa Francisco

Por: | 27 de marzo de 2013

Al papa Bergoglio le espera la prueba del fuego en sus viajes internacionales. Hasta ahora está llevando a cabo, en menos de dos semanas de pontificado, una verdadera revolución en la forma de comportarse, más como obispo que como papa.

El último aldabonazo lo acaba de dar al renunciar, al menos por ahora, a los famosos aposentos pontificios del Vaticano quebrando una tradición de 110 años. Desde Pio X en 1903, todos los papas han vivido allí. Al parecer, no quiere encerrarse en lo que en este blog llamamos ya de “cárcel de oro del Vaticano”.

Sin embargo, la verdadera prueba de fuego para el papa Francisco, van a ser sus viajes internacionales, que excepto los primeros de Pablo VI, por la novedad, y los del papa Wojtyla a Polonia en pleno comunismo, habían perdido su fuerza y de poco o nada servían para fortalecer a la Iglesia o promover su renovación.

Papa Benedicto XVI en España
El esquema de los viajes estaba anquilosado desde hace mucho tiempo
. El papa nada más llegar al aeropuerto quedaba cooptado por las autoridades políticas que se adueñaban de él y los fieles tenían que contentarse con correr detrás del papa móvil para verlo de refilón.

La gente lo que quería era quitarse la curiosidad de ver al papa de Roma. Sus discursos en las misas eran poco escuchados. Más aún, una vez que la multitud lo había visto, cuando empezaba a hablar iba desfilando del acto para volverse a casa o aprovechaban el sermón para comerse un bocadillo.

Generalmente, los discursos estaban escritos ya meses atrás por asesores del papa. Los periodistas que acompañábamos al papa en su avión los llamábamos “discursos de nevera”. Generalmente, seguían un esquema desde los primeros viajes: discurso al clero, a los gobernantes, a los intelectuales, a los jóvenes, a las masas en las misas etc.

Tan iguales eran que un periodista japonés era siempre el primero en dar para su agencia algún trozo de los discursos antes que nadie. Tenía un truco: se llevaba en la bolsa los discursos de los viajes anteriores y los copiaba sin miedo a ser desmentido, porque eran prácticamente siempre iguales.

La paranoia de los problemas de seguridad, sobretodo después del atentado al papa Juan Pablo II en la plaza de San Pedro, fue creciendo y el papa acababa visitando los países blindado las 24 horas del día. Hasta a los periodistas del vuelo papal nos pusieron una vez en Lima un soldado armado en la puerta de nuestras habitaciones del hotel durante toda la noche.

Papa_joao_paulo_ii_e_o_amigo_pinochetLa demostración de que los viajes papales sirvieron de poco, incluso para revitalizar al catolicismo es que a pesar de ellos la Iglesia siguió perdiendo fieles en casi todo el mundo, empezando por aquí en Brasil donde ha existido una hemorragia de fieles católicos hacia las iglesias evangélicas.

No conozco un sólo discurso, de los más de cien viajes internacionales de los papas, que tuvieran un impacto mundial, simplemente porque estaba escritos por gente de la Curia Romana sin ninguna fuerza innovadora.

De ahí que los viajes del nuevo papa Francisco alrededor del mundo, constituyan un verdadero test. Se podrá ver en ellos si estamos o no ante un pontificado diferente, innovador, con gestos simbólicos que aproximen al papa a la gente más que a los políticos de los países visitados.

Francisco de Asís, que murió con poco más de 40 años, recorrió en el siglo XIII varios países con un mensaje que se limitaba a repetir las enseñanzas del Evangelio, desde las más exigentes en materia de pobreza a las más duras en sus críticas al aparato de entonces de la Iglesia y del Vaticano, enzarzado como hoy en escándalos de todo tipo.

Ahora, el papa que ha querido tomar el nombre simbólico del Poverello de Asís ¿continuará también en sus viajes realizando gestos simbólicos de cambios capaces de sorprender y de ganarse la confianza de los creyentes o seguirá todo igual?

Juan Pablo II y ChávezEsos creyentes abogan desde hace siglos por una Iglesia más cercana al profeta de Galilea que a la imagen de los emperadores romanos que forjaron la imagen de poder del obispo de Roma, convertiéndolo en Pontifice con poder sobre toda la Iglesia y blindado por el dogma de la infalibilidad.

¿Acabará también el papa Francisco con su prerrogativa mundana de ser jefe de Estado para ser sólo un líder espiritual, confortador de la fe de sus hermanos, sin tener que ser recibido en los países que visita con las salvas de cañon destinadas a los jefes de Estado y que desentonan en aquellos lugares con el mensaje evangélico que debería llevar el papa a creyentes y no creyentes como peregrino de la fe?

Pronto lo sabremos.

Papa Francisco entre la genteHoy miércoles, en Roma

La venganza del mar

Por: | 25 de marzo de 2013

El mar se venga de nosotros de dos formas: destruyéndonos con su fuerza y vomitándonos la basura que le arrojamos.

Voy a contarles, al respecto, una historia emblemática. Paseaba días atrás muy temprano por la playa donde vivo en Saquarema, cerca de Rio. Es una playa de cien kilómetros sin interrupción, de arena impoluta. El agua del Atlántico es aquí transparente, porque no hay puerto, ni pasan yates. Sólo algún barquito de pescadores locales o algún petrolero pero tan lejos de la playa que se adivina sólo como una sombra en el lejano horizonte.

Cuando el mar lambe la arena se queda tan limpia que se podría comer en ella. Y sin embargo, de vez en cuando, en días de resaca, el mar arrastra a la playa, vomitadas por las aguas, toneladas de basura, residuos de todo lo que las personas arrojan a aquellas aguas de cristal.

Esta mañana, al salir a pasear, me encontré de bruces con uno de esos espectáculos desagradables. Parecía que alguien había profanado aquella belleza natural. El mar había vomitado, devolviendo a sus amos toda la basura que le habían lanzado antes. Había todo tipo de objetos de plástico, botellas y latas de cervezas, viejas hawaianas, condones usados, tubos de pasta de dientes, pedazos de juguetes viejos descuartizados.
Una galería de miseria material.

En la playa no se abarcaba con la vista una persona. O mejor, había sólo un señor que será el protagonista simbólico de la historia. Era de media edad. Había llegado con su silla que colocó no en la franja de arena limpia bañada en ese momento por un mar ya sin resaca. La había colocado justo en el centro de uno de los montones de basura traídos por el mar.

Busqué entre los deshechos algo que no fuera pura basura. No lo encontré. Sólo al volver a casa observé un pequeño objeto que me llamó la atención. Estaba aún lleno de arena mojada. Estaba hecho de semillas. Podría ser una pieza de algún collar indígena

Me hubiese gustado hacer el viaje hacia atrás hasta llegar a las manos que habían perdido aquel objeto o que lo habían lanzado a las aguas como una ofrenda a Iemanjá, la diosa del mar. Me lo llevé a casa como un talismán del mar.

La venganza del marMi talismán hallado en la playa

Allí, con los píes descalzos pisando aquellos deshechos del mar aún mojados, el señor anónimo estaba leyendo el periódico. En su primera página un gran titular de uno de los tantos escándalos de corrupción política.

Si la basura material que el mar había vomitado aquella noche era un testigo y una acusación de nuestra falta de respeto por la naturaleza, aquel hombre, sentado sobre aquella basura, estaba también inmerso en otra basura, esta vez moral, la que cada día los políticos nos vomitan con sus suciedades de ilegalidad, de malversaciones de dinero público, de aprovechamiento personal.

Playa de Saquarema con resaca
En un primer momento quedé impresionado viendo a aquel señor leyendo el periódico, sentado sobre el basurero marino, cuando a dos metros tenía una franja de arena limpia.

Seguí mi paseo y pensándolo mejor, aquella escena irreal era en verdad emblemática de la basura moral, llegada de los responsables de la vida pública que debería velar por la limpieza ética de la vida política.

Casi entendí por qué aquel hombre que estaba sumergido en la basura moral que le vomitaba el periódico con su cruda realidad de escándalos políticos, ni se había dado cuenta que había colocado su silla encima de un basurero fruto de nuestra corrupción ambiental.

Y ese es nuestro peligro, que nos acostumbremos cada día a recibir ese vómito de escándalos políticos que ya ni nos inmuta. Podemos hasta dormir abrazados a ellos, como algo natural con los que hay que convivir, sin fuerzas ni voluntad de reaccionar

Playa de SaquaremaLa misma playa metros antes de la basura

Aquel señor podía haber dado dos pasos más y aún habría hallado una franja de limpieza, de arena aún sin pisar. Quizás acostumbrado a que en el basurero político no existen rincones limpios, pues todo ha sido contaminado, no se imaginaba en aquel momento que allí, en el mar había un lugar aún sin basura, donde sus píes hubieran podido pisar no pedazos de plásticos y vidrio quebrados, sino una cinta inmaculada de limpieza.

Son hoy justamente, los dos grandes escándalos que ensucian a nuestra civilización: la corrupción política y financiera, perpetrada cada día por los que nos gobiernan y la corrupción ambiental ejercida por todos nosotros que no sabemos respetar la belleza de nuestro Planeta, aquella belleza del primer día de la creación ensuciada cada día con nuestra desidia, nuestra falta de conciencia ecológica y nuestro desprecio por el Planeta.

¿Donde encontrar un refugio de esperanza?

Yo lo procuro en la poesía, en la esencia de las cosas, en la alegría de mis nietos aún sin contaminar, en los ronroneos dulces de mis gatas, en mi mujer y mejor compañera de vida, en mi trabajo, en este blog y sus amigos, y en el arco iris que ayer cruzó por encima de mi casa y de la basura de la playa como un presagio de tiempos mejores.

¿Y ustedes, lectores, donde se refugian para no dejarse asfixiar por la corrupción que nos vomitan cada día los que deberían velar por nuestra felicidad?

Corrupción

El próximo Steve Jobs podría ser brasileño

Por: | 23 de marzo de 2013

Brasil tiene la posibilidad de ofrecer al mundo un nuevo Steve Jobs, capaz de llevar a cabo una nueva revolución virtual de la comunicación, según el mayor especialista en este campo, Salim Ismail, director fundador de la Singularity University, un centro de investigación con sede en el centro de la NASA en el valle de Silicio.

“El próximo Steve Jobs podría ser de Brasil. Estoy convencido que lo será”, afirmó Salim en una conferencia de prensa durante el Campus Party Brasil que fue celebrado en São Paulo.

Slim Ismail
Según el exdirector de Yahoo, su confianza en Brasil, como posible cuna de un nuevo Jobs se fundamenta en tres razones concretas:

“Ustedes son emprendedores y entusiastas por naturaleza”, dijo, al mismo tiempo que viven los grandes problemas globales, como pobreza, falta de agua y de abastecimiento de energía. Ahora bien, estar cerca de los grandes problemas facilita la creación de tecnologías para solucionarlos.

“Si ustedes consiguieran solucionar estos problemas en Brasil podrían llevar la solución para otras partes del mundo”, añadió.

Por último, según el director de Singularity, Brasil se ha organizado recientemente, al revés de los Estados Unidos y de otros países de Europa, por lo que tiene la oportunidad de superar a otras naciones del mundo.

Ismail está convencido de que el nuevo Jobs saldrá de uno de los países en desarrollo y apunta concretamente a Brasil. Ha recordado que entre los 80 alumnos que cada año selecciona entre miles, en todo el mundo, la Singularity University, ha tenido más brasileños desde su apertura en 2009 que de cualquier otra parte del mundo. “Eso sólo puede significar que ustes son muy locos” dijo bromeando Ismail, quién ya había puntualizado que Brasil es “el país con mayor fuente de mentes curiosas, persistentes y, lo más importante: locas”.

Es justo en la Universidad dirigida por el canadiense, donde los alumnos “aprenden a prever y pensar el futuro”. En esa Universidad todo cambia cada tres meses, ya que en ella, dice Ismael “no se enseña el pasado sino el futuro”.

Y aprovechó para criticar el atraso de la enseñanza y de la política en relación con lo que llamó el “metabolismo del mundo”. Se trata de un problema que afecta a los gobiernos, a las religiones y a las mismas empresas tradicionales, según él.

“No conseguimos acompañar el ritmo de la humanidad, de las tecnologías y de los problemas que tenemos que resolver y eso coloca a nuestro mundo en crisis”, afirmó.

Ismail coloca su esperanza “para salvar el mundo” en la generación Y, ya que según él, los jóvenes “son los únicos capaces de comprender ese metabolismo y movilización del Planeta”.

Son ellos, dice los que tienen que ofrecer ideas para que nuestra sociedad se adecue a ese ritmo.”Debemos ser persistentes, curiosos y un poco locos ya que nuestra tecnología no habría avanzado de no ser por esos genios a los que se les ocurre una idea nueva y dicen: “? Por qué no realizarla?”.
Así nacen, según él los Bill Gate, los Tim Cook o los Jobs, los profetas del futuro.

Y en Brasil, como a confirmar su esperanza en este país como innovador en las nuevas tecnologías, está sorprendiendo en este momento el joven de 15 años, Jean Prado, fundador y editor jefe de un site sobre tecnología, el Android Play.

Este joven prodigio, autodidacta, nació en São Paulo y hoy vive en Salvador de Bahía. Su site cuenta ya con anunciantes de peso como grandes empresas multinacionales. Y hasta se permite el lujo, dice, de rechazar publicidad de productos, “que no me gustan”, porque, según él “no quiere engañar a sus lectores”.

Ya hay quién apuesta que Jean podría ser el futuro Jobs brasileño preconizado por el fundador de la Singularity University.
Quién sabe.

Jean pradoJean Prado, fundador del site, Android Play

 

Dilma en el cielo

Por: | 20 de marzo de 2013

Dilma y el papa Francisco
La Presidenta Dilma debe estar en el cielo.
No sólo porque
el papa Francisco, recién estrenado, la recibió en su biblioteca particular durante media hora, sino porque en ese mismo momento el último sondeo nacional sobre su gobierno la colocó en las estrellas.

¿Le dio suerte el hecho de haber querido ir a Roma, al revés de otros presidentes que prefirieron quedarse en casa, con una delegación que ocupó 54 cuartos de un hotel de la capital italiana?

Dilma, que fue católica sólo en su primera infancia y que no es ninguna teóloga pues llegó a llamar a la Virgen de “diosa”, ha confesado que se emocionó mucho en la Misa de inauguración del pontificado del papa Francisco.

La víspera de encontrarse con el papa, Dilma llamó la atención por haberse atrevido a dar un consejo al papa: “No debe limitarse sólo a defender a los pobres, sino que deberá también respetar todas las diferencias”.

Quizás, en su coloquio privado con el papa Francisco llegara a concretar el significado de sus palabras. Se sabe que con el papa abordó el tema del hambre en el mundo y el problema que acucia a Brasil de los dependientes del crack.

De vuelta a Brasil, bendecida por el Papa, que es muy posible que visite a Brasil antes aún que a Argentina con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar el próximo julio en Rio de Janeiro, Dilma se ha encontrado con el regalo del aumento de su popularidad.

Es posible que de Brasil, el país con mayor número de católicos del mundo, el papa Francisco continúe viaje hacia su patria chica.

Una visita papal que si Dilma lo necesitara le iría de perillas al año exacto de la disputa de su reelección a la presidencia de la República.

Aún sin el papa, Dilma ha aumentado, desde el último sondeo todos los indices de aprobación tanto de su forma de gobernar como de su mismo gobierno.

Y eso a pesar de que el PIB de Brasil haya crecido este año menos de un uno por ciento, que la inflación esté más alta que nunca y la industria con dificultades.

La aprobación de Dilma, de su gobierno y de su forma de gobernar ha superado todos los records anteriores: el 79% aprueban su forma de gobernar; el 63% a su gobierno y en el nordeste pobre, su aprobación ha llegado a las estrellas con un 85%, cifra que ni el carismático Lula había nunca conseguido.

Lo cierto es que el papa Francisco, cuyo lema es la defensa de los más pobres no dejará de reconocer que Brasil ha hecho grandes esfuerzos para luchar contra la pobreza y la miseria de millones de ciudadanos.

En este sentido se entiende la perplejidad de Dilma cuando le preguntaron si no se había sentido frustrada al no haber conseguido Brasil la elección del papa.

“No entiendo esa pregunta. ?Es que el papa Francisco no es latinoamericano?” respondió a los periodistas.

 Un día Brasil tuvo uno de los episcopados más abiertos socialmente del continente, que durante la dictadura militar se opuso frontalmente a los militares.Y sus obispo y cardenales se distinguieron hace 50 años en el Concilio Vaticano II apoyando al ala más progresita de la Iglesia.

Después, los nombramientos de obispos de Juan Pblo II y Benedicto XVI, la conviertieron en una iglesia sin aquella chispa de apertura de antaño.

Ahora toca al papa Francisco renovar a ese episcopado y nombrar nuevos cardenales. Uno de ellos, de la vieja guardia avanzada de la Iglesia, el ya jubilado arzobispo de São Paulo, Claudio Hummes, ha sido, al parecer, el articulador de la candidatura del papa argentino y quien le inspiró su nombre  de Francisco, en recuerdo del Poverello de Asís, como ha revelado el papa a los periodistas. "No se olvide de los pobres", le había dicho abrazándolo nada más alcanzar el cardenal bergoglio, los votos suficientes para su elección.

En una entrevista al diario Folha de São Paulo, Hummes ha llegado a firmar que la Iglesia, así como es hoy "no funciona" y que no basta con cambiar a la Curia, sino que es toda la estructura la que debe ser modificada para "ser cfreible".

Por ello, el nuevo papa quiso, quebrando todos los protocolos, que Hummes estuviera a su lado la tarde que apareció por primera vez como papa en el balcón de la Basílica de San Pablo.

El papa Francisco y el cardenal HummesEl papa Fracisco aparece al lado del cardenal brasileño Hummes

Un joven universitario brasileño me preguntó el otro día si yo sabía por qué no se le exigía al clero regular el voto de pobreza, mientras se le exige el celibato so pena de no poder ser ordenado.

Surgió su pregunta a raíz del hecho que tenemos un papa que ha hecho voto de pobreza, ya que Francisco, no deja de ser jesuita y los religiosos de todas las órdenes y Congregaciones religiosas hacen voto de pobreza además de los de obediencia y castidad.

Hay quién sugiere que, esa actitud de pobreza y despegue de los bienes materiales que presenta el nuevo papa Francisco, se deben a que está obligado a ello al ser jesuita y haber hecho dicho voto.

Reflexioné más tarde sobre la pregunta inesperada del universitario y la uní a la frase pronunciada por el papa ante los miles de periodistas que siguieron en Roma la elección papal: “!Cómo me gustaría una iglesia pobre y de los pobres!” les dijo. Una frase que entraña una revolución.

Hasta ahora la Iglesia ha sostenido que ella se interesa de los más pobres, como es justo, ya que ello pertenece al mensaje original de aquel profeta que está en el primer eslabón del cristianismo y que “no tenía donde reclinar la cabeza”. Les decía a los suyos que si querían ver a gentes “vestidas de seda” que fueran a verlas en los palacios del poder.

El papa Francisco, que ha acabado con todas las especulaciones de que se puso el nombre de Francisco por el poverello de Asís y no por San Francisco Xavier, ha dado un paso más. Ha hecho una revolución con un sólo adjetivo, como también ha escrito su primera gran Encíclica con una sola palabra: con su nombre Francisco, como ha afirmado agudamente su amigo el cardenal brasileño Claudio Hummes.

El papa no ha dicho, como se decía hasta ahora que le gustaría que “La Iglesia se interesara de los pobres”. A la Iglesia le colocó un adjetivo que es todo un programa explosivo. Le gustaría, les dijo a los periodistas, una Iglesia que no sólo se interese de los pobres sino que ella misma fuera “pobre”.

Lo presentó como un deseo de su corazón. No dijo, ahora, conmigo, la Iglesia va a ser “pobre”. Sabía que estaba expresando una utopía: “!Cómo me gustaría!”. Es que lo ve muy difícil. He sabido que obispos, cardenales y hasta jesuitas hermanos suyos, criticaban ya al cardenal Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, sus “excesivas exhibiciones” de pobreza.

Es muy posible que el papa Francisco tenga que seguir viviendo con ese deseo utópico en su corazón, por más que él continuará seguramente demostrando personalmente que la Iglesia debería ser pobre además de servidora de los pobres.

Y aquí enlaza la pregunta del universitario de por qué la Iglesia no exige a curas y obispos seculares, el voto de pobreza, como les exige el del celibato.

Quizás ese deseo utópico podría hacerse en parte realidad, si el papa Francisco acabara exigiendo para poder ejercer el sacerdocio el voto de pobreza al clero regular como se hace con el clero religioso.

A veces me pregunto por qué la Iglesia ve tan grave el que un sacerdote pueda tener una familia y ejercer igualmente su ministerio, mientras le parece normal, ya que no se lo exige como condición indispensable para el sacerdocio, el que pueda ser “rico” y en ocasiones vivir “como rico”.

“Es que él es rico de familia”, se decía una vez cuando un sacerdote, obispo o cardenal, se paseaba en un coche de lujo o podía frecuentar restaurantes caros y llevar macizos anillos de oro y piedras preciosas.

La Iglesia no se importa de que un sacerdote pueda ser rico y practicar como tal. No conozco un sólo caso en que la Iglesia haya prohibido a un sacerdote ejercer el sacerdocio por exhibir riqueza, mientras que lo excluye del ministerio si se busca una compañera de vida aunque ella sea empeñada en el trabajo de la Iglesia entre los pobres.

Un sacerdote puede ser un gandul, un glotón, un exhibicionista de riqueza que la Iglesia no le expulsará de su seno. Lo hará sólo si cae en la tentación de querer vivir su sexualidad en el matrimonio.

La Iglesia obliga al clero a ser célibe y ya estamos viviendo el drama de los miles de niños violados por el clero. Podría el papa hacer un malabarismo: liberar al clero secular de la obligatoriedad del celibato, una práctica que no existía en los primeros siglos del cristianismo donde sacerdotes, obispos y papas estaban casados y obligarles, eso sí, a “hacer voto de pobreza”.

¿Una locura?

A lo mejor esa locura  acaba ocurriéndosele al nuevo papa que ha llegado a Obispo de Roma con su voto de pobreza vivido “con los pobres”, ya que si de algo no ha sido nunca acusado el cardenal argentino que ha llegado a papa, es el de haberse desinteresado de los pobres y enfermos que fueron siempre sus preferidos y espero lo sigan siendo desde el trono de Pedro.

Trono que ya ha empezado a arrinconar y en el que no le gusta sentarse. Prefiere abrazar a la gente de pie, o “caminando” como les ha dicho a los cardenales, no sentado como un rey. Y vestido, fuera de las celebraciones litúrgicas, sólo de blanco, sin oropeles, purpuras y oros. Y sin zapatos rojos.

Cuando el papa Francisco fue acusado de apóstata

Por: | 18 de marzo de 2013

Lo cuenta el hoy papa Francisco, en su libro de conversaciones con el rabino argentino Skorka, Entre el cielo y la tierra, un documento imprescindible para entender lo que piensa el nuevo papa.

Fue invitado un día en Buenos Aires a asistir en el Luna Park a un encuentro de siete mil evangélicos. Le preguntaron si aceptaba que los fieles de la Iglesia evangélica rezaran por él. “Les dije que encantado”, escribe, y añade: “Cuando todos estaban rezando por mi, lo primero que me vino fue ponerme de rodillas”.

Al día siguiente una revista, cuenta Bergoglio, escribió “El arzobispo incurrió en apostasía”.

Su comentario fue: “Para ellos rezar junto a otros sería apostasía”.

Para el que acabaría siendo papa, “incluso con un agnóstico, desde su duda, debemos mirar hacia adelante. Cada cual reza según su tradición, ¿cuál es el problema?”

Dicen que el papa Francisco no renuncia a hacer política. Y es cierto, pero su forma de hacerla arranca de la denuncia de las injusticias sociales. Y eso es lo que asusta a los políticos, ya que se mueve en otro plano.

A este respecto cuenta otra anécdota. Fue a un acto a favor de las víctimas de trata de personas, que acabó convirtiéndose, dice él mismo, en una gran protesta. Cuenta que se juntaron a la manifestación gentes “que no compartían mi fe, pero que compartían el amor por el hermano”.

Bergoglio explica: “No me estaba metiendo en política, me estaba metiendo en la carne de mi hermano, que lo pusieron en la máquina picadora, en una fábrica de esclavos. Los esclavizaban en los talleres clandestinos, esclavizaban a los cartoneros explotados, a los chicos convertidos en mulitos de droga, a las chicas arrastradas a la prostitución”.

El rabino Skark le recuerda que la frase es de Isaías y que dice textualmente: “No te desentiendas de la carne de tu hermano”. El cardenal le dice que es cierto pero que a él le gusta traducirla como “no te avergüences de la carne de tu hermano”.

Cuenta en otro lugar que a veces los cristianos dan una limosna a una mendigo en la calle pero “no tocan su mano, le arrojan la moneda”, dando a entender que eso es “avergonzarse de la carne del hermano”.

Ante la duda de si el papa Francisco será un conservador o un progresista, es interesante leer su conversación con el rabino, sobre el “futuro de las religiones” en el mundo.

El cardenal Bergoglio le pregunta al rabino que cómo se imagina él la religión del futuro. Skark le responde: “Hablar del futuro de la religión es hablar del futuro del hombre, de la historia, de un proyecto político y social”.

¿Y el papa? “Si a lo largo de la historia las religiones han evolucionado tanto, por qué no vamos a pensar que en el futuro también se adecuarán a la cultura de su tiempo? El diálogo entre la religión y la cultura es clave”, afirma.

Para la teología tradicional esa respuesta del papa Francisco esta vez no sería apostasía, sino herejía. Para ella la religión es inmutable y no debe contaminarse con los vientos de la historia.

Si como cardenal, Bergoglio, defendía que la religión caminará y se mezclará con las culturas del futuro para adecuarse más al hombre de cada momento y de cada cultura, las sorpresas que puede dar ahora como papa no parece que serán pequeñas.

El cardenal Beergloglio lava los pies de enfermos de sida

“Esto va a pegar fuego, señor periodista”

Por: | 17 de marzo de 2013

Una mujer simple, en una favela pacificada de Rio, se acercó a un reportero y le dijo: “Esto va a pegar fuego, señor periodista”.

El reportero creyó que estaba hablando de la favela.
La mujer que vendía “salgadinhos” en la calle para los turistas extranjeros, le explicó:

- “Es que dicen que han elegido papa a uno que ama a los pobres de verdad”.

-“?Y eso no es bueno, señora?”

“Claro que es, pero ¿ es que piensa que si lo hace no lo van a matar?”.

El periodista trató de convencerla de que no.

- Mire, señor periodista, mi sobrino que ha ido a la escuela y sabe escribir y leer ya me ha explicado que han asesinado a muchos papas.

El reportero prefirió no insistir.

La mujer de la favela no sabía aún que el papa había dicho a los periodistas en Roma algo más: que le gustaría no sólo una Iglesia que se interese por los pobres sino que sueña con una Iglesia que ella misma sea “pobre”.

Juan Pablo II (6)
Ni sabía que al maestro de ceremonias
que, en el segundo día de su pontificado, le quiso colocar sobre la muceta púrpura con adornos de piel que han usado hasta ahora los papas en las solemnidades como símbolo de poder, le dijo sonriendo: “No, gracias. Puede usarla usted si desea. El carnaval aquí ya ha acabado”.

En el serio diario milanés, Corriere della Sera, Massimo Franco tradujo la frase del papa Francisco de que el carnaval ha acabado en el Vaticano, con estas palabras: “Acabó la hora del papa rey y de su corte”.

En el mismo día en que Francisco rechazó la lujosa y vistosa esclavina, al tomar posesión de las habitaciones papales que quedan lacradas a la muerte o renuncia de un papa, exclamó: “Aquí hay espacio para 300 personas. Yo no necesito todo esto”.

No es posible aún saber si ello va a significar que el papa argentino va a vivir fuera del Vaticano o en algún rincón de él menos grande y suntuoso, pero es revelador de que desea seguir viviendo como papa, su voto de pobreza como jesuita.

Juan Pablo I, que fue elegido apoyado por los votos de los entonces cardenales latinoamericanos, gracias a las promesas que había hecho de predicar una iglesia más pobre, pensó en irse a vivir a un barrio obrero de Roma.

Lo discutió con los cardenales de la Curia la noche anterior de su muerte, ocurrida a los 33 días de su pontificado. No tuvo tiempo de llevar a cabo su deseo.

Seguramente la mujer de la favela, que dijo al reportero que la cosa “estaba pegando fuego”, no sabía la historia de Juan Pablo I, pero con su sabiduría de mujer de la calle, viviendo en la violencia de una favela, intuyó que un papa al abrazar de verdad la causa de los pobres y de los últimos, es tan peligroso o más que si se enfrentara con los poderosos.

¿Hará el papa Francisco lo que no le dejaron hacer a Juan Pablo I ? No lo sabemos, pero está ya claro que va a ser un papa diferente en sus gestos y simbologías.

De él ha dicho un intelectual jesuita que, al revés de los políticos populistas que dicen colocarse al lado de los pobres y “hablan mucho para no decir nada”, el papa Francisco “dice mucho con pocas palabras”.

Con aquellas tres palabras en el cónclave “me llamaré Francisco”.refiriéndose al Poverello de Asís, santo de la pobreza, “escribió ya su primera encíclica”, comentó el cardenal brasileño Cláudio Hummes, uno de los articuladores de la candidatura Bergoglio.

Con la frase “!cómo me gustaría una iglesia pobre y de los pobres!”, resucitó en otra clave, se dice, la polémica Teología de la Liberación.

El rabinoSkorka y el cardenal BergoglioEl rabino Skorka y el cardenal Bergoglio

Como lo había hecho ya en su libro de conversaciones Sobre el cielo y la tierra con el rabino Abraham Skorka, donde afirma lapidariamente: “sacerdotes y obispos tienen que ensuciarse los pies de barro”.

Se le acusa al papa Francisco, de ser demasiado conservador en materia de sexualidad, pero en dicho libro escribe: “El religioso no tiene derecho a meterse en la vida privada de los otros. Si Dios, en la creación, corrió el riesgo de hacernos libres, ¿quién soy yo para entrometerme”?

Si el cardenal Bergoglio que pensaba así como arzobispo de Buenos Aires, siguiera haciéndolo como papa, es posible que la mujer sencilla de la favela, llevara razón al decir: “esto va a pegar fuego”.

En realidad, el incendio ya ha comenzado. ¿Conseguirán apagarlo los bomberos de la Curia?

El gran humorista Agamenon, ha escrito hoy en O globo, que el papa “o es papa o es progresista”. Y añade: “Nunca he visto a un papa progresista, como nunca he visto la cabeza de un bacalao”.

A lo mejor, por primera vez, va a aparecer en la Iglesia un bacalao con cabeza. ?O ya ha aparecido?

Papa Francesco entre la gente


 

Francisco, el papa de la “primera vez”

Por: | 14 de marzo de 2013

Papa FranciscoEl cardenal Bergoglio en la plaza de San Pedro

Nunca un papa católico acumuló sobre sí tantos “por primera vez”.

Es la primera vez que, en dos mil años, un papa escoge el simbólico nombre de Francisco.

Es la primera vez que un papa es latinoamericano.

La primera vez que un papa es jesuita.

La primera vez que llega a papa un cardenal que se cocinaba.

La primera vez que ese cardenal viajaba en metro o a pie.

La primera vez que un cardenal que va a un cónclave del que puede ser papa (casi lo fue cuando fue elegido Ratzinger) pide a sus fieles que en vez de ir a Roma usen lo que van a gastar para darlo a los necesitados.

El primer papa que al aparecer por primera vez en San Pedro, antes de dar la bendición a los fieles, les pide a ellos que que pidan por él a Dios y se les  inclina en silencio.

La primera vez que un papa se presenta en la plaza de San Pedro llamándose “obispo de Roma”, que es lo significa el papa, pero que se les había olvidado desde hace siglos.

El primer papa que apareció vestido solo de blanco sin púrpuras ni oros.

El primer papa con un solo pulmón.

El primer papa que cuando cardenal besó lo pies a enfermos de sida.

Hasta aquí lo que recuerdo de su “primera vez” hasta hoy.

¿Y a partir de mañana?

Tendremos que ver si va a ser también el papa de la primera vez de aquí en adelante.

Podría ser, por ejemplo, el papa que por primera vez se fuera a vivir fuera del Vaticano. Quiso hacerlo Juan Pablo I, pero murió o lo murieron a los 33 días de pontificado. No le dio tiempo.

Podría ser, como Juan XXIII, a quién se parece en algunas cosas, el papa que convocase un nuevo Concilio Vaticano II, convidando a participar a toda la cristiandad.

Podría ser el papa que cambiara la forma actual de elección del obispo de Roma para que pudieran participar en ella más voces.

Podría ser el primer papa que abriese a la mujer las puertas del sacerdocio.

O la primera vez que un papa rehabilitase a los teólogos condenados al silencio.

El primer papa que en vez de halagar, bendecir y dar la comunión a poderosos y dictadores, se colocara de verdad al lado de los más necesitados y olvidados y reservase sus flechas contra los verdugos y no contra las víctimas.

Francisco, fue el santo más parecido al profeta de Galilea. Su máxima era que bastaba como reglas de vida el Evangelio y nada más.

Fue el santo que gritó contra la riqueza de la Iglesia a finales del siglo XII y contra una Iglesia también entonces implicada en contiendas e intrigas entre cardenales.

Llamarse papa Francisco compromete al nuevo papa, en este momento que vive la jerarquía, más que todos los discursos que pueda hacer.

Un jesuita que se apellida a sí mismo Francisco, podría parecer una paradoja.

Quizás sea un símbolo de que algo puede empezar a cambiar en la anquilosada y aún medieval Iglesia del Vaticano.

Ah, y para mis lectores, amigos de los animales, Francisco de Asís, fue el santo de todos ellos a quienes llamaba de “hermanos”.

Papa Francisco (2)
El Papa Francisco en la plaza de San Pedro


El País

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