Cuando estalló la tormenta de protestas en Brasil, la presidenta Dilma
estaba en un momento de debilidad, atrapada entre una inflación que se
le escapaba de las manos, un crecimiento pifio del país, un dolar que se
había subido a las estrellas y fuertes dificultades para tratar con un
Congreso más bien hostil y una base de gobierno acostumbrada a girar la
veleta hacia donde sopla el poder.
De repente, la ola de protesta callejera que está abrazando al país se echó sobre su gobierno. Dilma se quedó muda durante casi 15 días viendo atónita como eran invadidos el Senado y el Ministerio de Asuntos Exteriores, tocando con manos la violencia en las calles y plazas con ardores jacobinos.
A la mandataria brasileña le afloró el coraje de su tiempo de militancia política contra la dictadura militar, recobró fuerzas, se consultó con dos expresidentes de la república como José Sarney y Fernando Henrique Cardoso, y tomó una decisión arriesgada, que podría tanto hundirla como rescatarla.
Tomó la iniciativa; se dirigió a la nación para tranquilizarla y asegurarla que el orden sería mantenido. Y recogió la bandera de protestas que ondeaba en calles y plazas.
Reconoció que las protestas tenían un fondo de verdad, que los brasileños habían crecido estos años en conciencia política y que era necesario escucharles.
Abrió las puertas del Palacio a todas las voces, reunió gobernadores y alcaldes, ministros y asesores y hasta llamó al Presidente del Supremo, Joaquim Barbosa, con quién no conversaba desde los tiempos del escándalo del mensalão en el que Barbosa, como juez instructor consiguió que el Supremo condenara a la cárcel a personajes de primera plana de su partido (PT) que habían trabajado con el expresidente Lula en su primer gobierno.
Se reunió también con el Congreso y pidió que acelerasen la “agenda positiva”, como proyectos de ley empolvados que respondían a muchas de las reivindicaciones de los manifestantes en materia de educación, sanidad, transportes, orden público, etc.
Y sobretodo hizo suyas dos de las mayores reivindicaciones de la calle: la lucha a la corrupción y la reforma política. Pidió que los delitos de corrupción pudieran ser considerados “crimen de cárcel” y pidió al juez Barbosa que le preparase una reforma política que respondiera a los deseos de un país que se está modernizando.
Y los términos de dicha reforma los presentarán a la sociedad en forma de plebiscito para escuchar sus voces.
Con todo ello, Dilma ha cabalgado el Congreso y los partidos, incluso los aliados, cuyo apoyo estaba perdiendo. Ahora ambas instituciones, temerosas de caer en la ira de los manifestantes han empezado a secundarla y apoyarla como nunca lo habían hecho hasta ahora.
Si Dilma consigue llevar a cabo y con el apoyo de la calle una reforma
política soñada y temida a la vez en este país desde hace más de 20
años, pasará a la historia como una heroína. Ni Lula lo había conseguido
Y lo que es más positivo para ella, podría tener asegurada su reelección el año próximo, en unas elecciones que sin duda volverán a despertar a los leones de la opinión pública que vigilará uno a uno a los candidatos para castigarles o premiarles según hayan oído o desoído los gritos de la protesta.
Hay 3 Comentarios
Este domingo…
Brasil - España. ¿Maracanazo Confederac.?
http://www.warrantsyquinielas.com/2013/06/brasil-espana-maracanazo-en-la.html
Vídeos del histórico Maracanazo de Uruguay
¿Pasará España a la historia?
Publicado por: Warrants_1X2 | 28/06/2013 11:08:24
Brasil-España: fútbol, burbuja y olimpiadas
En Brasil hay quejas por el gasto en el Mundial y las Olimpiadas y el escaso gasto en sanidad y educación,
mientras que en España hay recortes sociales y somos fan de Madrid 2020
En España tenemos un burbujón inmobiliario, y en Brasil lo tendrán pasado mañana…
Y encima, Brasil - España en la final
http://www.warrantsyquinielas.com/2013/06/brasil-espana-20-burbuja-inmobiliaria.html
Publicado por: Warrants_1X2 | 28/06/2013 11:08:06
Un gobierno que no sabe admininstrar el dinero publico, que hizo acuerdos con lo que hay de peor en la politica brasilena (JOse Sarney, Renan Calheiros, Fernando COllor), que sigue tratando el pueblo del nordeste brasileño como su "curral" eleitoral igual a los antigos coroneles nordestino....
Solo pido a Dios que no.....
Tal vez tendramos que esperar 30 años para juzgar los desmandos del Partido de los trabajadores.....
Saludos
Publicado por: betito | 27/06/2013 13:23:55