Juan Arias

Esos niños que huyen solos

Por: | 23 de septiembre de 2013

Niños dejan siria (2)
Pocas cosas por crueles que sean consiguen impactarnos emocionalmente, acostumbrados como estamos a que todo el dolor del mundo nos entre a la vez y al segundo, en nuestra mirada. Más difícil aún lo es para un periodista que al vivir de la noticia, vive sumergido en las lágrimas del Planeta.

Y sin embargo ha habido una noticia, dada por Unicef, la agencia de la ONU que se dedica a los problemas de la infancia, que al leerla me ha obligado a respirar hondo porque mesacudió el alma.

La noticia es muy breve: “Más de 4.000 niños y niñas de Siria, algunos de ocho años, cruzaron las fronteras para países vecinos sin la compañía de los padres o de familiares adultos”.

No hubiese necesitado ni ver algunas fotos sangrantes para imaginarme la escena. Podían haber sido mis nietos o tus hijos, ayer yendo felices a la escuela y saltando en el jardín con sus perros y hoy saliendo de casa, sin que un adulto les diera la mano, sin llevarse nada encima, dirigirse hacia la frontera, inermes, con hambre, con el corazón partido de pena, expuestos a todos los peligros abandonando el  nido que les daba seguridad y afeccto.

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Algunos huyeron solos porque sus padres habían desaparecido
en el estruendo de la guerra. Se habían quedado sin nadie y salieron huyendo también ellos en busca de nada, aunque quizás con la esperanza escondida de que en algún trecho del viaje pudiesen encontrar a los suyos.

Otros, dice Unicef, lo hicieron para ir en busca de comida para sus padres y hermanos menores que se morían de hambre y acaban trabajando en los campos de refugiados si consiguen llegar a ellos.

Hay 3,1 millones de niños viviendo en las peores condiciones en Siria por falta de comida, de vivienda o por convivir entre las bombas de la guerra. Y más de un millón ya están refugiados en cinco países fuera de Siria.

En los organismos internacionales y en los palacios del poder se sigue discutiendo si las atrocidades del nuevo holocausto sirio, con armas químicas y todo, que hicieron morir asfixiados a miles de niños, provienen de las fuerzas de Assad o de los rebeldes.

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No soy político, ni diplomático.
Veo sólo que las víctimas más inocentes de esa locura de la guerra son los niños que nada tienen que ver con nuestras monstruosidades de violencia.

Ellos están en la edad de jugar, de abrirse a la vida, de correr tomados por la mano de los que aman. Ellos no saben por qué los hombres se matan. El dolor de ellos son nuestra mayor vergüenza.

Algunos de esos niños acaban trabajando como adultos en fábricas de armas y huelen ya a pólvora.

Cierro los ojos y veo esas caravanas de niños y niños, escapando del horror del hambre y de los tiros, veo sus rostros a los que el dolor les ha hecho madurar de repente, veo el estupor y la amargura reflejados en cada mirada captada por las cámaras y me dan ganas de no abrirlos más.

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Hay 8 Comentarios

Mientras respirabas hondo estabas comiendo un churrasco en Vizconde de Maua,Estaba bueno el cordero.Viva el cinismo y la hipocresia.

Juan Arias, por favor deja de ver tanta TV y leer tanto diario e ir a misas del OPUS. Estas mismas escenas se repiten una y otra vez en paises que no estan en tu lista de ESPECTACULOS, paises que comercian con el tuyo, paises que comercian con tus amigos y amos, y callas!.

No te pido que seas justo, simplemente deja de masturbarte.

Me hace recordar una parte de aquella película posapocaliptica de Mel Gibson y Tina Turner "Mad Máx, Más allá de la cúpula del trueno" en la que en n lugar perdido y olvidado aparece una semi sociedad de niños que han crecido solos y en la que los conocimientos, transmitidos de forma oral, llevan a interpretaciones erròneas del trágico pasado que vivieron.

Amigo, lloro contigo por el dolor de los niños abandonados em las guerras de todos los tempos y lugares. LLoro contigo junto a los niños de las chabolas del Brasil que les doy amparo en el desespero del abandono de la sociedade.LLoro con el niño que aún no nació y ayer su padre fué assinado por três tiros cerca de mi casa y lloro junto a los ancianos abandonados por sus familiares que viven en la guerra del trabajo expropriado, lloro com los abuelos que pagan el colégio a sus nietecitos y les compran ropas com el poco dinero de su jubilación, porque sus padres no ganan para tanto. LLoro, porque las derechas conservadoras del mercado imponen un régimen de guerra. LLoro, porque en este momentos la ONU reunida en el centro mundial del poder, gastará billones de dólares para hablar de Síria, Egipto, Kenia, Haiti, terronismo y se queda sólo en este hielo.
Juan, tus lágrimas,las mias, las de los niños son también sinal de alegria por la esperanza de que el Padre, mi padre y mi madre, nuestros padres nos aman como amaron en esta vida que criamos y que ,no sé como se puede cambiar. claro.

En las guerras entre las hienas humanas no importan los niños ni los ancianos,, solo importa el poder. Está claro que los supuestos "rebeldes" sirios usaron armas químicas contra la población civil, inculpando después al gobierno sirio de Asad. El juego sucio llevado a cabo por Occidente y sus socios de Arabia Saudita y Qatar es evidente, a nadie engañan..

Eso puede ser una señal del porvenir......
En un mundo lleno de gente, con más de 7 billones de almas penadas, acaso nadie pensa de que somos como ratones en una caja y de que a cada nuevo dia hay más gente llegando en "esa caja".......
hipocritas que no veen ni compreenden nada de lo que se pasa en el mundo....

Esos niños son nuestra continuidad, somos nosotros mismos en nuestro mañana.
Nuestras sociedades culturalmente avanzadas, mirando estos desastres civiles, no encuentran una respuesta al dolor y al desarraigo familiar de miles personas de toda condición.
Hombres, mujeres, ancianos o niños.
Desbaratados por guerras y ambiciones de poder que se sitúan por encima de la vida de las personas.
Una sinrazón incomprensible, cuando dotados de medios, de organismos internacionales, de gobiernos y de foros de diálogo, se permiten que mueran inocentes impunemente devorados por la atrocidad y el abandono.
Esta realidad nos sitúa en la verdadera dimensión de nuestra naturaleza humana.
Insensible ante la cultura y la evolución.
Parados en el tiempo siempre, duros como piedras ante la comprensión de la realidad.
Preferimos siempre a Barrabás.
Y por eso obtenemos nuestro castigo generación tras generación, como premio a la obstinación insensible ante el dolor de los inocentes.
Cuando lo fácil está en la colaboración, en la solidaridad y en la negociación de todos los derechos humanos.
Reconocidos internacionalmente.

Si, a mi también me llena de horror lo que está sucediendo a esos niños....Deberíamos hacer algo, ya!

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Sobre el autor

es periodista y escritor traducido en diez idiomas. Fue corresponsal de EL PAIS 18 años en Italia y en el Vaticano, director de BABELIA y Ombudsman del diario. Recibió en Italia el premio a la Cultura del Gobierno. En España fue condecorado con la Cruz al Mérito Civil por el rey Juan Carlos por el conjunto de su obra. Desde hace 12 años informa desde Brasil para este diario donde colabora tambien en la sección de Opinión.

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