Juan Arias

Sobre el autor

es periodista y escritor traducido en diez idiomas. Fue corresponsal de EL PAIS 18 años en Italia y en el Vaticano, director de BABELIA y Ombudsman del diario. Recibió en Italia el premio a la Cultura del Gobierno. En España fue condecorado con la Cruz al Mérito Civil por el rey Juan Carlos por el conjunto de su obra. Desde hace 12 años informa desde Brasil para este diario donde colabora tambien en la sección de Opinión.

Eskup

Lo único que me gusta grande

Por: | 29 de noviembre de 2013

Edificio
En una reunión de jóvenes, el monitor hizo la siguiente pregunta: ¿preferís las cosas grandes o las pequeñas. Algunos resbalaron enseguida en lo erótico. La pregunta tenía, sin embargo, mayor profundidad.

Al escribir hoy este blog estaba escuchando en la tele que en algún lugar del mundo se estaba construyendo el edificio más alto de la Tierra, y en otro el mayor hotel jamás existido.

Y me hice, de repente, a mi mismo la pregunta que había provocado a los jóvenes: ¿me gusta más lo grande o lo pequeño? Y sentí enseguida que lo demasiado grande me aplasta.

Quizás porque crecí escuchando los tiros de los fusilamientos en frente a mi casa, durante la guerra civil española, lo grande me evoca las guerras que todas ellas, hasta las minúsculas, me parecen inmensas.

Los fusiles de los soldados me parecían casi cañones, a mi que tenía cinco años y nunca había visto un arma. A la violencia la veo siempre grande y a la paz frágil como un cristal.

Gota de rocio
Vivimos en el culto a lo siempre mayor. Prevalece el gusto por lo vultuoso. En las listas de los más ricos del Planeta, las cifras son cada vez más de galaxias. Los pisos tienen que ser cada vez más mayores. Uno de 300 metros cuadrados casi nos parece ya pequeño. Un banquero en Brasil tiene una casa con ocho ascensores privados: cuatro para cada pierna. Y en las favelas viven y caben hasta diez personas en 30 metros cuadrados. Los reyes de la droga en México ya no se conforman con tener un gato o un mastín a sus pies: quieren un tigre.

Hasta en la corrupción, la buena es la que llega a siete cifras de dólares, menos es sólo corruptela.
Reina hoy la figura de lo hiperbólico, de lo que crece hasta reventar de grande. Hasta la obesidad es cada vez mayor. Hay mujeres que necesitan tener cien pares de zapatos y otros tantos frascos de perfumes y ungüentos, A mi madre, ya viejecita, y que parecía haber vuelto a ser niña, le pregunté un día como podía aún conservar una piel de melocotón, sin una arruga: “Usando agua y jabón toda la vida, hijo”, respondió mirándome con sus ojos ya nublados.

Hay hombres que necesitan tener en el armario doscientas corbatas, pero tenemos sólo un pescuezo.
¿Y lo pequeño? ¿Algo que quepa en una mano, algo que no te aplaste, que sea eso, sólo una cosa, o dos?
No soy minimalista, no me gustan los que predican la sencillez como una religión. Ni me gusta lo pequeño por pequeño, aunque tantas veces me parezca más bello que lo grande.

Lençoes maranhenses
Me gusta, sí, esa gota de rocío que veo, a veces,  al levantarme, pegada como un beso en la flor de una orquídea.  Me gusta un puñado de nieve que derrite sus pétalos en la palma de mis manos.
Me gusta más una pequeña botella de vino añejo que un garrafón.

Pero también me gustan algunas cosas grandes, que, curiosamente no son las creadas por las manos del hombre, como las grandes basílicas y catedrales o los shopings gigantescos, nuevos templos de la modernidad, que huelen a poder y siento que me aplastan.

Me gusta la grandeza de la naturaleza. Esa me liberta en vez de encadenarme: las grandes sabanas, los horizontes inalcanzables, las inmensas playas vírgenes. Mejor vacías.  Me gusta este Océano Atlántico inmenso que tengo en frente mientras escribo. Me gustan sus olas de cuatro metros cuando se enfurece. Me gustan los arcoiris que no puedo abarcar con mis ojos. Y las montañas que huelen aún a la primera creación. Y los vientos que aúllan.

Garca-amazonica-01
Me gustan los grandes silencios; los grandes vacíos; los elefantes como templos vivos de la selva; las grandes serpientes capaces de engullir a un buey. Me gusta el colorido de su piel. Me gustan las águilas que se mecen en el cielo y que despiertan en mi alma deseos prohibidos de volar.
Me gusta la amistad, que tiene que ser grande, sin medida, si quiere serlo de verdad, y me gustan más las cosas recién nacidas.

El ser humano me gusta más antes de que lo haya contagiado el gusto por el despilfarro, la avaricia  o el derroche . Lo prefiero recién nacido, indefenso, cuando aún no conoce la guerra y aún no ha aprendido a odiar. Recelo de los que se sienten siempre fuertes y seguros.

Me gusta el ser humano cuando el tiempo lo ha esencializado hasta hacerse más fácilmente objeto de pequeños gestos de amor, que más ya no necesita. 

Entre las dos esquinas de la vida vamos acumulando demasiado equipaje. Cuando las luces se apagan queda sólo el gran silencio de la nada que no se si es pequeña o grande. ¿Cuanto miden los dioses? Los creados por las religiones me parecen enormes, dan miedo. Me gusta más esa pequeña simiente divina que nace incrustada en la conciencia al nacer y que nos susurra cada noche si podemos o no dormir tranquilos.
¿Es eso grande o pequeño?
Tanque-guerra

En Brasil, perros y gatos podrán tener un pasaporte internacional

Por: | 23 de noviembre de 2013

Pasaporte para perros y gatos
No es ninguna broma
. La noticia ha salido publicada en el Diario Oficial del gobierno ayer viernes, 22 de noviembre: en Brasil, perros y gatos podrán tener un pasaporte como el de sus dueñoo los humanos para viajar dentro y fuera del país.

Que la decisión no ha sido fácil lo demuestra el hecho de  que el gobierno ha necesitado  tres años para que pudiera ser oficialmente ratificada. Ahora, harán falta aún tres meses de burocracias oficiales hasta que nuestros amigos de compañía puedan empezar a pedir orgullosos su pasaporte emitido por el gobierno a través del Ministerio de Agricultura.

El pasaporte substituye, para quién lo prefiera, a los actuales y numerosos certificados sanitarios internacionales que sólo quienes han pasado por ello, saben lo farragosos y complicados que resultan.

Perros viajan en avion
Hará falta, cierto, para obtener el pasaporte, presentar algunos documentos que comprueben que el animal está en buena salud.Tendrá además que llevar el chip con sus datos, como ya se usa en muchos lugares, por si se pierde el animal. En total, se calcula que ahora, para conseguir el pasaporte internacional, bastarán tres documentos y tendrá valor indefinido. Deberá ser renovado sólo si el animal cambiase de dueño.

No necesitará llevar la foto del animal, detalle que queda facultativo, pero que se espera que todos los dueños de sus perros y gatos  prefieran colocarla,para poder presumir, como se hace con los pasaportes de los niños: ”!Mira qué guapo está!”.

En caso que se desee colocar la foto del viajante, esta deberá ser de 5 por 7 centímetros.
El pasaporte será concedido exclusivamente a perros y gatos nacidos en Brasil o, si nacidos en el exterior, que se hayan establecido definitivamente en este país. Deben tener por los menos tres meses de edad, haber sido criados por propietarios que residen en Brasil, y que hayan sido examinados recientemente por un veterinario.

Gato viajante 2
El pasaporte será gratuito
. Según el Ministerio de Agricultura, el pasaporte podrá ser solicitado en las unidades de Vigilancia Agropecuaria Internacional, localizadas en puertos, aeropuertos y puestos de fronteras. El microchip funcionará como un documento de identidad, cuyos datos podrá controlar una máquina de lectura digital.

Como ocurre con los humanos, el robo o pérdida del pasaporte del pero o gato de familia deberá ser denunciado enseguida a la policía y a las autoridades veterinarias oficiales brasileñas.

Los que prefieran seguir usando el método antiguo para poder hacer viajar a sus animales, podrán hacerlo, sin necesidad de sacarles el pasaporte, pero las autoridades ya advierten que los trámites para la adquisición del mismo serán mucho más sencillas que los usadas actualmente.

Dentro de poco, las mismas escenas que vemos cada día en las fronteras, con las niños de la mano de sus familiares acercándose a la policía exhibiendo en su mano, orgullosos, sus pasaportes como los de sus mayores, las veremos con perros y gatos: podremos ver a señoras y señores con su animal de compañía en brazos o siguiéndoles, presentar al policía de turno su nuevo y flamante pasaporte internacional para que se lo selle y acercando su cabeza para que, con la máquina digital, pueda leer sus señas de identidad.

Perro vianado en avion (2)
Brasil es un país aún muy atrasado y arcaico en algunas cosas, junto a puntas de alta modernidad
, sobretodo en su tecnología y medicina, así como en la dfensa de los derechos de algunas minorías, como por ejemplo las personas de media edad.

Aquí, ya dos presidentes de la República, la actual Dilma Rousseff y el exprsidente Lula da Silva, fueron tratados de sendos cánceres malignos sin salir del país y sin que ningún médico extranjero viniera a examinarles. Confiaron en la medicina nacional que es de primer mundo.

Con los animales de compañía ocurre lo mismo: la legislación brasileña es muy avanzada tanto en las penas conferidas- hasta varios años de cárcel - a quién torture gratuitamente a un animal, ao ofrecimiento de servicios de todo tipo en su favor: desde un hospital modernísimo, público y gratuito, por ejemplo en São Paulo para los animales defamilias pobres, al permiso para que dichos animales, al fallecer, puedan ser enterrados en la tumba de la familia. O equipos volantes que recorren las ciudades ofreciendo ayuda veterinaria gratuita, como vacunas, castraciones o medicinas a los animales de compañía.

Francamente, como diría, suspirando, como sólo ella sabía hacerlo mia tíaandaluza,  María, “!Pues, hija, las criaturas no se pueden quejar”!.

Gato quiere llevar una flor en su viajeEl pollito está triste porque no podrá tener pasaporte como su amigo gato

 

Río, a la espera de un milagro

Por: | 17 de noviembre de 2013

Los más de seis millones de la ciudad de Río de Janeiro, y el más de medio millón de turistas de todo el mundo que cada día disfrutan de la llamada “Ciudad maravillosa”, están a la espera de un milagro.

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No se trata de algo sobrenatura
l. Es algo muy a ras de tierra. El milagro parece ser que en 2016 las aguas de la Bahía de Guanabara, una de las más fantásticas del mundo, convertida hoy en un verdadero basurero flotante, puedan volver a ser contempladas como cuando las hallaron en 1502 los primeros portugueses que desembarcaron allí. Era el 1 de enero y la ciudad fue apellidada por eso, Río de Janeiro.

En 1531 el padre Femão Cardim, escribió que la Bahía de Guanabara parecía “pintada por Dios”, por su belleza natural y por sus aguas inmaculadas atravesadas por la luz de los Trópicos.

El nombre de Guanabara en tupí se lo habían puesto ya los indígenas antes de llegar los portugueses. Tiene varias acepciones, pero la que más gusta es la compuesta por las palabras guana (seno) y bara (mar) , es decir el “seno del mar”. Seno por sus curvas y por la abundancia de sus peces que en aquel tiempo la desbordaban.

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En aquella Bahía, diseñada por los pinceles de Dios, que ya fue un espejo de belleza, hoy son desparramadas diariamente cien toneladas de basura de todas las especies, que flotan en ella como fantasmas siniestros.

¿Por qué ahora el milagro? Parece ser que lo que en tantos años no consiguió el grito de angustia y de rabia de sus seis millones de habitantes, lo van a conseguir las competiciones de vela que deberán disputar los Juegos Olímpicos que se celebrarán en 2016.

Lo que no ha sido capaz de llevar a cabo la conciencia ambientalista y hasta ética de las autoridades que se han ido sucediendo en los diferentes gobiernos de la ciudad y del Estado, lo va a conseguir el deporte.

Bahia de guanabara limpia
La alcaldía de Río ya ha puesto a subasta la concesión para que diez barcos puedan empezar a recoger el “mar de basura” que flota en las aguas de Guanabara y en sus playas, hasta conseguir que en 2016 aquellas aguas vuelvan a su limpieza y belleza original.

La Secretaría de Medio Ambiente ya ha colocado un site llamado Guanabara Limpa (www.guanabaralimpa.eco.br) donde los ciudadanos podrán seguir las acciones del gobierno destinadas a realizar ese milagro de limpiar las aguas de aquella bahía espléndida desde la que hoy, al anochecer se pueden contemplar las vistas más espectaculares de la ciudad. Eso sí, desviando la vista de la superfice del agua para no etner nauseas ante lo que flota en ella.

Mil veces y con mil iniciativas, las autoridades intentaron una y otra vez la epopeya del milagro de limpiar a Guanabara. Todas ellas se quedaron por el camino, como el barco que hace diez años había empezado a recoger las toneladas de basura vertidas en ella. Ahí sigue arrinconado.

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Todos se sintieron siempre impotentes o descuidados. Ninguno se sintió con fe para llevar a cabo aquel milagro y se enfundaron en el manto de la incredulidad. Guanabara estaba condenada para siempre a convivir con aquel otro mar de residuos de todo tipo que alejaba a las ballenas y delfines de antaño, cuando llegaban hasta la playa a jugar con los niños. Es posible que el deporte de vela de las Olimpiadas del 2016 consigan aquel milagro que parecía imposible.

Ante la evidencia de las aguas que podrán resurgir revestidas de su perdida belleza, cabría preguntarse por qué sólo ahora. Si ahora será posible hacer ese milagro, es triste y criminal la constatación de que no se hizo antes porque no existió nunca voluntad política para ello. Cuando los gobiernos quieren hacer milagros, en pro de su propio marketing, lo consiguen.

Y una última pregunta hecha con angustia: una vez acostumbrados los cariocas y turistas a volver a ver aquellas aguas en su esplendor original, y una vez apagadas las luces de las Olimpiadas, ¿seguirá funcionando la operación Gunabara Limpia, o volverá aquel mar a ser de nuevo víctima de la mayor de las agresiones: los cien disparos de cañón de otras tantas toneladas diarias de basura que le devolverán la tristeza y fealdad de hoy?

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Brasil le da un nuevo sabor a su café

Por: | 14 de noviembre de 2013

Jirafas bebiendo cafe en Kenia
El café de Brasil siempre se ha caracterizado por un sabor original más bien “dulce"
. Ahora están en curso nuevos experimenteos para enriquecer ese sabor típico del brasileño y acercarlo al del cafe de Kenia. La innovación de los sabores del café, la bebida de media Humanidad, siempre ha estado viva en este país en el que es clásico ofrecer, en cualquier lugar donde llegas, hasta en la tienda más modesta, el célebre y cordial “cafezinho”.

En los años 2000 tuvo lugar un proceso especial cuando los cafeteros empezaron a tostar los granos de café. Ahora, como escribe Joanina Fidalgo en el diario Folha de São Paulo, se empieza a observar que para manipular y transformar los sabores del café clásico y revestirlo de innovación en sus aromas y en el cosquilleo que produce en la boca, hay que conseguirlo cuando la semilla está aún viva, es decir antes de tostarlo.

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La máscara sin máscara

Por: | 10 de noviembre de 2013

Máscara africana
A los niños les encantan las máscaras de los superhéroes
como Batman, el Hombre-Araña o Zorro. Quizás porque los niños, frágiles aún en la formación de su propia identidad, necesitan figuras emblemáticas en las que refugiar su imaginación.

Las máscaras son eternas como el hombre. Aparecen entre los primitivos. Eran rituales, sagradas o guerreras. Estaban relacionadas con lo desconocido. Intentaban imponer miedos o exorcizarlos.

Las máscaras de los carnavales de Venecia son el cúmulo de la sensibilidad artística y reflejan los matices más sutiles de la ciudad fantasma, nacida del misterio y alimentada por la suma de todos los genios que pisaron su suelo de agua.

Las de los carnavales de Brasil, recuerdan los homenajes al dios griego Dionisio, y vibran con las emociones sensuales, con la alegría de ser alguien un día para resarcirse del ser nadie, anónimos, todo el año.

Mascara de Black bloc
En Brasil hoy son tristemente famosas las máscaras negras de los Black bloc, ese centenar de jóvenes que aparecen como una pesadilla después de cada manifestación de protesta pacífica para destruir lo que ellos llaman los “símbolos del capitalismo”.

Parece ser que se trata de jóvenes tanto hijos del capitalismo como hijos de las víctimas del mismo, salidos del centro y de la periferia de las urbes, unidos en una único abrazo de violencia contra el sistema. Las autoridades están espantadas con esas máscaras. Quieren leyes nuevas y severas para arrancárselas, para descubrir sus verdaderos rostros.

Quieren que puedan ser juzgados allí, sobre la marcha, por una justicia sumaria.
Nadie justifica sus acciones violentas, pero como acaba de escribir Tony Bellotto, ellos son, sin embargo, apenas “una cabeza más de la gran hidra que es la violencia brasileña”. Esa hidra que se cobra cada año 50.000 vidas fundamentalmente de jóvenes, generalmente negros, de color y sin estudios.

Violencia policial
Y son el símbolo de la otra violencia sin máscaras, la del sistema,
que no destruye agencias bancarias ni coches de lujo o sedes de instituciones políticas.  De la violencia que los pobres sufren cada día con el sólo negarles aquello a lo que tendrían derecho: la violencia de una escuela que no enseña, de un hospital que no cura o de una policía que no defiende.

La violencia de los Black bloc es indefendible y aquí la condena el 90% de la población. Y han conseguido que desistan de protestar pacíficamente a los ciudadanos que quieren cambiar las cosas pero sin violencia, con la fuerza de sus derechos.

Ha sido el mismo escritor y músico Bellotto el que ha alertado, sin embargo, que no existe hoy mayor espectáculo de creatividad en materia de máscaras que la de los políticos, que han conseguido crear lo que él llama la “máscara de carne y hueso”, la “máscara sin máscara”.

Mascara carnaval de Brasil
Los políticos no necesitan esconder su identidad
; se sienten a gusto como son. No se preocupan ni de esconder sus corrupciones, sus ilegalidades, sus abusos de poder, sus promesas no cumplidas, sus mentiras, a veces hasta descaradas, la fuerza de su poder que no es de ellos sino de la gente.

Saben que ellos gozan de la impunidad que les permite pasearse sin máscaras, reirse mientras tantos lloran víctimas de sus atropellos.

Es curioso que, en una sociedad donde ya nadie puede esconder su identidad porque existen espías por todos los rincones; donde ni se pueden usar las máscaras porque se han hecho transparentes y visibles a ese gran ojo que todo lo ve y todo lo sabe, sin ser siquiera Dios, sigan estando de moda las máscaras.

¿Dan miedo las máscaras? No deberían darlo, como no lo dan a los niños quizás porque ellos, aún inocentes, saben que son sólo máscaras.

Lo que nos debería dar miedo a los adultos hoy, son, en efecto, las más máscaras de carne y hueso, las máscaras sin máscaras, aquellos que no necesitan esconderse ni siquiera para esclavizarnos porque se han substituido a los dioses de antaño, dueños del mundo y de los hombres.

Mascara e hipocresía
Deberían darnos miedo, si acaso las máscaras de la hipocresía
, del abuso de poder en todas sus formas, de la violencia que se reviste de legalidad, de la que nos vende por libertad las viejas cadenas de la esclavitud revestidas de modernidad.

Deberían darnos miedo los enmascarados de virtud, los que desean que seamos como ellos desearían que fuéramos, los que no se paran ni ante los medios, como el crimen, para defender sus fines; aquellos a los que les damos miedo cuando nos arrancamos la máscara de nuestros miedos y salimos a la calle sin ella, para mirarles a los ojos, a ellos, que se pasean sin máscara. Quizás entonces, se verían obligados a colocársela.

De vergüenza.

Mascara que llora

Uso de animales vivos (2)
Brasil es hoy uno de los países más avanzados en la defensa de los derechos de los animales.
Una legislación muy severa al respecto castiga, con varios años de cárcel, a quién martirice a un animal.

En ciudades como São Paulo, la legislación municipal es muy avanzada en la relación entre humanos y animales de compañía. Existe, por ejemplo, un hospital moderno dedicado exclusivamente a atender a perros y gatos de familias pobres. Existen hospitales móviles que recorren la ciudad atendiendo a nuestros animales de compañía y las familias que lo deseen pueden sepultar en la tumba de familia a sus animales.

Uso de animales vivos
Sin embargo, en el uso de animales vivos para experimentos científicos, Brasil está atrasado
en relación, por ejemplo, con los Estados Unidos o con Canadá donde prácticamente las facultades de medicina han dejado de usar animales vivos para sus experimentos y usan métodos alternativos.

El caso reciente de un grupo de ambientalistas y defensores de animales que liberaron a 178 perros de la raza beagle en el Instituto Royal de São Paulo creó una polémica nacional sobre la necesidad o no de usar animales vivos para experimentos en el campo de la medicina y de la cosmética.

Uso de animales vicos (4)
Los favorables alegaban que sin dichos experimentos hoy no tendrìamos, por ejemplo, vacunas que salvan a millones de personas.
Los contrarios, entre ellos médicos y veterinarios, alegaban que existen alternativas al uso de animales a pesar de que puedan resultar aún más caros.

Gracias a esa polémica, la discusión ha entrado en las facultades de medicina muchas de las cuales han anunciado que se preparan para ofrecer a los alumnos alternativas como maniquíes o experimentos in vitro o con células humanas en vez de verse obligados a martirizar a animales vivos, algo que los mismos estudiantes de medicina empiezan a rechazar.

Las Universidades que desean deshacerse de las viejas prácticas de torturar a animales para sus experimentos, se acogen a la ley 9.605 de 1998 que establece que “la experiencia dolorosa o cruel con animales vivos, aunque sea usada para fines didácticos o científicos”, es crimen cuando existen recursos alternativos a dicha crueldad.

Karen Abrâo, directora de la Esuela de Ciencias de la Salud de la Anhembi Morumbi, donde desde 2008 fue excluido en la facultad de medicina el uso de animales, explica: “El padrón internacional de enseñanza va en esa dirección. Para replicar un experimento cuyo resultado ya se conoce, el uso de animales vivos es desnecesario”.

Uso de animales vivos (3)
También la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS) abolió en 2007 el uso de animales vivos en medicina, después de una movilización de los alumnos.

Hoy, según varios especialistas, existen ya recursos alternativos al uso de animales en los experimentos. Lo que ocurre es que dicho uso supone un coste menor y además pesa una vieja tradición que acaba arrastrándose por inercia.

El Consejo Federal de Medicina de Brasil aún no ha discutido en plenario el asunto, pero todo indica que la tendencia del mismo se inclina, dada la gran reacción de la opinión pública a través de las redes sociales, a abolir en todo Brasil el uso de animales vivos en experimentos médico-cientìficos.

Es un paso más en la modernidad de un país que pretende contar cada vez con mayor peso en el contienente y más allá.

Uso de animales vivos (5)

El País

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