El tijeretazo que van a sufrir las nóminas de los 260.000 trabajadores públicos de la Junta de Andalucía es la primera prueba de resistencia seria que está afrontando el Gobierno de coalición PSOE-IU, que acumula ya 50 días de gestión. Todos los sindicatos, sin excepción, se han plantado ante el Ejecutivo de José Antonio Griñán, que arranca la legislatura con un nuevo conflicto con los empleados autonómicos.