Los sucesivos recortes que los gobiernos de PSOE y PP han aprobado desde mayo de 2010 están propiciando una profunda transformación social de España, un país que antes de la actual crisis había sumado casi tres lustros de una prosperidad que parecía no tener fin. Era cuando Zapatero alardeaba de que España había superado en PIB per cápita a Italia y situaba a Francia como objetivo siguiente, cuando el optimismo estaba desbordado. Desde hace dos años, sin embargo, los ciudadanos están asistiendo, primero atónitos, luego atemorizados, a la pérdida de derechos que creían seguros, dos años que han bastado para dinamitar un sistema de protección social y de servicios públicos que había costado décadas conquistar y consolidar.