Los consejeros del Tribunal de Cuentas. Empezando por la izquierda, y de abajo hacia arriba, Enriqueta Chicano, Manuel Aznar, María Antonia Lozano, Lluis Armet, Felipe García, Javier Medina y Ana Puig (secretaria general); al fondo, el presidente Ramón Álvarez de Miranda. En primer término, y a la derecha, Margarita Mariscal, José Manuel Suárez, Ángel Antonio Algarra, María José de la Fuente y Dolores Genaro.
El Tribunal de Cuentas, el órgano que fiscaliza el destino que dan los políticos y la Administración al dinero de la cosa pública, vive momentos de revuelo. Un correo electrónico enviado unilateralmente al Gobierno por un consejero, sin dar cuentas a nadie, y la existencia de enraizadas sagas familiares han destapado la caja de los truenos en el tribunal, con hostilidades y reproches. Ocho de los 12 vocales del Tribunal de Cuentas, cuatro nombrados por el PP y otros cuatro por el PSOE, instaron a fines de enero un pleno para, entre otras cosas, abordar el asunto del polémico correo electrónico, del que existe un pantallazo que ha permitido a todos los consejeros, no sin asombro por su contenido, verlo y leerlo.
El denominador común de este revuelo se llama Javier Medina, consejero afín al PP. Un histórico de la Casa. Antes de consejero, fue letrado de este órgano, desde finales de los años 70, por oposición. Y, en julio de 2012, inició su segundo mandato de nueve años como vocal/consejero del Tribunal de Cuentas (unos 120.000 euros al año de sueldo y vehículo oficial, como el resto de vocales). Todos le atribuyen un gran poder (ahora forma parte de la Comisión de Gobierno, que comparte con el presidente y otro vocal afín al PSOE) dentro del edifico de la calle de Fuencarral desde el que se fiscalizan casos como el saqueo de Marbella, o las cuentas de los partidos políticos (el caso Bárcenas ha suscitado dudas sobre la eficacia de los medios de que dispone este tribunal para detectar los flujos de dinero negro en los partidos políticos).
En el pleno del pasado 28 de enero, los ocho consejeros citados exigieron a Javier Medina explicaciones por el contenido del correo electrónico enviado a la subsecretaría de Presidencia del Gobierno. Su inciativa ha molestado mucho a sus colegas porque se trata de una propuesta legislativa para modificar el funcionamiento del Tribunal de Cuentas que "nadie había pedido, al menos oficialmente" y que, además, desprende la sensación de que la propuesta parte del propioTribunal en su conjuntol", señalan fuentes de esta institución. “Cuando se le pidieron explicaciones en el pleno, dijo que ese correo no era suyo, y que alguien debió manipularle el ordenador. Nadie le creyó", señalan estos medios. “Insistimos en una respuesta y no dijo nada, ni sí, ni no”, señalan otras fuentes. Con EL PAÍS, Medina evitó también decir si era o no suyo el correo, alegando "que las reuniones del tribunal tienen carácter secreto".
A raíz del malestar suscitado por el mail, el clima se ha enrarecido mucho, y la comidilla ahora son las sagas familiares del tribunal, que las hay. Y es que, por ejemplo, Javier Medina, actual presidente de la Sección de Fiscalización y considerado uno de los hombres con más poder en la institución, solo tiene que caminar unos metros fuera de su depacho, sin salir a la calle, para visitar a su esposa, María del Carmen Higueras Esteban, que trabaja en el Departamento de Empresas Estatales de este tribunal. Y no es su único familiar directo.
Ahora no, pero con el anterior secretario general del Tribunal de Cuentas, José Antonio Pajares, Enrique Medina Guijarro (hermano de Javier), que también es funcionario de este órgano, desempeñó el puesto de gerente (el segundo del secretario). Enrique tiene ahora despacho a escasos metros de Javier y está adscrito a Presidencia del Tribunal de Cuentas. Algo más alejada, pero dentro del mismo edificio, también trabaja su hermana María Consuelo Medina Guijarro, en el Departamento 5º de Financiero y de Fundaciones. “Y su jefe máximo es su hermano Javier Medina”, destacan fuentes del Tribunal. Otro familiar de Medina que hay en el Tribunal de Cuentas es María Pérez Michaus, que trabaja en Presidencia de la Sección de Enjuiciamiento. Medina explicó a este periódico que Michaus es “una pariente de su esposa muy lejana”. Y aseguró que sus parientes ingresaron en la institución "mucho antes" de que él fuese consejero en 2001, y todos ellos tras pasar sus respectivas oposiciones, destacó.
“No hay nada sólido que indique que Javier Medina ha podido influir en la llegada de sus familiares al Tribunal, pero es imprescindible cambiar las normas para que los miembros de los tribunales que examinan a los aspirantes sean mayoritariamente ajenos a la casa, a diferencia de lo que sucede ahora”, añaden fuentes del Tribunal. Es la comisión de gobierno la que convoca las plazas e incluso nombra a los tribunales, en la que también está, sin voto, el secretario general.
Pero las sagas familiares no acaban en Medina. El que ha sido durante al menos 16 años secretario general, José Antonio Pajares, tampoco tiene que salir de la Casa para visitar a su hija, que también trabaja en el tribunal, ni a su yerno, que es conserje. Pajares y Medina son muy amigos, hasta escriben artículos conjuntos en revistas de Derecho.
Si Medina es afín al PP, Felipe García, que también es consejero del Tribunal a instancias del PSOE y forma parte de la Comisión de Gobierno, "tiene a una cuñada trabajando dentro, como secretaria", coinciden distintas fuentes. Igualmente entró por concurso/oposición. También es funcionaria de alto nivel en el Tribunal de Cuentas la mujer del ahora embajador de España en el Reino Unido, Federico Trillo. Ahora se halla en excedencia en Londres. Ella ya era funcionaria y logró plaza hace unos años, con más sueldo, en el Tribunal de Cuentas. Dentro de estos vínculos familiares, hay otro apellido ilustre. En este caso, es un alto cargo, vocal/consejero del tribunal, y tiene el mismo apellido que el expresidente Aznar. Se trata de su hermano mayor, Manuel Aznar, que accedió al cargo en 2012 a propuesta del PP.
Esta cohabitación de familiares y correos unilaterales son las causas del revuelo y recelos que vive ahora el órgano estatal obligado a examinar si el dinero de todos va donde tiene que ir sin que nadie lo desvíe (a su bolsillo).
Hay 4 Comentarios
La corrupción no lleva instalada desde la guerra civil. La corrupción es un mal endémico en este país desde que existe memoria histórica. Las mismas castas permanecen en el poder económico y político. Cambian los gobiernos, incluso los regímenes políticos, pero la clase extractiva permanece.
Y lo peor es que los de abajo a lo que aspiran no es a cambiar el sistema, sino a lograr un puesto entre los de arriba. Cuantas veces se escucha "yo en su lugar también haría lo mismo". De nuestra picaresca hay testimonios que suponen los hitos más grandes de nuestra literatura.
Publicado por: MAG | 20/02/2014 10:36:39
Esto es de vergüenza. Pero no nos hagamos de nuevas. Miren las Diputaciones provinciales, los ayuntamientos, las universidades, las fundaciones, agencias, empresas y sociedades públicas. Miren las comunidades autónomas. Miren bien y verán el inmenso cortijo particular que se han repartido en todas las instituciones tanto el PP, como el PSOE, como los demás partidos de gobierno en las comunidades. Con cinco millones de parados, con una clase política corrupta hasta las cejas, con lo mejor de lo mejor del país en el éxilio ... De vergüenza que nos representen estos sinvergüenzas y mediocres reptiles.
Publicado por: anton | 20/02/2014 9:00:48
Por eso, no se le puede llamar corrupción solo a los que se dejan sobornar y a los que sobornan, no, esto también es corrupción, España está podrida, pero no es de ahora, está podrida desde hace muchos años, la corrupción lleva instalada desde la guerra civil, en los años de dictadura ya estaba instalada, con la llegada de la democracia creíamos que se acabaría, pero los que teníamos esa esperanza estábamos completamente equivocados, está tan podrida, que no me extrañaría que un día se desintegrara.
Publicado por: Francisco Mena | 19/02/2014 19:24:46
Las sagas familiares, las castas al fin y al cabo. La "pedrada" de Pedraz. Aquel juez/magistrado que dijo que la clase/casta política está podrida. Para el sector mas prudente por ingenuo de la Fundación "Guru-Gú" la saga que nos ocupa nada tiene que ver con la casta de la "pedrada". En principio. Pero el sector mas follonista/beligerante de la Fundación San Borondón mantiene su propuesta para la plantilla del Tribunal Constitucional, a saber, que realicen el curso de contabilidad básica previsto para los días de semana Santa en Los Monegros. Hay que asegurarse -dicen- que estos elementos/as tienen claros los conceptos del "debe" y del "haber". Que trinquen como media 120.000 euros al año y manejen bien los extractos de sus cuentas no garantiza lo otro. Incluso puede darse el caso que estos vocales sigan la "política" de Mafo/Fdz. Ordoñez, es decir, poner cara de asco a la hora de controlar. Y a otra cosa mariposa. Hasta las ranas del nacimiento del rio Cuervo saben que si España está en la órbita de los Estados fallidos es por culpa de ese puñetero empate "técnico" entre la casta política y parte de la judicial. Pero hay mas motivos para asegurarse que estas criaturas del T.de Cuentas saben contabilidad básica. Por ejemplo, en el supuesto de que no aparezca el jaguar de la cegata ministra Ana Mato entonces el Tribunal de Cuentas se vería obligado a tasar el vehículo para cerrar el caso y hacerlo coincidir con el 30 aniversario de la célebre y muy puñetera "sentencia": En España la justicia es un cachondeo. Del ilustre jerezano Pedro Pacheco. Hay números mas significativos que muchos tratados de metafísica. Por ejemplo esos 120.000 euros que trincan los puñeteros vocales coinciden con los 150.000 liberados sindicales. Seamos realistas, urge poner en marcha las recomendaciones de Luis Solana. A saber, poner a un guardia civil al frente de algunas instituciones. Empezando por el Tribunal de Cuentas, el Constitucional y el Banco de España. O en su defecto alcanzar un 80% de abstención en cualquier tipo de elecciones. Quien mejor visión tiene de la "jugada" es la escritora Almudena Grandes: La justicia me da asco. Sin comillas, el que las ponga es un bellaco. Tierra de conejos. Estado fallido. Y en ese plan. Ninguno.
Publicado por: Casas Viejas | 19/02/2014 17:15:43