Menos mal que la mano del hombre sigue presente en Wall Street para contener el descontrol de las máquinas. El mini flash crash protagonizado por Knight Capital no fue como el que hace dos años minó la confianza de los inversores en el sistema, pero volvió a recordar que el casino de las finanzas es un mundo de gran complejidad y riesgo para el común de los mortales. Un error técnico que va a costar 440 millones de dólares a la firma de corretaje, que además ha visto como su cotización se hundió más de un 60% tras el último colapso relámpago visto en el New York Stock Exchange.
Knight es una de las firmas autorizadas para operar en el NYSE. Los problemas saltaron nada más comenzar la sesión bursátil el martes y afectó a 150 valores. Los frenos automáticos se activaron de inmediato, en respuesta al movimiento descontrolado en la cotización de estas empresas. El caos duró minutos. Pero el tumulto continúa para la firma. Antes de que se activaran las alarmas, Knight tenía una capitalización de 1.100 millones. Ahora ronda los 380 millones. Un fallo que le va a salir muy caro, si se tiene en cuenta que sus ingresos fueron de 290 millones en el segundo trimestre.
Un error de un programador informático que no solo está dañando seriamente la repuntación de una de las cuatro grandes firmas de corretaje en Wall Street, además está poniendo en riesgo su propia supervivencia. Otro dato. Antes del mini flash crash, Knight Capital contaba con unos 365 millones en efectivo. Es decir, no tiene dinero suficiente en reserva para cubrir los costes derivados del problema técnico. Eso le va a forzar a buscar financiación para poner seguir operando y pagar a sus 1.500 empleados. Pero en el clima de negatividad actual lo va a tener bastante difícil.
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