Qué se ande con ojo Steven Cohen, que el cerco se estrecha. Michael Steinberg, uno de sus antiguos ejecutores, fue arrestado en la mañana del Viernes Santo en el marco de la investigación por el uso de información privilegiada en Wall Street. Steinberg fue gestor de cartera en Sigma Capital, filial del fondo especulativo de Cohen. Hace dos semanas, la firma acordó pagar 14 millones de dólares por sacar provecho de información financiera de las tecnológicas Dell y Nvidia antes de que se hicieran públicos sus resultados trimestrales. El patrón del hedge fund acaba de comprar "El Sueño" de Pablo Picasso, por 155 millones de dólares, y una enorme mansión en los Hamptons por 60 millones.
El regulador bursátil calcula que Sigma Capital obtuvo un beneficio ilícito de 6,4 millones con su inversión. El arresto se produjo un día después de que el juez neoyorquino Victor Marrero pusiera pegas al pacto que SAC Capital forjó para zanjar el expediente, que incluía también a la firma CR Intrinsic. Esta filial acordó pagar 602 millones por sacar provecho de datos confidenciales sobre pruebas clínicas de un potencial tratamiento contra el Alzheimer desarrollado por Elan y Wyeth. En ninguno de los casos se admitió o negó una conducta fraudulenta. El exlugarteniente de Cohen, en libertad bajo fianza, si dice ser inocente de los cinco cargos de los que se le acusa ahora.
Las dos últimas maniobras judiciales no solo alimentan las dudas sobre la estrategia de Cohen, son la evidencia de que la investigación se amplía y de que están dispuestos a sacar todo el polvo que se esconde bajo las alfombras del poderoso fondo SAC Capital. Michael Steinberg es uno de los 15 gestores de carteras del hedge fund que se dedican a tecnología, telecomunicaciones y medios. En septiembre del pasado año dejó la firma, coincidiendo con el inicio del expediente. Ahora se enfrenta a hasta 20 años de cárcel. El otro implicado se llama Mathew Martoma, de CR Intrinsic. Lo que digan en el proceso para reducir la condena será clave para el futuro de Steven Cohen y de su firma.
¿Y este ritmo de gasto de Cohen, cómo se explica en el fuego cruzado en el que se encuentran los empleados de la firma en plena investigación? La única justificación posible es que quiere hacer ver dentro de la compañías y entre sus acaudalados clientes que todo está bajo control. Pero los movientos en sus cuentas muestran lo contrario. Se calcula que se retiraron ya 1.700 millones, cuando los inversores tuvieron la opción de recuperar su dinero. Es un buen bocado si se compara con los más de 14.000 millones que gestiona SAC Capital. La próxima prueba de fuego llegará en mayo, cuando se abra la ventana. Ahí se verá hasta donde llega el grado de confianza y de lealtad de sus clientes.