Wall$treet Report

Sobre el blog

“El dinero no duerme”- Gordon Gekko. La actividad en la plaza neoyorquina no cesa con el toque de campana y desborda como una crecida la calle del muro.

Sobre el autor

Sandro Pozzi

, italosevillano, loco por el kimchi. Sobrevivió siete años en Bruselas y desde hace ocho, en Nueva York.

Eskup

Gates y Page apoyan la visión de Jobs

Por: | 29 de septiembre de 2013

Apple, Microsoft y Google. Basta solo con nombrarlas para que la primera cosas que se venga a la cabeza es la brutal batalla que libran en el mercado de la computación móvil. Sin embargo, entre bastidores, siempre hubo un profundo respecto y amistad entre sus cofundadores. Cuenta la biográfia de Walter Isaacson que Bill Gates y Larry Page fueron de los últimos en ver con vida a Steve Jobs. Dos años después de morir de cáncer pancreático, el nombre de los tres genios tecnológicos emerge de nuevo. Esta vez asociado a una empresa biotecnológica: Foundation Medicine. La firma empezó a cotizar el pasado miércoles en el Nasdaq bajo el símbolo FMI, tras colocar en el mercado 5,8 millones de acciones a un precio de salida de 18 dólares el título. Su estreno pasó prácticamente desapercibido para el inversor corriente.

Billsteve

     Esa fue la firma a la que recurrió Jobs buscando una explicación genética a su enfermedad. Con una sola prueba, la diagnosis revela todas las mutaciones que pueden llevar a una persona a padecer cáncer. El perfil genético, en principio, debe ayudar a los médicos a elegir el mejor tratamiento para el enfermo. La documentación remitida por la biotecnológica al regulador bursátil con la oferta revela que Gates uno de sus principales accionistas, con un 4% del capital. Google Ventures, por su parte, controla el 9%. Los 106 millones que recauda con la colocación se suman a los 251 millones que le inyectaron desde la muerte de Jobs los acaudalados inversores privados que creen en la medicina personalizada. Son compañías muy seguidas en Wall Street, como Myriad Genetics, a la que recurrió Angelina Jolie antes de la doble mastectomía.

Foundiation

     Otro de los principales inversores es el magnate ruso Yuri Milner. Nada más empezar a cotizar, las acciones se pagaban a 30 dólares la unidad. Y de allí subieron en un par de días hasta 37 dólares, doblando el precio de referencia de la oferta. Su capitalización bursátil ronda los los 937 millones. La compañía de Cambridge (Massachussetts) cerró el último ejercicio con pérdidas de 22,7 millones, el doble de lo que ingresa. El dinero recaudado con la venta de acciones lo empleará en ampliar sus operaciones y estudios. Junto al test FoundationOne, la biotecnológica analiza tejidos en pruebas clínicas que realizan Novartis, su principal cliente con más del 10% de los ingresos, Johnson & Johnson y Celgene. Es la tercera biotecnológica que se estrena en Wall Street. En junio pasado lo hizo Third Rock Ventures y un mes después Agos Pharmaceuticals. La primera se apreción un 70% hasta hoy; la segunda, un 40% desde el estreno.

Art-levinson

     No es la primera alianza de este tipo que se ve en Silicon Valley. Google acaba de fichar a Art Levinson, actual presidente de Apple, para dirigir el proyecto médico Calico, este dirigido a investigar sobre las enfermedades asociadas con el envejecimiento. El nombre de este ejecutivo pionero en el campo de la biotecnología como expresidente de Genentech también aparece entre los fundadores del Breakthrough Prize, una especie de Nobel alternativo en el campo de las ciencias de la vida, junto al de Sergey Brin de Google, Mark Zuckernerg de Facebook y de nuevo Yuri Milner. 



Shaqramento

Por: | 24 de septiembre de 2013

 

Magic Johnson, Michael Jordan y ahora Shaquille O´Neal. La estrella de la NBA se convierte en propietario minoritario de los Sacramento Kings. Sí, el mismo equipo al que llamó los "Queens" cuando era su rival allá por el año 2002. El deportista de élite eleva así su perfil en el mundo de los negocios adquiriendo una pequeña participación. El papel de Doctor O´Neal en la sociedad será muy limitado. Pero con su figura -tiene cuatro anillos de oro- dará dimensión a una de las franquicias peor valoradas ahora en EE UU y ayudará a recuperar los viejos días de gloria. En la pasada temporada solo se impusieron en 28 partidos y llevan siete años seguidos perdiéndose los playoffs. O al menos eso es lo que espera el patrón del equipo, Vivek Ranadive. De momento, la repercusión del anuncio del icónico exjugador de los Lakers y los Celtics está siendo planetaria. Por cierto, deja claro que no se arrepiente de aquel comentario y pide a los seguidores que lo entiendan. Cuenta que lo hizo por una cuestión de puro márketing, para elevar el atractivo del enfrentamiento en la cancha. Shaq nunca decepciona.

Ballmer se siente raro

Por: | 20 de septiembre de 2013

Steve Ballmer se despidó ayer noche oficialmente de los inversores, tras 13 años al frente de Microsoft. Fue durante el encuentro anual con los analistas de Wall Street. La del año próximo ya será cosa de su sucesor, del que dijo que lo más probable es que sea de dentro de la compañía. Con la pasión que le caracteriza les pidió que sigan confiando en la visión que tiene para su negocio. Les hablaba, dijo, como uno de ellos. Porque cuando suelte los mandos en los próximos meses, se convertirá en un accionista más. Bueno, con la diferencia de que controla un 4% del capital de la sociedad de Redmond, lo que le convierte en el mayor inversor privado por detrás de Bill Gates, el cofundador y aún presidente. "Todos tenéis títulos de Microsoft, así que animarla, por el amor de Dios".

      

     Ballmer, que concentra tres cuartas partes de su fortuna en acciones de Microsoft, admitió que estos días anda un poco perdido. "Se me hace raro cuando voy al trabajo", comentó, sabiendo que va a dejarlo pronto. Es una situación a la que lleva dando vueltas desde hace tres años, confesó. Entonces empezó a pensar en quién podría hacerse con su puesto. "Hay mucho talento en casa", insistió ante los analistas. También lamentó haberse centrado demasiado a comienzos de 2000 en el sistema operativo Windows para ordenadores personales, sin darse cuenta de que el campo de batalla de la computación sería el móvil. El nuevo consejero delegado traerá nuevas ideas, asegura, por eso cree Microsoft tendrá más éxito en cinco año, y por eso no venderá sus acciones.

Asedio al banquero irremplazable

Por: | 14 de septiembre de 2013

John McCoy es recordado en Wall Street como uno de sus grandes innovadores. Con su visión del negocio y ansias por crecer transformó el City National Bank & Trust, un banco familiar de Columbus (Ohio), en una firma que acabaría siendo conocida en todo el país como Bank One. Fue también un gran mentor. Para la entidad trabajó Jamie Dimon, quien se puso a su frente cuando era ya el quinto más importante de EE UU. Eso fue en 2000. Cuatro años después, orquestó una operación que pondría la firma bajo el control de JP Morgan Chase. A cambio, el ambicioso y arrogante banquero neoyorquino se hizo con el doble casco de presidente y consejero delegado. Doble casco que sigue manteniendo hoy en el mayor banco de EE UU por volumen de activos y cifra de negocios. 

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     Nadie discute que Jamie Dimon fue uno de los salvadores del sistema financiero. Hace cinco años salió al rescate del banco de inversión Bear Stearns. Pagó por la firma neoyorquina menos de lo que valía su rascacielos con forma de octágono en Manhattan. Unos meses después volvería a tirar el flotador con la asistencia del Tesoro de EE UU, esta vez para salvar a Washington Mutual. JP Morgan emergió así mucho más fuerte y grande de la crisis. McCoy, sin embargo, era contrario a que se diseñaran complejos productos financieros opacos para maximizar el beneficio a costa del cliente. Y fue precisamente una compleja cartera con deuda europea gestionada desde Londres la que estuvo a punto de derrumbar la imagen impoluta de la estrella de la America Corp. 

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     Dimon ya no se deja ver tan fácil en público. En plena crisis financiera explotó como nadie los medios de comunicación para criticar los excesos de Wall Street y defender el modelo supuestamente limpio de negocio de JP Morgan Chase. Esa arrogancia no gustó a sus pares, mientras los políticos en Washington resaltaban su figura en un momento de confrontación, incluido el propio presidente Barack Obama. Ahora, sin embargo, Dimon se muerde la lengua para evitar que vaya más rápido que su cabeza. El rey de Wall Street quedó hace un año literalmente al desnudo, tras conocerse que su poderosa oficina de inversión en Londres hizo una arriesgada apuesta en deuda europea que le salió mal. El daño para la imagen del banquero menos odiado en EE UU fue enorme. 

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     Visto por muchos como el banquero irremplazable, Jamie Dimon vive un verdadero asedio legal. Ni la maquinaría de lobby de Wall Street ni la influencia del banquero en la Casa Blanca impiden que la entidad se esté convirtiendo en el principal objetivo de la vendetta de Washington por los excesos que están detrás de la crisis financiera hace cinco años. Viendo la progresión de su vida, la tendencia es clara: no hay pasos atrás o en falso cuando se habla del ejecutivo, que ya tuvo que marcar la diferencia de pequeño. Tenía un hermano gemelo, Ted. De criarse en el seno de una familia modesta de inmigrantes en Long Island a barajarse su nombre para secretario del Tesoro.

Dimon

     Dimon, de 57 años, lleva el negocio de la banca en la sangre. Su abuelo ya fue banquero en Atenas, antes de emigrar hacia EE UU y dedicarse al corretaje bursátil. También trabajó en Wall Street su padre, Theodore. La primera incursión en el mundo de las finanzas la hizo en la firma de corretaje para la que trabajaron su padre y su abuelo. Y antes de graduarse por la escuela de negocios de Harvard, donde tuvo entre sus compañeros a Jeffrey Inmmelt, actual consejero delegado del conglomerado General Electric, pasó algún verano en Goldman Sachs. Su primer gran mentor fue Sandy Weill, que logró llevárselo hacia American Express, donde su padre ejercía de vicepresidente.

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     Juntos abandonaron hace tres décadas AmEx para dirigir el Commercial Credit, el germen del conglomerado financiero Citigroup. El primer revés a su carrera llegó del que fuera precisamente su protector, que le despidió. De ese primer bache emergió más fuerte. Algo que, sin embargo, está por ver en el caso de la "ballena de Londres". Reflejo de este vuelco, la revista Times no le ya incluyó en su última edición entre las 100 personas más influyentes del mundo. La tensión fue evidente de cara a la última junta general de accionistas de JP Morgan, con influyentes inversores presionando para que se le quitara el poder pleno en la entidad. Los más críticos consideraron que el escándalo es motivo suficiente para que el consejo de administración de la entidad fuera presidido por una persona independiente. El ejecutivo respondió en su línea, con la amenaza de que se iría. 

Dimonobama

     Esa firmeza y audacia le convirtió en una de las personas de confianza de Bill Clinton. Jamie Dimon se declara en público como un demócrata. Sin embargo, su relación personal con Barack Obama no le impide cargar contra Washington, por sus ataques contra el éxito empresarial. El choque con las decisiones del presidente también son sonadas. Criticó de viva voz que se regulara la pagas a los ejecutivos de Wall Street y se opone a que se imponga a la banca más regulación y a que se partan las grandes entidades. Es cierto que JP Morgan fue de los bancos que menos daños crearon. Dimon se define como a un gran patriota, por haber ayudado a evitar el colapso bancario. Lo que está por ver es si la estructura financiera que defiende ahora será el epicentro de una nueva crisis.

El País

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