Apple, Microsoft y Google. Basta solo con nombrarlas para que la primera cosas que se venga a la cabeza es la brutal batalla que libran en el mercado de la computación móvil. Sin embargo, entre bastidores, siempre hubo un profundo respecto y amistad entre sus cofundadores. Cuenta la biográfia de Walter Isaacson que Bill Gates y Larry Page fueron de los últimos en ver con vida a Steve Jobs. Dos años después de morir de cáncer pancreático, el nombre de los tres genios tecnológicos emerge de nuevo. Esta vez asociado a una empresa biotecnológica: Foundation Medicine. La firma empezó a cotizar el pasado miércoles en el Nasdaq bajo el símbolo FMI, tras colocar en el mercado 5,8 millones de acciones a un precio de salida de 18 dólares el título. Su estreno pasó prácticamente desapercibido para el inversor corriente.
Esa fue la firma a la que recurrió Jobs buscando una explicación genética a su enfermedad. Con una sola prueba, la diagnosis revela todas las mutaciones que pueden llevar a una persona a padecer cáncer. El perfil genético, en principio, debe ayudar a los médicos a elegir el mejor tratamiento para el enfermo. La documentación remitida por la biotecnológica al regulador bursátil con la oferta revela que Gates uno de sus principales accionistas, con un 4% del capital. Google Ventures, por su parte, controla el 9%. Los 106 millones que recauda con la colocación se suman a los 251 millones que le inyectaron desde la muerte de Jobs los acaudalados inversores privados que creen en la medicina personalizada. Son compañías muy seguidas en Wall Street, como Myriad Genetics, a la que recurrió Angelina Jolie antes de la doble mastectomía.
Otro de los principales inversores es el magnate ruso Yuri Milner. Nada más empezar a cotizar, las acciones se pagaban a 30 dólares la unidad. Y de allí subieron en un par de días hasta 37 dólares, doblando el precio de referencia de la oferta. Su capitalización bursátil ronda los los 937 millones. La compañía de Cambridge (Massachussetts) cerró el último ejercicio con pérdidas de 22,7 millones, el doble de lo que ingresa. El dinero recaudado con la venta de acciones lo empleará en ampliar sus operaciones y estudios. Junto al test FoundationOne, la biotecnológica analiza tejidos en pruebas clínicas que realizan Novartis, su principal cliente con más del 10% de los ingresos, Johnson & Johnson y Celgene. Es la tercera biotecnológica que se estrena en Wall Street. En junio pasado lo hizo Third Rock Ventures y un mes después Agos Pharmaceuticals. La primera se apreción un 70% hasta hoy; la segunda, un 40% desde el estreno.
No es la primera alianza de este tipo que se ve en Silicon Valley. Google acaba de fichar a Art Levinson, actual presidente de Apple, para dirigir el proyecto médico Calico, este dirigido a investigar sobre las enfermedades asociadas con el envejecimiento. El nombre de este ejecutivo pionero en el campo de la biotecnología como expresidente de Genentech también aparece entre los fundadores del Breakthrough Prize, una especie de Nobel alternativo en el campo de las ciencias de la vida, junto al de Sergey Brin de Google, Mark Zuckernerg de Facebook y de nuevo Yuri Milner.