Parece que el consumidor estadounidense empieza a tener un poco más de apetito para gastar. Es lo que dicen las estadísticas. Pero a pie de cajero, el clima en el sector del comercio sigue siendo complicado, a raíz de los resultados presentados hasta ahora. Los fabricantes de juguetes no son una excepción. Bryan Stockton, el consejero delegado de Mattel, asegura que la industria aguanta bastante bien el tirón. Sin embargo, el rendimiento de la compañía en el cuatro trimestre quedó lejos de lo que esperaba Wall Street. La Barbie les aguó literalmente las fiestas, con una caída del 13% en las ventas.
La reacción de los inversores fue muy negativa, como si las muñecas Bratz estuvieran jugando en corto contra Mattel. El valor de la juguetera estadounidense se desplomó un 11% en la apertura. El problema con la Barbie, uno de sus productos estrella, es conocido. Pero no es el único. Las ventas globales cayeron un 6% en el trimestre, hasta los 2.110 millones de dólares. EE UU hizo de lastre, con una caída del 10%, mientras que en el resto de mercados se mantuvo estable. También sufrió un desplome similar al de Barbie los artículos educativos de la marca Fisher-Price y fue del 11% en el negocio de Wheels.
La mala noticia para Barbie, pero no para Mattel, es que las ventas de las otras muñecas crecieron un 12% gracias al tirón de la Pricesas de Disney. Sin ellas, y sin los aviones del filme de animación Planes, los resultados del cuatro trimestre hubieran sido un completo desastre. Pero quizás lo más preocupante es pensar que el caso de Mattel muestre en realidad que el panorama económico en EE UU no sea tan robusto como lo pinta la Reserva Federal o la Casa Blanca. Lo que si que está claro es que Mattel lo tiene peor que otros y que la creciente competencia de MGA Entertainment le hace daño.