Cola por batido de café

Por: | 12 de febrero de 2014

Los refrescos de cola son malos para la salud. O al menos eso es lo que dicen las campañas que bombardean constantemente a los chavales que cogen el metro en Nueva York al colegio, y a sus padres. Michael Bloomberg intentó prohibir que se vendieran en grandes contenedores cuando fue alcalde y quitó las máquinas expendedoras de los colegios en su cruzada contra la obesidad. Sin embargo, no se dice lo mismo del café. La bebida caliente ya no se presenta al público como un producto peligroso. Más bien todo lo contrario; los estudios más recientes dicen que protege contra la diabetes y que puede reducir incluso el riesgo de padecer un cáncer. Y eso está provocando que cada vez más niños y adolescentes lo consuman antes que tomarse un zumo de manzana porque es cool, como muestra el último estudio de la American Academy of Pediatrics.

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     Solo hay que fijarse en las colas frente al cajero de un Starbucks, Dunkin Donuts u otras cafetería independientes que están de moda por la ciudad para ver en la vida real lo que dicen las estadísticas. El estudio se basa en niños de dos años hasta jóvenes de 22 años. Los refrescos siguen siendo la principal fuente de cafeína, con un 38% del total. Sin embargo, bajó del 62% hace una década. En ese mismo periodo la porción de cafeína consumida a través del café pasó del 10% al 24%. Y la tendencia muestra que seguirá creciendo pese a que el consumo general de cafeía se mantiene. Amy Branum, responsable del informe, que trabaja además para el departamento de estadística de la agencia dedicada en EE UU al control y la prevención de las enfermedades, atribuye este brusco cambio de tendencia "a la variedad y la disponibilidad" del café. No solo es que haya más bebidas a mano, es que se hacen más atractivas.

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     Es decir, es más fácil comprar un Frappuccino, un Caramel Macchiato o un Frozen Coolatta que un refresco. Los pediatras los ven como batidos cafeinados hechos para el paladar de los adultos, pero que encantan a los niños, porque la leche y el azúcar consiguen anular la acidez del café espresso o el americano. La lista de este tipo de cafés es interminable. Pero las grandes cadenas de cafeterías dejan claro que son productos para adultos y que sus campañas van dirigidas a los mayores. Además, insisten, ofrecen información sobre el contenido de azúcar y de cafeína para que sean los propios padres los que decidan que pueden tomar sus hijos. El 73% de los niños y adolescentes consumen cafeína regularmente a diario, de acuerdo con el mismo estudio. El terreno de juego no está claro. No hay directrices sobre cuándo un niño puede empezar a consumir cafeína de forma segura ni sobre la cantidad. 

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Sobre el blog

“El dinero no duerme”- Gordon Gekko. La actividad en la plaza neoyorquina no cesa con el toque de campana y desborda como una crecida la calle del muro.

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Sandro Pozzi

, italosevillano, loco por el kimchi. Sobrevivió siete años en Bruselas y desde hace ocho, en Nueva York.

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