A veces los informes sirven para algo. Esto es lo que ha sucedido con el de Global Witness sobre el comercio ilegal de oro en el este de la República Democrática del Congo. Gracias a él, las autoridades del país han detenido a los principales responsables de esta actividad señalados en el documento.
El pasado mes de julio, en una entrada titulada Oro para alimentar la guerra de la RDC, contábamos como en el informe titulado Río de oro. Cómo el estado salió perdiendo de la fiebre del oro en el este del Congo, mientras grupos armados, una compañía minera extranjera y las autoridades provinciales se embolsan millones (River of Gold. How the state lost out in an eastern Congo gold boom, while armed groups, a foreign mining company and provincial authorities pocketed millions), Global Witness denunciaba que empresas extranjeras actuaban en complicidad con grupos armados de la República Democrática del Congo (RDC) para sacar del país ilegalmente oro por valor de millones de dólares.
Se estima en unos 28 mil millones de dólares el valor del oro enterrado bajo las arenas del este de la RDC. Los beneficios de este sector normalmente han financiado corrupción, abusos y conflictos violentos en vez de ir destinados a aliviar la pobreza que se vive en la región.
El informe denunciaba los vínculos existentes entre los grupos armados que operan en la región de Kivu del Sur, los mineros artesanales y los funcionarios de la zona de Shabunda y nombraba a algunos de los responsables directos de esta situación.