© Gloria Rodriguez
Asegura un estudio de la compañía Unisys que una persona tarda como promedio 26 horas en denunciar el robo de una cartera. En cambio si el objeto sustraído es un teléfono móvil, la denuncia tiene lugar a los 68 minutos. En ese tiempo el sujeto afectado habrá puesto en marcha todas sus neuronas para recuperar el teléfono, desde hacer memoria hasta fantasear con la idea de que se lo ha dejado en casa. Se habrá autollamado varias veces ... sostiene la sabiduría popular que si el móvil permanece encendido hay esperanzas, si está apagado puede usted prepararse para lo peor.
La experiencia del geólogo Jesús Rodríguez Mon avala la leyenda urbana. "Yo lo he recuperado dos veces. Una en la estación de tren de Lingfield, al sur de Londres: llamé a mi móvil con el teléfono de un amigo y me lo cogió uno de esos mozos que trabaja en el tren. Le llevé de regalo una botella de vino tinto, aunque te digo, le hubiese ofrecido mi virginidad. La segunda vez me lo dejé en una estación de esquiar en Verbier, Suiza. Hice la misma operación y me lo cogió un chaval tan moderno, tan joven, tan políglota, tan... papá está forrado … a éste solo le llevé unas birras".
En 2012 se denunciaron en España casi 280.000 teléfonos robados, según las cifras del Gabinete de Estudios de la Secretaría de Estado. En una encuesta realizada en Reino Unido, los participantes equipararon el hecho de “perder el móvil” con sucesos estresantes como un divorcio o una mudanza.
Cualquier propietario de un smartphone suele saber que tiene a su disposición varias herramientas de geolocalización para encontrar su terminal allá donde esté. Si el teléfono no está apagado y usted ha sido lo suficientemente precavido para haberlo sincronizado con su ordenador o su tableta es muy probable que consiga las coordenadas del dispositivo.
Si tiene, por ejemplo, Dropbox u otro servicio de la nube, y el nuevo "propietario” se hace fotos, puede incluso disfrutar de las imagenes del ladrón en su ordenador, como sucedió en aquella famosa historia de la chica alemana a la que robaron su móvil y creó un Tumblr con las fotos que el nuevo "dueño" se hacía con su teléfono y que iban directamente a su cuenta de Dropbox. El Tumblr se llama Life of stranger who stole my Iphone y aún está activo, la última foto es de febrero de 2014.
Pero imaginemos la situación en que una App le enseña en un mapa dónde está su móvil perdido. Ese objeto con el que usted tiene una relación emocional, que cada noche se lleva a la cama, y según una encuesta, también al servicio, y según otra, el dispositivo que usted mira inmediatamente después del sexo. Imagine que sabe usted dónde está su teléfono, ¿se quedaría de brazos cruzados? ¿Aceptaría pasivamente su destino?
María Goicoechea, farmacéutica de 35 años, dejó olvidado su teléfono en un taxi y la app Find my Iphone le dijo que su móvil había acabado en un piso del sur de Madrid que luego María identificaría como la casa del taxista. " Antes de saberlo pedí a varios conocidos que me acompañaran a la vivienda y nadie se animó ... cobardes todos. También te digo que la policía no va, ¿eh?, que yo les llevé en un papelico la calle y el número del portal apuntados y me dijeron que no podían presentarse allí sin una orden o algo". Al final, el taxista la llamó al trabajo (la app permite mandar un mensaje con un teléfono alternativo) y le trajo el móvil de vuelta por el módico precio de 20 euros. Fin de la historia.
La historia de Di Pinheiro fue un poco más dramática. Dejó su teléfono olvidado sobre un mueble de Ikea en Brooklyn, cuando se dio cuenta activó Find my iPhone y vio como su móvil salía del edificio de Ikea y se alejaba en coche de Brooklyn. "Era la desesperación en estado puro", recuerda. Sin pensarlo fue detrás. Cuando consiguió hablar por teléfono con la chica que lo había cogido ésta le puso precio a la devolución: cien dólares. Quedaron en hacer el intercambio en la planta baja de su casa. "Llegué allí con un discurso preparado, pero no fui capaz de abrir la boca. Con una mano le di el dinero y con la otra cogí mi teléfono, creo que hasta le di las gracias". La rabia de Di era tan grande que llegó a su casa se sentó en su ordenador y escribió a la pequeña ladrona una carta abierta (en inglés) que colgó en Facebook con la esperanza de que alguna vez se reeduque, y con el propósito mucho más inmediato de soltar bilis.
Precisamente en Estados Unidos, y según cuenta el diario The New York Times la gente empieza a tomarse la justicia por su mano y decide ir a cazar al ladrón tirando de GPS. El diario cuenta la historia de una chica de Los Ángeles que se fue sola tras su teléfono al suburbio donde Find my iPhone le indicaba.
El fiscal del distrito de San Francisco, George Gascón, reconoció al diario neoyorquino que están ante "un nuevo fenómeno". "No es solo que la gente vaya tras la persona que ha robado su móvil para recuperarlo, sino que esto abre la puerta a que se tomen la justicia por su mano y se metan en sitios a los que quizás no deberían haber ido. A veces sale bien, otras no".
Según The New York Times en Estados Unidos se robaron más de tres millones de smartphones en 2013, la mayoría, iPhones. En Nueva York, casi todos los grandes robos implican productos de Apple. El diario reconoce que la gente se desespera cuando pierde "un dispositivo que es casi como la extensión de su mano" y pone en marcha todos sus recursos, sobre todo el GPS. La persecución al ladrón a veces termina con el móvil como trofeo, pero también implica cierta violencia porque alguna gente decide ir armada, "los martillos son ahora muy populares", asegura el diario.
Desde Antigurú hemos preguntado a la Policía Nacional el estado de la cuestión en España pero un portavoz nos ha dicho que aquí "no pasan esas cosas". "Al menos no tenemos noticia". Otros afectados consultados aseguran que la policía prefiere no intervenir porque necesitaría una orden para personarse en la vivienda que señale y mande el GPS. ¡Ah, la tecnología siempre por delante de la realidad y a años luz de las leyes! En cualquier caso, me dice el portavoz de la Policía Nacional, nunca se recomendaría a una persona que vaya a recuperar su teléfono por su cuenta y riesgo. "Siempre hay que denunciar", recalca.
Pero, admirados y sensatos lectores de este blog, los que hemos pasado por la angustia de perder un móvil sabemos que nuestras oportunidades duran lo que dura la batería. Así que denunciar, claro que sí, pero ver cómo el tiempo pasa mientras tenemos un mapa delante de nuestros ojos donde el teléfono hace su vida en otras manos es muy duro.
Resulta difícil creer que en España, líder europeo en penetración de smartphones, la gente no se parta el pecho por su móvil. Sería una muestra de prudencia única en el mundo occidental, digna incluso de ser registrada en los anales digitales, o en donde sea que se esté escribiendo la historia de esta época que nos ha tocado vivir.
Confiese, querido lector, ¿hasta dónde llegaría usted por recuperar su teléfono si una app le dice exactamente dónde está?