La historia de La Vendedora de Rosas es triste. La de Lady Tabares también. Es la misma persona e incluso en Colombia su país de origen no hace falta decir nombre y apellido para saber de quien se habla cuando se hace referencia a ella. Nació en Medellín y en el año 1998 sin propónerselo se convirtió en una celebridad nacional gracias al personaje que hizo en la película dirigida por Victor Gaviria que lleva el mismo nombre con el que he titulado ésta columna. No tenía preparación actoral pero no hizo falta. Pertenecía a un entorno cruel de la sociedad en la que los niños y jóvenes se ven envueltos en trabajos forzados , drogas, prostitución y sicariato. No obstante Lady viviendo en esa oscuridad conservava su luz. Su sonrisa y personalidad encajaban perfectamente con lo que el director quería para su personaje. Así que de la noche a la mañana de comerciante informal se transformó en una actriz natural con potencial. La película tuvo críticas pero también éxito. Mucho. Fue invitada especial a diferentes festivales cinematográficos incluyendo el de La Habana y Cannes. Pero cuando se apagarón los destellos de sus quince minutos de fama, Lady volvió a las calles de su ciudad.
Lo que vendría después sería trágico e irónicamente un argumento perfecto para cualquier película con ella nuevamente como protagonista. Ésta vez era en la vida real. Presenció el asesinato de su pareja y padre de su hijo. Años después fue acusada de ser coautora del homicidio de un taxista , crimen que negó haber cometido, y por esa razón fue condenada a 26 años de cárcel. Cumplió una tercera parte de su castigo tras las rejas y luego de 12 años en la prisión El Pedregal, le fue concedido el arresto domiciliario. Todavía no es libre . Sin embargo la bienvenida que le acaba de hacer su familia es como si celebraran una nueva oportunidad. Para la ella lo es. No hay duda al escuchar sus declaraciones en las que habla de emprender una vida diferente y dedicarse por completo a sus hijos y educación.Dice estar agradecida con la vida y con Dios. Es como si prometiera nuevamente al país que la vió brillar y también caer en el infierno, que es posible empezar de nuevo. Sólo el tiempo lo dirá. Ella por siempre será La única Vendedora de Rosas.