EL PAÍS fue pionero entre los diarios españoles –y europeos- en la implantación del Ombudsman del periódico, el primero de los cuales comenzó su tarea a finales de 1985. Desde entonces, la prensa ha cambiado enormemente. Durante tres lustros largos los sucesivos Ombudsman –que pasaron a llamarse Defensor o Defensora del Lector- tuvieron que lidiar exclusivamente con las quejas que enviaban por escrito –o expresaban por teléfono- los lectores de la edición impresa, la única existente. El tiempo ha dado un vuelco a esta situación y esta Defensora se enfrenta al dilema de cómo abordar las crecientes quejas relativas a entradas de blogs, o a artículos de otras publicaciones del grupo PRISA, que figuran en la portada de nuestra web.