La última tendencia arquitectónica hace que las obras más monumentales se posen sobre edificios existentes. Lo hemos visto en la esperada nueva filarmónica de Hamburgo de Herzog&de Meuron, inaugurada la semana pasada tras 14 años de obras y polémica. Lo vimos también en el póstumo edificio de oficinas con el que Zaha Hadid coronó el Puerto de Amberes, en Bélgica. Que el primer proyecto haya tardado casi tres lustros en construirse y que el segundo sea póstumo da una idea de los largos plazos de las tendencias arquitectónicas por rompedoras que éstas puedan parecer. Así, la arquitectura como corona puede parecer una moda, pero surge de una realidad: la reconstrucción de las ciudades europeas.
FOTO: Hufton & Crow